Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Hace un par de años, en pleno confinamiento por la pandemia, os conté el proceso que seguí para customizar una cocina de juguete y transformarla en una versión más realista y actual:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Foto de cuando me lo curraba con la Réflex, no como ahora, que todo va con móvil 😜

Pero aunque me quedó bastante apañada, tenía aún el gusanillo de montar una completamente original, partiendo desde cero. Y cuando llegó a casa la nevera de Aizul Homey esa apetencia se convirtió en necesidad, porque dado su tamaño ¡no-me-cabía en la cocina verde! Y es que a diferencia de foto que precede este párrafo, la cocina estaba ya integrada en mi #SúperCasaDeBarbie, con lo que no se podía expandir a lo largo, sino que tenía que acomodarse al espacio disponible, formando una pequeña L con la nevera en un extremo y, la recién llegada, como os digo, era (y es) considerablemente más profunda que la original.


Aquí ya me había pasado al móvil…

La idea que está presente permanentemente en esta casa es la versatilidad. O lo que es lo mismo, que haciendo pequeños cambios pueda transformarse totalmente sin necesidad de montar una nueva megaestructura (que no os exagero, se me fue la mano y ocupa una barbaridad). De hecho, la cocina original se apoya en un módulo independiente, que se puede extraer sin dificultad, como podéis ver aquí, en la fase de montaje original:

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Y aquí encima de foto cutre, sin luz

Sin embargo, al final decidí no montar otro módulo de cocina, porque me daba pereza ir a la ferretería a comprar más tablas (básicamente porque siempre me confundo con las medidas y tengo que volver dos o tres veces). Además, el módulo ocupa un montón y no estaba yo para volver a llenar la casa de trastos, sin olvidar también que me daba pena despegar la cocina antigua, porque me había quedado muy bien encajada y quería poder volver a usarla sin esforzarme demasiado. Así que finalmente decidí despegar únicamente la nevera y «tapiar» el resto. Cierto que la nueva cocina me iba a quedar muy pequeña, pero nada impide colocarla en otro espacio para fotos. Además, no me quedaría tan oscura al ocupar una posición más adelantada:

Lo primero, como siempre, documentarme para encontrar inspiración, aunque ya tenía algo claro: quería azulejos tipo Zellige, madera natural y tonos arena/crudo con efecto estuco…la cosa era cómo conseguir cristalizar esta idea 😵:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y la verdad es que para eso tuve ayuda, que vino de una de mis tiendas de manualidades de referencia, Arte. Tiene un poco de todo y, además, está especializada en modelismo y casas escala 1/12, lo que es una auténtica gozada. Allí me recomendaron que probase con la porcelana fría y, efectivamente, fue un acierto:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Foto del bote de porcelana fría y del de yeso que usaré luego.

He visto por youtube un montón de tutoriales de cómo hacer porcelana fría en casa (por cierto, que creo que se llamaba miga de pan cuando era pequeña), pero comprada es comodísima y un resultado estupendo está prácticamente garantizado. Es muy fácil de manejar, infinitamente más limpia y menos peligrosa (en todos los sentidos) que el Fimo, y encima seca bastante rápido. Empecé probándola poco a poco, haciendo tiras pequeñitas que estiré sobre una plancha de corte (que no sobrevivió a todo el proceso de la cocina, aunque esa es otra historia), y que luego corté siguiendo las líneas de la plancha sirviéndome de una regla fina de acero, que cuando compré en Zara Home pensé que era una tontá, y al final resulta que me da la vida para estas cosas.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Como es decía, este material empieza a secar bastante rápido, en especial cuanto más fino lo trabajéis. De hecho en un par de horas es fácil despegarlo de su base. Ahora bien, una cautela a tener presente es que a medida que se va secando, a veces se retuerce y abomba, en especial cuando se trata de planchas grandes, así que cuando ya empieza a estar un poco rígido, no está de más ponerle algún peso para mantener su forma plana de base, con precaución de no aplastarlo, claro. Para el estilo que buscaba, cuando más irregular e imperfecta la pieza, mejor, pero por supuesto, el acabado es cosa del gusto de cada uno y de cuánto rodillo quiera pasarle.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Cuanto más irregulares, mejor.

En lo que se refiere a su tamaño, éstas miden un centímetro de lado y, poco a poco, a medida que fui cogiendo más soltura, fui también cortando más tandas de cada vez. Vamos, que la primera pared que hice con esta técnica me llevó casi una semana, pero la siguiente en un día y sobrando tiempo. Para pegarlas sobre la tabla/pared utilicé cola blanca de carpintero que con este material funciona perfectamente. Medí la altura a la que quería dejar el mesado, marqué con cinta de carrocero y lápiz, y empecé a cubrir:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Una vez cubierta la superficie (que pudo ser más grande, pero es que tengo una vida que atender), el resto de la pared hasta el techo la cubrí con una capa de yeso blanco, que además de servir de imprimación para facilitar la cobertura de pintura, le dió el aspecto irregular tipo estucado que buscaba:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Para pintar utilicé la misma gama de color para los azulejos y la pared, combinando varios colores de tonalidades arena:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y por fin, una vez secó la pintura, cubrí los azulejos con barniz cerámico, que como el propio bote indica, es un barniz de acabado para conseguir un aspecto vítreo o cerámico y del que ya os escribí cuando compartí por aquí otro tutorial de azulejos (pinchad en las letras negritas, que esta vez paso de repetirme 😜), aunque en aquella ocasión los hice con cartulina y cartón:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Iba a tapar las juntas con masilla, pero me gustó como había quedado la tonalidad final y no quería estropearla. Y hasta aquí la explicación de hoy. Espero poder contaros pronto cómo siguió el proceso de la cocina (el más accidentado también), con mueble y encimera, hasta llegar a este resultado que ya os dejo en avance:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Pero hasta las vacaciones me parece que váis a tener que esperar, 😅. Confesaros, eso sí, que esto de la porcelana fría engancha, así que ya ando en proceso de alicatarles el baño, aunque como esta vez elegí unos colores que no acaban de convencerme, creo que me tocará volver a empezar:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Ya me contaréis si os animáis también con esta idea y cómo os ha ido con ella. Espero saludaros por aquí bien pronto 😉

Hola, ¿hay alguien ahí?

Casi mejor pregunto, un poco a lo Bob Geldof en The Wall, porque después de tanto tiempo si pasarme por aquí, me cuesta un poco romper el hielo otra vez. Vamos, que empezar a contaros mis tribulaciones como si nada hubiera pasado, me da algo de apuro. Y fijaos si ha pasado tiempo, que estamos ya acabando marzo y va a ser mi primera publicación desde antes de Navidades, que ni os felicité, como por supuesto tampoco os deseé lo mejor en el Año Nuevo.
#ShameOnMe #MenosMalQueTengoInstagram

Feliz Año Nuevo

Mucha excusa no tengo, porque casi no me he movido de casa, pero es que ando sin ganas de nada. Siempre he sido muy fan del «no hacer nada», porque en mi caso ese «nada» se refería exclusivamente a trabajar y otras cosas de provecho. Tener una tarde libre, para mi significaba entregarme al frikismo más absoluto, montando dioramas, miniaturas, combinando modelazos…pero ahora hasta eso me da pereza. Mis tardes son trabajar lo que no me dio tiempo en la ofi (que es mucho, porque no sé vosotros, pero a mi de un tiempo a esta parte, concentrarme me cuesta horrores) y luego ver series por la tele, cual Vicepresidente del Gobierno. Y ya os digo que no me cunde vivir así, por lo que me he impuesto acabar este finde con una publicación nueva en el blog. A ver si así le vuelvo a coger el gusto y me tenéis más por aquí. No me ha funcionado con la bici estática, pero quién sabe con esto 😂.

Y ahora, tras el momento lamento, os cuento a qué (poco) me he dedicado por aquí este tiempo. Tras años de planes, por fin he empezado mi súper casa de muñecas, que os he ido enseñando un poco por Instagram y Facebook. Aún está en una fase muy inicial, pero mi idea es hacer una planta baja cerrada, que dedicaré a almacén de muebles y complementos de dioramas, un primer piso (ya visible) con cocina y salón, y una segunda planta, abuhardillada o ya veremos, con dormitorio y baño, con lo que va a ser casi tan alta como yo. Mi familia se ha emocionado con la idea, así que por Reyes mi hermano me regaló la sierra de calar que veis ahí encima (luego se arrepintió porque sabe que soy un poco torpe y que los dedos no vuelven a crecer) y mi padre un taladro, y ahora me siento una manitas empoderada. De hecho, arranqué con la estructura muy rápido, aunque ahora lleve meses atascada, y ya los primeros días se veía tal que así:

Primera fase. Empezando mi casa de muñecas.

Usé tableros de MDF, de tamaño estándar porque quería comprarlos por internet y no tener que ir a la ferretería, ya sabéis, cosa de la pandemia. Pero fue un error, Leroy Merlin tiene una atención online de pena (ya no dejo ni el link para que no caigáis) y resulta que en mi ciudad hay un BricoCentro donde te cortan a medida, los tableros están casi regalados y además son majísimos. Pero eso ya os lo contaré otro día y así tengo excusa para volver a pasarme por aquí.

Y como os decía, el primer piso lo tengo ya bastante perfilado:

Me faltan aún los huecos de la ventana de la cocina y la entrada, por lo de la torpeza. Lo mismo los dejo marcados y cuando se pueda visitar a la familia sin riesgo ni mascarilla, intento convencer a mi padre para que me los corte él, ahí echándole un poco de morro. También es cierto que como lo mío es improvisar, tener la casa parada me deja tiempo para meditar mejor el próximo paso, en especial el tema cierres y bisagras; básicamente como me ha ocurrido con el bajo, cuyo diseño (mental) he cambiado completamente desde el primer día, pero con una premisa clara, la versatilidad. No tengo sitio para otra casa así que ésta ha de transformarse de forma sencilla y rápida:

Como podéis ver, las medidas del salón me permiten utilizar cualquiera de mis paredes de dioramas antiguos (el azul y el de la chimenea). Y la cocina es un módulo extraíble, así que cuando me aburra de ella puedo cambiarla sin problema o simplemente ampliar el salón. En fin, lo dicho, un mundo de posibilidades. Pero por ahora a disfrutar de ella:

De hecho, como es la parte más definida (aún faltando la ventana y completar la decoración de la pared), tanto me he chalado con ella, que esta temporada me he dedicado a comprar miniaturas y ya tengo casi más utensilios 1/6 que en mi casa de verdad. Aunque bueno, contando con lo que yo me dedicaba a cocinar antes del confinamiento, tampoco tiene mucho mérito 😂😂. Pero es que por favor, mirad qué locura de minis:

Mini T-fal

En fin, que lo mismo sí voy a tener más cosas que contaros. Un abrazo inmenso, intentaré estar más por aquí, pero mientras tanto cuidaros mucho y sed todo lo felices que podáis. Ya sabéis, al igual que ir al baño, nadie lo puede hacer por vosotros 😜.

Seguimos en casa: blush & couch

No acabo de pillar muy bien lo de las fases de la desescalada (y no mintáis, vosotros tampoco, porque como me decía un profesor, si no tienes dudas es que no lo has entendido), pero la realidad es que por ahora seguimos en casa. Así que voy a aprovechar para compartir por aquí mis últimas sesiones de fotos, así como unos consejillos chorra, publicados en la Fanpage de Facebook, (y que ahora titulo en inglés para tirarme un poco más el rollo 😅):


Las ventanas y la lámpara de las últimas entradas. Aquí le sacamos partido a todo.

El primero, por orden cronológico, es el del blush o colorete. Parece una tontería, pero un poco de rubor en las mejillas puede darle muchísima vida a nuestras muñecas y, la verdad, no hay nada más fácil de hacer, como ya os expliqué hace tiempo en el tutorial de poner pecas:

Cómo poner pecas a nuestras muñecas: tutorial
Machaco y mezclo la tiza en un folio, y luego aplico en la muñeca como si usase una brocha de colorete.

Lo destacable, en este caso, es que no pongo fijador; cuando me canso del tono, lavo la cara sin más y hasta puedo darle otro tono o dramatismo según la época o el humor con que me pille.

La idea la saqué ya hace muchos años de Rotoplast. Y abro paréntesis para batallita: como seguro ya sabréis, Mattel cedió licencias de fabricación y comercialización de Barbie en diferentes países entre los años 70 y 90. Aquí tenemos las míticas Congost, pero hubo muchas más, como Cipsa en México, Estrela en Brasil, Top Toys en Argentina, Plásticos Gloria en Chile,​ o Basa en Perú. En Venezuela tuvieron a Rotoplast, que fabricó unas morenas de ojos violetas, guapas a rabiar, con la particularidad de que el colorete que llevaban era auténtico. Nada de pintado, pillaron maquillaje de verdad y a vivir. Pues bien, uno de los mayores tesoros de mi colección es una de esas Rotoplast, de la que no tengo foto decente porque se quedó en casa de mis padres (qué se le va a hacer, ya reeditaré la entrada), así que desde muy pronto practiqué eso del make up real, si bien sustituyendo el maquillaje de uso humano por tiza espolvoreada de pasteles, y hasta aquí el origen de mi truquito casero. Pero es que mirad qué mona:

Y aún no había desmontado el diorama del todo, cuando se me ocurrió cubrir el sofá rosa de Minimagine con una funda de cojín, doblada a la mitad. En dos minutos, con un par de alfileres para darle una caída más estética, ya tenéis un sofá nuevo. Que ojo, yo he cubierto uno auténtico, pero este sistema sirve igual para tapar una estructura básica de cartón pluma u otros materiales menos glamurosos 😉:

Y una vez colocada, a darle rienda suelta a los filtros, que la funda de algodón tiene una textura de lo más fotogénica:

Y bueno, con una MTM posando, ya ni os cuento el juego que tendréis para repanchingaros a gusto…

Y poco más que contar en un post que era una excusa para compartir por aquí mis últimas fotos. Simplemente añadir que el conjunto de camisa y pantalón vaquero es de Clear-lan, mientras que en las primeras fotos, viste camiseta de London Peachy Baby Shop, falda de un Pack de ropa Fashionista tall y deportivas de Momoko.

Sacándole partido a mi última pared

Después del caos, desorden, desesperación y pestilencia de su proceso, desde luego que al diorama de la chimenea del tutorial del otro día tengo que sacarle partido. Por lo pronto, ya os voy avisando de que la pared no se va a quedar ahí, sino que voy a continuar con el patrón básico ya hecho, preparando más módulos para poder ir ampliándola según mis necesidades, acoplándolos entre sí en un sistema que ya tengo bastante pensado.  Y es que, por muy grande que sea (junto con la pared azul, de hecho, es la mayor que he utilizado hasta ahora), sigue quedando pequeña para montar un salón en condiciones, más aún si tenemos en cuenta que la chimenea impone necesariamente separar el mobiliario de ella. Como eso tocará otro día y, además, estoy bastante liada esta temporada, para no dejar demasiado abandonado el blog (que da un poco de penica ya), la entrada de hoy va a ser puramente contemplativa. Es decir: que voy a publicar mis últimas fotos con este diorama y a vivir de rentas. El DIY para cuando tenga más tiempo 😉

Y siguiendo esa idea, esta foto ha sido una vil excusa para enseñar por aquí el último jersey que me tejió Karine’s, una maravilla como todo lo que ella hace, que con los pantalones de Dress forma la combinación perfecta, en la que unas piezas de Sargadelos vienen a cerrar el conjunto. El fondo negro de la chimenea canta un poco, así que como veréis algo más adelante, ya está solucionado. De todos modos, lo que me pedía el cuerpo realmente, era hacer una composición más rompedora y, si bien mi proyecto inicial sigue esperando por un poco más de espacio, esta alternativa me dejó muy satisfecha:

Sacándole partido a mi última pared. Diorama con chimenea.

En ella se mezclan muchísimas piezas que he ido coleccionando en los últimos años y que ya tenéis muy vistas en mis fotos, como el chifonier oriental, el sofá y la mesa de café de Marcia Harrys, la silla Normann Copenhagen o las plantas, cuadros y espejos.

Sacándole partido a mi última pared. Detalles del diorama.

Como novedades está una cómoda color avellana de As Miniaturas do Tocas, los tapices de pared que me traje de Arizona este verano o las figuras de elefantes hechas de cinabrio.

Sacándole partido a mi última pared. Detalles del diorama.

Y en cuanto a la ropa, el pantalón y la chaqueta son de DRESS, con camiseta granate de Clear-lan, a los que da vida el pañuelo inspirado en Gucci de Victoria Barbie Designs.

Sacándole partido a mi última pared. Ooak Barbie, The Dress & Victoria Barbie Designs.

Y tirando de archivo nuevamente, otra propuesta de uso que es también un especial metalizados. Es decir, le he estado dando fuerte a un aerosol (parezco ya la Thatcher) en color gris metalizado con el que el rosa o cualquier color cutre/hortera de stock deja paso a nuevos acabados estupendos y realistas:

Sacándole partido a mi última pared. Diorama con chimenea.

He pintado la maleta de la Barbie viajera de este año, las patas del piano de la Barbie Compositora y el radio casette de la curvy MTM Dancer…también dos uñas, un poco de mi pantalón y algo de suelo, pero ha valido la pena ^.^

Sacándole partido a mi última pared. Diorama con chimenea, detalles.
La silla Panton de Vitra Design Museum ni tocarla, eso sí…

Por cierto, ella va vestida de Miss Yao, con medias de SquishTish, pendientes de Poppy Parker y botas de Barbie Fashionista. Otra vuelta de tuerca a este diorama, con un estilo más orientalizado, se conforma gracias a estas piezas de Marcia Harrys y a las láminas que me han traído de Japón (gracias de nuevo, Yolanda), que esta vez combiné con un vestido ya más sencillo de Tirin & Katten. Aún sigo sin saber en qué pensaba yo ese día para no usar el kimono que tengo por estrenar…pero ya repetiré diorama con él, palabra:

Sacándole partido a mi última pared. Tirin & Katten dress.

Y ahora ya sí, como despedida, después de esta tomadura de pelo de entrada con fotos de archivo, una nueva para la ocasión, cargadita de filtros, en la que puede ser que de pared se vea poco, pero al fin y al cabo esa es la idea de un fondo básico de diorma, que destaque lo que está delante, mis Ooaks vestidas con modelazos pink de Silkstone:

Sacándole partido a mi última pared. Ooak & Silkstone Fashions.

Y hasta aquí por hoy. Nos vemos, disfrutad de la vida 😉