Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Para no dejaros mucho tiempo con la intriga, me he puesto las pilas y aquí tenéis la segunda parte del tutorial #CocinaDIY. Y así, tal como indica el título, una vez acabada la pared con azulejos, el siguiente paso es el montaje del mueble de cocina. Eso sí, voy a intentar ir rapidito, porque lo que es la estructura, mucha ciencia no tiene. De hecho, me fui a lo práctico de un módulo rígido, chapado en madera que parece que tiene puertas pero, tras meditarlo mucho, son de adorno y no abren. Así, derribando mitos desde el primer párrafo.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

En cualquier caso, a la hora de ponerse a montar, lo primero a decidir es la altura y demás dimensiones. En este caso, ya los azulejos marcaban por dónde iban a ir los tiros, porque los pegué a unos 16,5 cms del suelo. Qué puedo decir, me gustan los muebles altos de cocina y eso que yo soy un tapón 😅.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Por cierto, como ya os dije en el post anterior, el objetivo era integrar la nueva nevera, así que para el largo me adapté al espacio disponible, 31 cms, y de profundidad opté por 8,5 cms, que sin ser muy grande no desentona con la nevera.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Hice pruebas de tamaño constantemente, dejando hueco para el mesado y holgura a los lados.

Como lo de cortar madera tampoco acababa de verlo, la estructura la hice con cartón pluma, como los sofás que compartí por aquí, con la intención de forrarla con planchas finísimas de madera natural. Pero como sólo me quedaba por casa cartón pluma más fino (0,5 en vez de 1 cm) y la estructura no iba a ser completamente maciza, porque me iba echar la vida cortando planchas que igual ni tenía, decidí reforzarla con cartón normal de 3 mm de grosor y así evitar disgustos. El disgusto me lo llevé igual, porque con ese grosor hay que hacer mucha fuerza con el cutter y, si una se despista, pues lo mismo aterriza la cuchilla en el dedo que sujeta el cartón…y no os imagináis la cantidad de sangre que puede salir de ahí 😵🥴. Y si encima es la mano rectora, no veáis la lata luego. Total, que como ya imaginareis, de esta fase no va a haber muchas fotos y para colmo el proyecto se me retrasó un montón. Menos mal que cicatrizo más rápido que un torero y ya no tengo casi marca, pero el susto aún lo llevo puesto.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

El interior es cartón pluma, pero las dos superficies grandes, delantera y trasera van cubiertas de cartón normal

Como os digo, usé piezas muy pequeñas para aprovechar bien el material que tenía a mano, porque estas cosas se me suelen ocurrir por la noche o en festivo, cuando está todo cerrado 😜. Además de fijar con cola y cinta de carrocero, iba asegurándome del resultado colocándolo en el hueco al que iba destinado y la verdad, de no ser por lo del dedo, estaba yo más que entusiasmada con cómo iba la cosa:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Este es el interior de la estructura, antes de cerrarla como en la anterior foto. Aproveché todo lo que encontré, que ya no venden cartón pluma al lado de mi casa.

Empecé a pegar la lámina de madera natural, concretamente nogal negro, con cola blanca de carpintero. Para simular una especie de rodapié, primero cubrí con una tira fina la parte inferior del mueble y, luego, pegué encima otra plancha de cartón más pequeña, que dejaba a la vista ese rodapié y que forré ya con la madera a modo de puertas:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Como la chapa que usé es muy fina, la única precaución es repartir muy bien la cola sobre la superficie, evitando que tenga grumos o empape demasiado y que con ello la madera se deforme. Como siempre, poner pesos encima y asegurar los laterales funciona bien durante el secado. Al no hacer puertas de verdad y tener una veta muy marcada, corté tres piezas de chapa y coloqué la del medio en dirección perpendicular a las laterales, para conseguir la apariencia de que cada una de ellas era una puerta. Iba a colocar también tiradores, pero me gustó sin nada, por lo que más que un mueble de cocina parece el del baño de mi casa de verdad 😅. En cualquier caso, si encuentro alguno que me guste, no descarto añadírselos.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Aquí se aprecia mejor que las «puertas» van sobre una plancha de cartón distinta, pegada encima de la estructura original ya forrada.

En cuanto al mesado, dos eran las opciones que barajaba: una, de azulejos, a juego con los de la pared. La otra, de «piedra», hecha con Fimo. Y aunque la primera hubiese sido la más práctica, a la segunda opción le tenía muchas más ganas, porque llevaba meses enganchada a los tutoriales de youtube, que encontraréis fácilmente con estas palabrejas de búsqueda: polymer clay, faux stone, marble. Vamos, que necesitaba quitarme la espinita de probarlo y eso que mis experiencias pasadas con el Fimo no habían sido demasiado positivas. Es tóxico y se degrada pronto si no se cuece, proceso durante el que queda apestando el horno y, por extensión, la casa entera. Pero necesitaba intentarlo🤤, así que me puse a ello.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Se pegó a la plancha de corte e incluso empezó a desintegrar la pintura de la cuadrícula. De hecho, un lado quedó impregnado de cuadrícula como una calcomanía.

Aquí vino el siguiente problema: se queda como una piedra si no se usa, cuesta la vida amasarlo y encima no es fácil de conseguir (salvo internet, claro), porque su poco aguante en tienda no lo hace rentable. Gasté todo lo que me quedaba por casa combinable (blanco, negro y diferentes tonos de marrón) y aunque parecía suficiente, al final me quedó más que justo para el mueble ya hecho y, desde luego, descartó cualquier posibilidad de hacer más módulos de cocina con el mismo mesado (sí, iba a incluir un fregadero pero ya no pudo ser). Se me ocurrió echarle agua y aún quedó más pegajoso y difícil de extender y, para colmo de males, al cocerlo, se deformó por ser demasiado fino.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Así quedó después de cocer.

Pero el lado positivo era evidente: efectivamente parecía piedra. Y con lo que me había costado llegar hasta este punto, estaba decidida a salvar la pieza, así que la pegué a una base de cartón, para darle cuerpo, la lijé e intenté aplanarla por todos los medios:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y ya entregada a la experimentación, decidí probar en ella la resina epoxy. Y sí, pudo haber quedado mejor de haber sido menos ansias (vamos, que darle con el secador fue mala idea y dejó ondas en la superficie que tuve que volver a lijar), pero aún así, me gustó el resultado. La que usé viene en dos botecitos que hay que mezclar antes de usar (de ahí el bote de cuajada) y luego se aplica de forma uniforme sobre la superficie:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

La rodeé con cinta para evitar que se desbordase, aunque con prisa y bastante mal. De haberlo hecho mejor, hubiese conseguido una capa cristalina completamente uniforme y algo más gruesa, pero aún así, fijaos que parece piedra:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y en efecto, se integró mejor el cartón, que quedó como cristalizado, y el acabado brillante mejoró también la apariencia del Fimo. Vamos, que no sé yo si repetiré con el Fimo, pero con la resina me falta aún mucho que experimentar 🤩. Hay que seguir las instrucciones del fabricante, en especial para la mezcla y los tiempos de secado, así que poco os voy a añadir por aquí en ese sentido, porque no hice ni caso a los del mío y, los fallos en el acabado final, se debieron fundamentalmente a eso.

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

A continuación, pegué el mesado al mueble. Al tener base de cartón, la cola blanca funcionó perfectamente; además, a estas alturas el mesado ya era totalmente plano, como veis en las fotos. Para rematar el mueble, añadí la placa de inducción, que está apoyada pero no pegada, por si me canso de la distribución, y que ya os expliqué cómo hacer cuando customicé la anterior cocina. También empecé a colocar otros accesorios y piezas decorativas:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Como me sobró bastante chapa de madera, forré un poco de cartón pluma para hacer una mesa a juego:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y ya como ultimísimo, sustituí la pegatina de la nevera de Aizul Homey. No sé qué hago haciendo publicidad de Smeg cuando tengo su campana extractora y es un desastre, pero todo sea por el postureo muñequil:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y hasta aquí el tutorial de hoy. Como os acabo de comentar, me quedó algo de pena por no poder hacer más módulos o incluso una isla, pero lo cierto es que tampoco les dejé mucho sitio:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y además, el conjunto final, menos cargado, quedó bastante armónico con el resto de la casa, a la que ya le va tocando tener fachada. Vamos, que lo voy dejando aquí por escrito para ver si me animo, por Semana Santa o así, que volveré a tener días libres😅:

Cómo hacer una cocina para Barbie (II): mueble con encimera de mármol.

Y ya tenéis tarea de sobra hasta entonces. No os quejéis. Sed buenos, pero no demasiado 😉

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Hace un par de años, en pleno confinamiento por la pandemia, os conté el proceso que seguí para customizar una cocina de juguete y transformarla en una versión más realista y actual:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Foto de cuando me lo curraba con la Réflex, no como ahora, que todo va con móvil 😜

Pero aunque me quedó bastante apañada, tenía aún el gusanillo de montar una completamente original, partiendo desde cero. Y cuando llegó a casa la nevera de Aizul Homey esa apetencia se convirtió en necesidad, porque dado su tamaño ¡no-me-cabía en la cocina verde! Y es que a diferencia de foto que precede este párrafo, la cocina estaba ya integrada en mi #SúperCasaDeBarbie, con lo que no se podía expandir a lo largo, sino que tenía que acomodarse al espacio disponible, formando una pequeña L con la nevera en un extremo y, la recién llegada, como os digo, era (y es) considerablemente más profunda que la original.


Aquí ya me había pasado al móvil…

La idea que está presente permanentemente en esta casa es la versatilidad. O lo que es lo mismo, que haciendo pequeños cambios pueda transformarse totalmente sin necesidad de montar una nueva megaestructura (que no os exagero, se me fue la mano y ocupa una barbaridad). De hecho, la cocina original se apoya en un módulo independiente, que se puede extraer sin dificultad, como podéis ver aquí, en la fase de montaje original:

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Y aquí encima de foto cutre, sin luz

Sin embargo, al final decidí no montar otro módulo de cocina, porque me daba pereza ir a la ferretería a comprar más tablas (básicamente porque siempre me confundo con las medidas y tengo que volver dos o tres veces). Además, el módulo ocupa un montón y no estaba yo para volver a llenar la casa de trastos, sin olvidar también que me daba pena despegar la cocina antigua, porque me había quedado muy bien encajada y quería poder volver a usarla sin esforzarme demasiado. Así que finalmente decidí despegar únicamente la nevera y «tapiar» el resto. Cierto que la nueva cocina me iba a quedar muy pequeña, pero nada impide colocarla en otro espacio para fotos. Además, no me quedaría tan oscura al ocupar una posición más adelantada:

Lo primero, como siempre, documentarme para encontrar inspiración, aunque ya tenía algo claro: quería azulejos tipo Zellige, madera natural y tonos arena/crudo con efecto estuco…la cosa era cómo conseguir cristalizar esta idea 😵:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y la verdad es que para eso tuve ayuda, que vino de una de mis tiendas de manualidades de referencia, Arte. Tiene un poco de todo y, además, está especializada en modelismo y casas escala 1/12, lo que es una auténtica gozada. Allí me recomendaron que probase con la porcelana fría y, efectivamente, fue un acierto:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Foto del bote de porcelana fría y del de yeso que usaré luego.

He visto por youtube un montón de tutoriales de cómo hacer porcelana fría en casa (por cierto, que creo que se llamaba miga de pan cuando era pequeña), pero comprada es comodísima y un resultado estupendo está prácticamente garantizado. Es muy fácil de manejar, infinitamente más limpia y menos peligrosa (en todos los sentidos) que el Fimo, y encima seca bastante rápido. Empecé probándola poco a poco, haciendo tiras pequeñitas que estiré sobre una plancha de corte (que no sobrevivió a todo el proceso de la cocina, aunque esa es otra historia), y que luego corté siguiendo las líneas de la plancha sirviéndome de una regla fina de acero, que cuando compré en Zara Home pensé que era una tontá, y al final resulta que me da la vida para estas cosas.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Como es decía, este material empieza a secar bastante rápido, en especial cuanto más fino lo trabajéis. De hecho en un par de horas es fácil despegarlo de su base. Ahora bien, una cautela a tener presente es que a medida que se va secando, a veces se retuerce y abomba, en especial cuando se trata de planchas grandes, así que cuando ya empieza a estar un poco rígido, no está de más ponerle algún peso para mantener su forma plana de base, con precaución de no aplastarlo, claro. Para el estilo que buscaba, cuando más irregular e imperfecta la pieza, mejor, pero por supuesto, el acabado es cosa del gusto de cada uno y de cuánto rodillo quiera pasarle.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Cuanto más irregulares, mejor.

En lo que se refiere a su tamaño, éstas miden un centímetro de lado y, poco a poco, a medida que fui cogiendo más soltura, fui también cortando más tandas de cada vez. Vamos, que la primera pared que hice con esta técnica me llevó casi una semana, pero la siguiente en un día y sobrando tiempo. Para pegarlas sobre la tabla/pared utilicé cola blanca de carpintero que con este material funciona perfectamente. Medí la altura a la que quería dejar el mesado, marqué con cinta de carrocero y lápiz, y empecé a cubrir:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Una vez cubierta la superficie (que pudo ser más grande, pero es que tengo una vida que atender), el resto de la pared hasta el techo la cubrí con una capa de yeso blanco, que además de servir de imprimación para facilitar la cobertura de pintura, le dió el aspecto irregular tipo estucado que buscaba:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Para pintar utilicé la misma gama de color para los azulejos y la pared, combinando varios colores de tonalidades arena:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y por fin, una vez secó la pintura, cubrí los azulejos con barniz cerámico, que como el propio bote indica, es un barniz de acabado para conseguir un aspecto vítreo o cerámico y del que ya os escribí cuando compartí por aquí otro tutorial de azulejos (pinchad en las letras negritas, que esta vez paso de repetirme 😜), aunque en aquella ocasión los hice con cartulina y cartón:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Iba a tapar las juntas con masilla, pero me gustó como había quedado la tonalidad final y no quería estropearla. Y hasta aquí la explicación de hoy. Espero poder contaros pronto cómo siguió el proceso de la cocina (el más accidentado también), con mueble y encimera, hasta llegar a este resultado que ya os dejo en avance:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Pero hasta las vacaciones me parece que váis a tener que esperar, 😅. Confesaros, eso sí, que esto de la porcelana fría engancha, así que ya ando en proceso de alicatarles el baño, aunque como esta vez elegí unos colores que no acaban de convencerme, creo que me tocará volver a empezar:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Ya me contaréis si os animáis también con esta idea y cómo os ha ido con ella. Espero saludaros por aquí bien pronto 😉

Y póngame otra ración de Vogue para imprimir…

Que seguro que ya se os estaba haciendo larga la espera 😂.

Y póngame otra ración de Vogue para imprimir…
Alegoría, más bien literal, de esperar sentada

Efectivamente, tocaba ya renovar revistero muñequil, pero ocurre que desde que me he vuelto una maruja de mi casa, he pasado mucho de comprar Vogues, para centrarme únicamente en revistas de decoración (el tiempo es el que es y el bolsillo también), por eso, ni me había dado cuenta de que les habían cambiado el lomo. Total, que el otro día (lo mismo ya hace meses, que ya sabéis que con esto soy algo dejada), volvió a caer una en mis manos y cuál no sería mi sorpresa al darme cuenta de que estaba completamente desactualizada (del tema moda ya mejor ni hablamos), y mis mini-revistas ya no se parecían a las de verdad.

Y póngame otra ración de Vogue para imprimir
Y aquí el cambio para que lo veáis más claramente.

Evidentemente, esto había que solucionarlo, así que ni corta ni perezosa (bueno, esto último igual sí un poquito), me puse a preparar una nueva tanda de revistas, adecuadas ya a la nueva tipografía…y ya llevaba listas las primeras cuando, repasando detenidamente las portadas del último año, me percaté también de que ahora son mucho más limpias y minimalistas, sin tanto texto, cosa que además de quedar más elegante, no os hacéis idea de lo mucho que simplifica el proceso 😂, vamos, que para la próxima ya lo sé y espero ir más rápida.

Y póngame otra ración de Vogue para imprimir…
Ejemplo de portada que vais a encontrar, con un modelazo de Elenpriv 😉

Como siempre, lo primero es que os descarguéis este archivo: Vogue 2022. Y para el resto del proceso sólo tenéis que seguir los pasos que ya os expliqué aquí y aquí.

Y póngame otra ración de Vogue para imprimir…

Eso sí, por favor, dejad ya de descargar las de 2014, que están pasadísimas de moda y centraros en las de los últimos años 😂😂😂, y no olvidéis que en el blog podéis encontrar un montón de prints como los de la estantería de esta foto.

Y me despido con este vídeo, que me ha dado más lata que las revistas, y con el que podéis ver qué fácil es montar un buen diorama cuando se tienen a mano los muebles de Marcia Harrys. Y si no, tenéis consejillos de cómo montar paredes aquí, y de cómo hacer un zócalo de madera aquí, aquí y aquí. Venga, pa’casa, que tenéis entretenimiento para rato. Un abrazo y cuidaos mucho 😘

Cómo hacer un sofá esquinero escala 1/6.

Lo prometido es deuda y por una vez parece que voy a pagarla a tiempo 😅, así que los imprimibles de revistas van a tener que esperar un poco, ya que lo que toca hoy por aquí, es el tutorial del sofá que publiqué el otro día en Instagram y que tanto me habéis pedido:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Ésta es mi segunda inclusión en el mundo de los sofás, la primera fue mi sofá verde, y os confieso que ya entonces me había quedado con muchas ganas de repetir. Lo malo es que a veces cuesta encontrar tiempo, qué os voy a contar…y eso que este sistema es bastante sencillo y rápido de hacer; además, no se necesita mucho material para prepararlo. Vamos, que no me explico cómo tarde tanto.

Ooak Hippie Dippy poppy Parker in Fashionista Barbie fashion pack
Está a punto de cumplir 10 años, puedo garantizaros que el sistema aguanta

Así que si queréis hacer una lista de la compra, anotaos lo siguiente:

Cartón pluma: concretamente, me serví de una plancha de un centímetro de grosor, cuyo tamaño original era de unos 50×50, de la que suelo utilizar para paredes. Llevaba en mi casa desde que me mudé al piso anterior, así que es un reciclaje en toda regla 😜. Podéis usar otros grosores, incluso cartón normal, teniendo en cuenta, claro, que cuanto más fino sea el material, más capas tendréis que usar. Igualmente podéis hacerlo en MDF o madera, pero ya es mucha más lata cortar y la pieza va a ser mucho más pesada.

– Tela para tapizado: esto ya es a gusto de cada uno. Evitad la que no tenga suficiente cuerpo, no admita dobleces o se deshilache demasiado, pero también la que sea demasiado gruesa o rígida, porque vais a trabajar en dimensiones muy pequeñas, y el resultado va a depender en gran medida de vuestra elección.

Cutter, regla, lápiz y pegamento: yo opté por la cola blanca, me gusta por su facilidad de aplicación, además que es ideal para el cartón pluma, pero esto ya es a elección personal. Si preferís el Loctite y que se os peguen los dedos, feel free. Lo del lápiz fue para la foto, porque en realidad usé un Bic que anda por ahí 😅.

– Cinta de carrocero: no es imprescindible, pero yo no puedo vivir sin ella.

– Alfileres: tampoco son imprescindibles, pero este sofá va más servido que un muñeco de vudú.

Espuma: esta vez, al no poder ir a por material, usé la que tenía por casa, vamos, que descosí el relleno un cojín de verdad, no demasiado cómodo (Amancio, a ver si mejoras), pero me gustó mucho más la que usé con el otro sofá, que era en realidad el filtro de una campana extractora, mucho más compacto y uniforme. Otra opción es la plancha de espuma, en la que podéis encontrar todo tipo de grosores y dureza.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Y una vez que ya disponéis de todas estas cosas (o sus alternativas), vamos al tajo. Para decidir el diseño y las medidas me basé en otros modelos de sofá que ya tengo, sí, pero lo determinante en sus dimensiones finales fue el acomodarlo al hueco del salón de mi casa de muñecas, concretamente al de la pared con chimenea, para que cupiese en su lado derecho. Este es el motivo por el que al final no le puse reposabrazos, pero podéis añadírselos sin problema en vuestra versión.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie
Lo de las patas fue una prueba, finalmente descartada.

Partiendo de estas premisas, voy a seguir contándoos mi proceso particular:

1º.- Corté seis piezas idénticas de cartón pluma, con una medida de 20×10 centímetros, para formar la base. A la hora de cortar, os recomiendo que paséis el cutter sobre el cartón pluma sirviéndoos de una regla o guía, para mantener una trayectoria recta; evitad presionar demasiado, para que no se deforme, es mejor dar varias pasadas suaves que una a lo bestia. Además, aunque no lleguéis a atravesarlo, el cartón pluma suele partir con facilidad, de forma limpia, así que cuando ya hayáis alcanzado la mitad podéis intentarlo sin miedo. Y esto es muy importante: procurad que el cutter esté lo más perpendicular posible para que el corte forme un ángulo recto.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

2º.- Una vez que corté las seis planchas, las apilé formando dos módulos con tres piezas cada uno, que pegué entre sí aplicando cola blanca, y que por lo tanto alcanzaron una altura de 3 centímetros. Así que si estáis usando un cartón pluma más fino, con poner más capas, solucionado. Si el corte no os quedó bien perpendicular, al pegar las planchas entre sí puede quedaros esa superficie lateral algo irregular. Para solucionarlo, una vez haya secado el pegamento, repasad el corte con el cutter, eliminando las partes que sobresalgan, y luego cubrid la zona con cinta de carrocero para lograr un acabado uniforme, al tiempo que podéis aprovechar para reforzar la zona. Si aún así queda mal, cubrid con cartulina, manteniendo la superficie lo más plana posible. También podéis reforzar las esquinas, si sospecháis que le vais a dar muy mala vida al sofá. Prevenir no está de más. Yo, que me conozco, lo he hecho.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

3º.- Siguiente paso, «tapizar» la base. Forré únicamente la parte que iba a quedar a la vista, es decir, dos lados completos en uno de los módulos, y un lado y medio en el otro. Corté la pieza de tela, con un ancho de unos 6 centímetros, de forma que a cada lado sobrase, para asegurarla, un centímetro y medio.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Antes de pegarla, la planché (casi no hacía falta porque doblaba muy bien) marcando doblez y asegurándome de que la línea no fuese torcida. Como esta tela no se mancha (haced la prueba antes con la vuestra), se puede encolar la superficie del cartón pluma, sin pasarse, y luego pegarla encima. Además, fui asegurando el proceso con alfileres, y luego encolé los laterales ya sin contemplaciones, echando cola casi a cucharadas. Una vez secó, pegué los dos módulos entre sí, usando aún más alfileres a modo de clavos, para que el sofá quedase más consistente. (Y aquí un inciso: ésta fue otra de mis elecciones que, desde luego, no estáis obligados a seguir, y nada impide que los módulos los dejéis sueltos, incluso las piezas individuales (10×10 cms) y montarlos luego a vuestro gusto…vamos, sofá sencillo de una o de dos plazas, sofá en ele para un lado, para otro, esquinero simétrico…pero en ese caso tendréis que cubrir tres de sus lados ya que sí se pueden ver, porque el cuarto se lo dejamos al respaldo).

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie
Como veis, sólo queda cubierta con tela la parte que va a estar al aire.

4º.- Turno del primer respaldo. Empecé por el lado derecho, y usé una plancha de 30 cm de largo y 12 de alto. Le pegué la tela por uno de sus lados, dejando que sobresaliese en el canto medio centímetro, y luego lo uní con cola y alfileres, por este lado tapizado, a la base del sofá. Las únicas fotos que tengo son, además de malas a dolor, con el respaldo ya unido, que era tarde y no andaba yo pensando entonces en tutoriales 😅:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Una vez unido, cubrí con tela el otro lado, dejando que sobresaliese, por el lateral y la parte superior, sólo medio centímetro. Como el grosor de la pieza tiene un centímetro, se trata de que una vez pegados los dos lados de la tela abulten lo menos posible. Como no hice foto entonces, os acabo de hacer una rápida para que entendáis mejor qué intento deciros:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Una vez tengáis bien fijada la tela, sólo falta cubrir este borde con una tira larga, doblada por los dos lados de forma que no pase del centímetro de ancho. Este respaldo iba a quedar tapado por el otro en su lateral, así que sólo necesité pegar los lados visibles, derecho y superior, para lo que empecé en el borde inferior como podéis ver en este vídeo, gracias al que también podréis comprobar que no bromeaba con lo de los alfileres 😂:

4º.- Una vez acabado este respaldo, coloqué el siguiente, siguiendo el mismo proceso. Mide de largo 21 cms, y la única diferencia en el acabado es que el remate sí lo cubre por ambos lados y el superior. Os iba a decir que a estas alturas tendría que verse algo así, pero en realidad esto es del paso siguiente, cuando empecé ya con los asientos:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

5º.- Colocación de los asientos: cada asiento se compone de dos planchas del mismo cartón pluma de 1 cm, que no llega a los 10 centímetros de lado. Medidlas con calma, para que se adapten a la base que ya tenéis hecha, y contad con que esos milímetros de menos son los que ocupará la tela de forrado, es decir, si medís 10 cms exactos, al final acabarán sobresaliendo por los los lados. A la hora de forrarlos, podéis dejarlos planos sin más, simplemente cubriendo con tela la parte superior y luego el contorno, igual que hicimos con el respaldo o podéis meter espuma para dar un efecto un poco mullido. Como os decía antes, la espuma del cojín no me gustó demasiado, porque tenía demasiados grumos y nudos, y se notaban bultitos al colocar la tela encima. Esto con las otras opciones que os di no pasa (mirad si no el tutorial del sofá verde), pero si no os queda más remedio, la solución que yo encontré fue la de envolver la espuma antes en un poco de papel de cocina. Ya sé que le quita mucho glamour, pero es lo que hay 😬:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Después se tapa con la tela, con más o menos tensión dependiendo de lo acolchado que se quiera, y a continuación se pega el borde, en mi caso una tira de tela doblada por ambos lados. Fui colocando cada asiento, para comprobar que no me pasaba de dimensiones:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Y una vez terminados, los encolé a la base a conciencia y donde pude metí alfileres. Creo que pesa más por el metal que por otra cosa, 😂. Pero quedaron bien asegurados y lo importante, ninguno sobresale de la base 💪💪:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

6º.- Colocar los cojines. De ancho miden 10 centímetros y de alto ocho, pero no os olvidéis de añadir el dobladillo. Eran tantos que fui a por la máquina de coser, que llevaba olvidada en el altillo desde la mudanza y se ve que usarla es como montar en bici, no se olvida:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

De hecho, me vine tan arriba que preparé otros en color para combinar, pero esos ya os los enseñaré más adelante, que por hoy creo que ya llega. Parece mentira, pero me ha costado la vida acabar 😂😂. Iba a hacer foto diorama chachi guay, pero es viernes y la semana me ha dejado sin energías.

Así que hasta aquí todo lo que tengo que contaros de cómo hacer un sofá para Barbie, espero que lo disfrutéis mucho y que a partir de esta base deis rienda suelta a vuestra creatividad, introduciendo todas las variantes que se os ocurran, en dimensiones, formas y colores 🤩🤩🤩:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

¡Feliz Navidad! Otro polvorón, arfavó

Os escribo recién llegada de casa de mis padres, mientras busco ocupación que me haga más llevadera la digestión de la comida…porque por si no lo había comentado ya por aquí, soy lo que comúnmente se conoce como una tragaldabas. Recuerdo ver a mi abuelo de pequeña y pensar, pero cómo puede comer tanto…y ahora, de mayor, entenderlo perfectamente. Hecha esta confesión, vamos al lío. Este año, sin que sirva de precedente, me ha dado tiempo a preparar un diorama elaborado de Navidad, y de tener incluso fotos para elegir 🤗.

Feliz Navidad 2021
Primera foto navideña, muy WIP

¿Y cómo lo he conseguido? Pues por una parte, con esto de ser nuestras primeras Navidades en el piso (las del año pasado no cuentan), me flipé un poco a lo Martha Stewart y empecé a llenarlo todo de ramos navideños, como éste que os dejo de ejemplo (y que lo mismo me pasé con la saturación de la imagen), porque a este paso se me marchita y no me lo ha visto nadie 😂😂:

Ramo navideño.

Por otra, con lo feo que se estaba poniendo todo con la variante ómicron, para no arriesgar las reuniones familiares de estos días, decidimos salir sólo para lo imprescindible, así que algo tenía que hacer por casa para estar entretenida, porque yo, de limpiar/ordenar, pa-so. La cosa es que después de conseguir el mini-árbol de la primera foto (chamaecyparis ellwoodii, creí que no encontraba el nombre en la vida), me entró el gusanillo de montar una decoración «natural», así que me pasé de nuevo por la floristería que tengo cerca de casa (salida imprescindible también), para más material:

Feliz Navidad 2021
El arbolito es un poco flojeras, un par de horas con las bolitas doradas y ya decae.

Y aunque aproveché para pasarme también por el bazar chino (esto ya no sé si cuenta como imprescindible), al final casi lo solucioné todo con un par de ramas (abeto y tuya) y un poco de espray dorado. Básicamente, el proceso antes del espray, fue el de este collage:

Proceso decoración chimenea

Las fotos no son muy allá, pero la verdad es que en un principio no contaba con publicarlas. Y os aseguro que el resultado, en relación al esfuerzo que requiere, no puede ser mejor:

Feliz Navidad 2021
Fue quitarle las bolas al arbolito y que volviese al sitio, menos mal.

Como la repisa de mi chimenea es muy pequeña, casi no cabía nada más. Eso sí, siguiendo el rollo dorado/ostentoso del diorama, le metí cuanto candelabro dorado encontré…y hasta pinté de dorados los que tenía de Barbie del año de la castaña (los de las esquinas), que se van a quedar así para siempre, que me gustan mucho más. Pero a estas alturas, tenía yo una espinita que no me había podido sacar, y es la de hacer una reproducción en miniatura de los polvorones (o mantecados) de Felipe II. Para que lo entendáis, si hay un meme que me represente en estas fechas, es éste:

Desconozco su autor, pero tiene mi más profunda admiración de por vida.

Como ya os he contado alguna vez, consecuencia de un aciago accidente acaecido hace años, tengo prohibido usar el horno de casa para cocer Fimo. Así que sin ser capaz de prometer que esta vez iba a quedarme en la cocina mirando al horno hasta que estuviese listo, decidí que la reproducción iba a limitarse al empaquetado exterior. Que sí, que usé fimo para el mantecado, pero sin cocerlo ni empolvarlo para darle un efecto realista, porque la idea no es exponerlos abiertos. Y total, aunque los deje sin hornear, estoy convencida de que en poco tiempo se va a quedar como una piedra. Los pasos son los siguientes:

1º.- Descargad el archivo pinchando aquí: Felipe II

2º.- Imprimid sobre papel de seda. Por cierto, para que aguantase el proceso, yo lo pegué por los extremos sobre un folio normal. Luego cortad haciendo tiras por los dos extremos del envoltorio.

3º.- Amasad de forma cilíndrica un poco de Fimo, e id cortando haciendo toros. Procurad que el diámetro alcance a cubrir la circunferencia que rodea la imagen del rey.

4º.- Envolved como si fuese un caramelo. Os dejo unas pocas fotos del proceso y de un mantecado, por si os animáis a pintar uno.

Tutorial polvorón.

Si me habéis hecho caso a todo, os quedará algo tal que así:

Polvorones.

Y ya con los polvorones listos (sí, ya sé que son mantecados, pero en mi casa los llaman así) ya sólo faltaba preparar la mesa de Navidad.

Navidad 2021

Sin comida, por lo que ya os acabo de decir del Fimo, el horno y el accidente, pero como mucho dorado y verde:

Señoras celebrando la Navidad 2021.

Ellas me han quedado muy al estilo de las señoras de principios de los 90’s, pero la ocasión lo merece. Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que estéis disfrutado mucho de estos días, que los podáis compartir con los que más queréis…y juntad energías para la del año próximo, en la que ojalá no tengamos que hablar de contagios, mascarillas, test ni distancias de seguridad 💪💪💪!

Y antes de despedirme, eso sí, referencias de lo referenciable (el resto a saber de dónde lo saqué):

Marcia Harrys: Sofá, biombo dorado, mesa auxiliar negra y dorada, cómoda oriental, espejo negro.
Zara Home: alfombra dorada, mesas de mármol.
Me and House: sillas Cesca, platos, carrito verde de la primera foto.
Integrity Toys: Tocadiscos, botella de champagne.
Re-Ment: miniaturas de cristal.


Llenando estanterías

Os comentaba ayer por Facebook que, siendo consciente como soy de mi tendencia a la acumulación (Diógenes limpito lo llamé), en la reforma del piso he sido previsora y lo hemos dejado bien provisto de armarios y estanterías. Una de ellas ya la conocéis, porque es donde he colocado una buena remesa de muñecas de mi colección, con la intención inicial clara de que mi pequeña obsesión no saliese de esa habitación. Pero la realidad es que por mucho que las he apretado, no me caben ni de lejos, y esa necesidad imperiosa de espacio contrasta con que aún queda alguna estantería libre más por casa, que es una pena no utilizar:

Llenando estanterías

Ahora bien, no se trata de llenar todo de muñecas: una cosa es acumular en armarios (ojos que no ven corazón que no siente), y otra muy distinta empachar la vista con muñecas por todas partes. Además, esta estantería está fuera de mis dominios, en la parte de casa abierta al público, así que ya se trata más de decorar que almacenar. Y ahí está la idea. Como veis, tengo a ambos lados, cubiertos por puerta de cristal (la protección es impepinable, que no me gusta limpiar), tres estantes que forman unos cubículos cuadrados ideales para la altura de una muñeca, en los que puedo montar unos dioramas estupendos que, como ya seguro ya sospechabais, van a ser mi objetivo. Tened en cuenta que en los últimos años me he hecho con una colección de muebles ingente que languidece guardada en cajas, porque en la casa 1/6 que estoy montando, por muy grande que sea, caben muy pocos. Así que ante tales premisas, este fin de semana, a modo de prueba, me he decidido a empezar por uno de estos dioramas, con la esperanza de que si el resultado me gusta, ir a por el resto.

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Lo primero ha sido cambiar de impresora, ahí os dejo captura de mi despedida en Instagram 😅. Con la vieja, ya os digo que este proyecto sería imposible. Lo segundo, preparar el forro de las paredes, porque con lo que me costó lacar este mueble (no sólo económicamente, sino muy en especial anímicamente), como para cargármelo ahora. Para los laterales utilicé cartón fino (aproximadamente milímetro y medio de grosor) y para el fondo, al que quería dar un poco más de compostura, cartón pluma de 5 milímetros. Para cortarlo me adapté al hueco concreto:

Llenando estanterías

Se trata de un mueble antiguo muy irregular, y la verdad es que tampoco es que el carpintero encargado de la restauración/actualización estuviese muy fino (no es momento de extendernos aquí en eso, pero que sepáis que me mató a disgustos toda la reforma). Esto me supone que cada plancha sirve única y exclusivamente para el hueco que va a ocupar, lo que es una lata, porque empecé por el más bajo por comodidad, con idea de dejarlo montado en una parte más alta, y ya no va a poder ser sin cortar de nuevo. El hecho de que no sean fácilmente intercambiables implica otro contratiempo, el de tener que tener muy clara la distribución de los dioramas ya desde un principio, y ahí con los cartones cortados, me encontré además con el síndrome de la hoja en blanco, o más exactamente…¿por cuál diseño empiezo? 😱. Pues nada, pillé revista de decoración de este mes: todo paredes monocolor y limpias, no se puede ser más aburrido…así que repasé mis dioramas hechos, nada, seguía sin decidirme… y al final fue al aseo de casa y así lo resolví:

Llenando estanterías

Digo yo que si me convence para pegarlo en una pared de verdad, qué menos en una de mentira 😂. Y en esta foto podéis ver un poco mejor como va el proceso de pegado. Como uso folios autoadhesivos, la cosa va bastante rápida una vez se empieza:

Llenando la estantería

Como siempre que se me ocurre una cosa de éstas es sábado por la tarde con muchas tiendas cerradas, por ahora ni zócalo ni suelo. Tampoco es algo que me apure mucho, porque soy un tapón y desde mi perspectiva sólo se verían los dos más bajos, con lo que tengo tiempo para pensarlo 😜

Llenando la estantería

Pero vamos, la prueba me gusta. Además, el diseño del papel, permite infinitas combinaciones de muebles. Ahora he dejado el armario, porque me gusta tenerlo a mano y ocupa bastante, pero posiblemente acabe en un estante más alto, desde el que se puede ver bien igualmente, y en los más bajos monte escenas con sofás o consolas bajas:

Llenando la estantería

Y la verdad es el el diorama no llama la atención, visto el mueble en su conjunto:

Llenando estanterías

Y con esto, os dejo, que mañana es lunes y tengo que empezar a mentalizarme y aún quería subir unas cosas al trastero. Disfrutad de lo que os queda de fin de semana.

Hola, ¿hay alguien ahí?

Casi mejor pregunto, un poco a lo Bob Geldof en The Wall, porque después de tanto tiempo si pasarme por aquí, me cuesta un poco romper el hielo otra vez. Vamos, que empezar a contaros mis tribulaciones como si nada hubiera pasado, me da algo de apuro. Y fijaos si ha pasado tiempo, que estamos ya acabando marzo y va a ser mi primera publicación desde antes de Navidades, que ni os felicité, como por supuesto tampoco os deseé lo mejor en el Año Nuevo.
#ShameOnMe #MenosMalQueTengoInstagram

Feliz Año Nuevo

Mucha excusa no tengo, porque casi no me he movido de casa, pero es que ando sin ganas de nada. Siempre he sido muy fan del «no hacer nada», porque en mi caso ese «nada» se refería exclusivamente a trabajar y otras cosas de provecho. Tener una tarde libre, para mi significaba entregarme al frikismo más absoluto, montando dioramas, miniaturas, combinando modelazos…pero ahora hasta eso me da pereza. Mis tardes son trabajar lo que no me dio tiempo en la ofi (que es mucho, porque no sé vosotros, pero a mi de un tiempo a esta parte, concentrarme me cuesta horrores) y luego ver series por la tele, cual Vicepresidente del Gobierno. Y ya os digo que no me cunde vivir así, por lo que me he impuesto acabar este finde con una publicación nueva en el blog. A ver si así le vuelvo a coger el gusto y me tenéis más por aquí. No me ha funcionado con la bici estática, pero quién sabe con esto 😂.

Y ahora, tras el momento lamento, os cuento a qué (poco) me he dedicado por aquí este tiempo. Tras años de planes, por fin he empezado mi súper casa de muñecas, que os he ido enseñando un poco por Instagram y Facebook. Aún está en una fase muy inicial, pero mi idea es hacer una planta baja cerrada, que dedicaré a almacén de muebles y complementos de dioramas, un primer piso (ya visible) con cocina y salón, y una segunda planta, abuhardillada o ya veremos, con dormitorio y baño, con lo que va a ser casi tan alta como yo. Mi familia se ha emocionado con la idea, así que por Reyes mi hermano me regaló la sierra de calar que veis ahí encima (luego se arrepintió porque sabe que soy un poco torpe y que los dedos no vuelven a crecer) y mi padre un taladro, y ahora me siento una manitas empoderada. De hecho, arranqué con la estructura muy rápido, aunque ahora lleve meses atascada, y ya los primeros días se veía tal que así:

Primera fase. Empezando mi casa de muñecas.

Usé tableros de MDF, de tamaño estándar porque quería comprarlos por internet y no tener que ir a la ferretería, ya sabéis, cosa de la pandemia. Pero fue un error, Leroy Merlin tiene una atención online de pena (ya no dejo ni el link para que no caigáis) y resulta que en mi ciudad hay un BricoCentro donde te cortan a medida, los tableros están casi regalados y además son majísimos. Pero eso ya os lo contaré otro día y así tengo excusa para volver a pasarme por aquí.

Y como os decía, el primer piso lo tengo ya bastante perfilado:

Me faltan aún los huecos de la ventana de la cocina y la entrada, por lo de la torpeza. Lo mismo los dejo marcados y cuando se pueda visitar a la familia sin riesgo ni mascarilla, intento convencer a mi padre para que me los corte él, ahí echándole un poco de morro. También es cierto que como lo mío es improvisar, tener la casa parada me deja tiempo para meditar mejor el próximo paso, en especial el tema cierres y bisagras; básicamente como me ha ocurrido con el bajo, cuyo diseño (mental) he cambiado completamente desde el primer día, pero con una premisa clara, la versatilidad. No tengo sitio para otra casa así que ésta ha de transformarse de forma sencilla y rápida:

Como podéis ver, las medidas del salón me permiten utilizar cualquiera de mis paredes de dioramas antiguos (el azul y el de la chimenea). Y la cocina es un módulo extraíble, así que cuando me aburra de ella puedo cambiarla sin problema o simplemente ampliar el salón. En fin, lo dicho, un mundo de posibilidades. Pero por ahora a disfrutar de ella:

De hecho, como es la parte más definida (aún faltando la ventana y completar la decoración de la pared), tanto me he chalado con ella, que esta temporada me he dedicado a comprar miniaturas y ya tengo casi más utensilios 1/6 que en mi casa de verdad. Aunque bueno, contando con lo que yo me dedicaba a cocinar antes del confinamiento, tampoco tiene mucho mérito 😂😂. Pero es que por favor, mirad qué locura de minis:

Mini T-fal

En fin, que lo mismo sí voy a tener más cosas que contaros. Un abrazo inmenso, intentaré estar más por aquí, pero mientras tanto cuidaros mucho y sed todo lo felices que podáis. Ya sabéis, al igual que ir al baño, nadie lo puede hacer por vosotros 😜.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas de cuarentena y aún no he cocido pan, ni ordenado el armario ni hecho limpieza de cajones, pero al menos me estoy poniendo al día con viejos proyectos de Barbie… y cuando digo viejos no exagero, porque en el año 2013 ya tenía esta cocina, con ganas de «trasnformarla» desde el minuto uno. La culpa, de mi amiga Vane, que tenía la versión más guay (inasequible ya entonces) y bueno, que fuese un poco fulerilla tampoco ayudaba demasiado a quererla tal como era 😅:

Cómo personalizar una cocina de Barbie
La susodicha, versión de stock.

Esta cocina o muy similar (rosa fundamentalmente) se encuentra aún sin demasiados problemas por Ebay y Aliexpress, incluso he leído comentarios de que también se vende en bazares tipo «Todo a cien» (toma viejunada), con un precio que ronda entre los 20 y 30 euros, más envío. Vamos, que se puede arriesgar con ella sin tener un dolor de bolsillo. Hay otra versión de Imaginarium, que tienen mis sobrinas, con mismo molde pero con una acabado infinitamente mejor, que ni necesita apaños. Como podéis ver, se compone de cuatro módulos independientes,  con un montón de piezas móviles, muy sencillas de desmontar y, aprovechando eso, con lo primero que me puse fue precisamente con los tiradores grandes rojos de los electrodomésticos. Simplemente con una capa de pintura plateada, ya os digo que el conjunto mejora exponencialmente:

Cómo personalizar una cocina de Barbie

Añado para dar más tensión a esta historia: se me agotó el bote a los dos segundos. Un disgustazo, porque no tengo otro metalizado igual de bueno, ya que cubre de manera uniforme de una pasada, seca rápido… En fin, que no cabían más lamentos, había que seguir trabajando. Lo siguiente fue cambiar el fondo de los módulos. No tiene mucha ciencia, es un cartón que sale con presionar un poco: yo lo forré en blanco y lo volví a colocar en su sitio. El fondo del horno lo quería metalizado, así que usé un poco de papel de aluminio y lo plastifiqué. Para salir del paso, bien, pero cuando vuelva a ser libre usaré cartulina plateada o le daré pintura en spray:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Si habéis llegado a este punto de customización y no os atrevéis a más, es más que suficiente. Ya tendrá un aspecto bastante mejor que el original y habrá perdido el aspecto «juguete» inicial, y bueno, si quitáis la pegatina de la cafetera sobre la pileta, ya ni os cuento 😁. Pero como hemos venido a jugar, yo voy a seguir un poco más. A mano en casa (y que me gustasen), tenía sólo dos opciones de color para las puertas, verde o gris. El gris en spray, lo que era una ventaja (más rápido y homogéneo en su aplicación, sin problemas de adherencia), y el verde, con el que iba a tocar usar pincel y ya veríamos cómo aguantaba. Tras una primera prueba en gris, lo descarté al momento, porque: a) las puertas quedaban muy sosas; y, b) tampoco me llegaba la pintura para todas. Que hay que ver cómo se evapora. Total, que la pintura en spray aún no seca del todo me sirvió como imprimación para pintar luego con la verde y así aproveché para pintar tres pares de puertas… hasta que, como os estaba diciendo, se me acabó el gris. Me quedaban entonces por pintar aún las blancas (motivo por el que decidí dejarlas así) y las «acristaladas», pero eso ya lo os contaré luego.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Con una buena parte de la cocina pintada en verde, el estilo ya había quedado bastante definido. Ahora había que decidir combinación de mesado, tiradores y frente, puntos en los que me jugaba el realismo (bueno, igual aquí me estoy pasando de dramática) y sobre todo la estética. Tenía otro bote de pintura metalizada aún disponible, color cobre. Claro que, si estaba disponible, era precisamente porque no lo uso demasiado y es que, a diferencia del plata, sale muy aguado y hay que dar mil capas  para que quede uniforme. Para colmo, tiene una potencia de aspersión que hace que salga todo volando al aplicarlo (lo mismo manché un poco el suelo también), y al recogerlo/agarrarlo te deja los dedos perdidos. Y ni lavando 50 veces al día las manos, como hago ahora, consigo quitar la pintura que parece mugre debajo de mi uña. Pues bien, concluyendo, ese bote de pintura es el que utilicé para tiradores, asa, grifo y hasta tostadora, porque será coñazo de aplicar, pero el color combina estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Siguiente punto fundamental: el revestimiento de la pared. Aquí corté un pedazo de cartón siguiendo la silueta de la pared de los tres módulos con muebles. Ojo, no os olvidéis de lijar/raspar el soporte en el que se une el asa encima del fregadero, porque sobresale un poquillo. Una vez tengáis el cartón cortado, es todo elegir el diseño que queráis pegarle. Las opciones son infinitas y, de hecho, llegué a dudar mucho con la idea de poner azulejos, pero al final ganó el terrazo, que para algo está tan de moda. Y mira que no me gustaba nada de pequeña, pero está visto que no se puede escupir al cielo. Me descargué una foto de una baldosa que encontré en internet, tras adaptarla a la medida que buscaba la imprimí en cartulina y la luego la pegué…y ahora  ya la cocina empezaba a tomar forma.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas, con una sola pieza de pared uniendo los módulos, tocaba hacer lo mismo con el mesado. Y una aclaración necesaria en este punto: los módulos no encajan formando ángulos rectos perfectos, sino que si pegamos lado con lado, formarán un frente curvo (cóncavo o convexo según miréis de frente o no, tampoco sé cuál es cual, de hecho tampoco distingo izquierda y derecha y aquí estoy, escribiendo tutoriales). Así que nada de apretar, hay que dejar que ventilen un poco entre ellos. Eso no quita que con el tiempo los vaya a fijar a una «pared» trasera, pero por ahora se aguantan así. En cuanto al mesado, volviendo al tema, antes de nada, quité la cocina eléctrica original del juego para que quedasen todos los muebles a la misma altura. Que sí, muy chulas las lucecitas y el sonido… pero los hornillos eran un horror y no había forma de salvarlos y el frente de mandos era curvo.

Saqué otra vez un patrón con cartón, dejando hueco únicamente para el fregadero, que como va encajado en el mueble, decidí no cortar ni modificar, de forma que el mesado iría encima. Para darle más firmeza, además de elevar un poco el conjunto, uní tres piezas de cartón con las mismas medidas, con la salvedad de que, en la superior, dejaría un hueco más pequeño para el fregadero y así se disimularía más la unión.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Pegué las planchas una a una, con cola blanca, uniéndolas además con cinta de carrocero para mantener la tensión, y una vez secas, las cubrí con maderitas de tilo.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Y a estas alturas ya está casi todo listo. La pared la pegué sólo por un lado (el del asa), porque tengo que dejar fácil la mudanza 😅(la idea es pegarlos definitivamente cuando los fije a la pared esa de la que os acabo de hablar), y el mesado simplemente lo dejé apoyado (con idea de también pegarlo en un futuro). Como me quedaba un hueco en el módulo del horno, ahí pegué un frente de cartón, al que luego le pegué a su vez una foto que edité a medida de un horno real (plastificada, ojo, que nos tiene que durar) y, por último, pegué los mandos originales y alguna piececilla más a modo de botones:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

La placa de inducción también es una foto, impresa a medida, de una real que descargué de internet; la forré con cinta adhesiva transparente y, una vez recortada, la pegué sobre una tarjeta de plástico ligeramente más pequeña. Así, los bordes que sobresalen se doblan ligeramente y el resultado es estupendo:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Me la olvidé al sol, mucho sol, y se me deformó. Que no os pase lo mismo.

Ya sólo quedan las últimas puertas. A estas alturas ya no tenía imprimación y se añadía una complicación, el material es distinto al de las otras, parece metacrilato pintado por su cara interior. Tras barajar varias opciones, al final opté por cubrirlas enteras, a juego con el mesado. Pegué con cinta de carrocero (como se despegue voy lista) unas piezas de cartón a las que pegué las tablitas. Tenía esperanzas entonces de hacer otra cosa con las tiendas abiertas, pero la verdad, me gusta bastante su acabado, así que en cualquier momento puedo fijarlas con pegamento y pista. Por cierto, la cinta de carrocero la usé para cubrir el «cajón» del fregadero, porque se puede pintar por encima estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Vale que ahora no abren o cierran demasiado bien, pero tampoco lo hacían antes 😅. Y poco más que contaros de este diorama, salvo que le puse una base de centímetro y medio, para elevarla un poco y que esa base se compone de tres planchas de medio centímetro de cartón pluma pegadas, que forré con papel de fotografía blanco para que tuviesen un acabado más satinado.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Aún me quedan cosas por hacer, básicamente porque mi impresora me está chuleando miserablemente (imprime sólo cuando quiere, una desesperación), de hecho después de la foto anterior, aún conseguí imprimir tableros de mandos para el lavavajillas y el microondas:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Mesa de Minimagine y sillas de Flying Tiger

Y bueno, no pierdo la esperanza de, con infinita paciencia,  conseguir imprimir también cajas y demás botecillos para llenar los muebles de comida. Pero esa será una segunda parte del tutorial de la cocina. Por hoy creo que llega, eso sí, espero que lo hayáis disfrutado…y ahora a colgar cosas del tipo #foodporn #healthyfood #goodfood

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Cómo molan las pijadas de Re-Ment

 

Soluciones rápidas: lámpara miniatura

Iba a incluirlo en la entrada de ayer…pero creo que acabo antes así y no la dejo tan larga, que la mayoría ni leéis hasta el final 😜. Este es un truquito ultra-rápido, sencillo y muy eficaz con el que podréis conseguir una lámpara ideal para vuestros dioramas a partir de cualquier jarroncito, sin carácter definitivo. Necesitáis poca cosa:

  • Un jarrón u otro recipiente (o sólido) que tenga posibilidad de apoyo plano en su parte superior.
  • La tapa de un bote de spray o cualquier otro tapón redondo que se acomode al tamaño que pretendáis.
  • Forro para la tulipa.

Los pasos:

Cómo montar una lámpara en un minuto

Consejos que se me ocurren:

  • Procurad que el tapón sea transparente, para que destaque menos (yo era el que tenía 🤷‍♀️).
  • El forro puede (y debe) rebasarlo, tanto por encima (para evitar que se vea, salvo que se mimetice bien o lo forréis debidamente, pero eso ya son dos minutos más) como por debajo (lo que impedirá que la tulipa quede demasiado alta). Es cosa de adaptarse siempre a lo que busquéis.
  • El forro de la foto es de papel de pared (me lo dio mi suegra, que le sobró de empapelar su baño), pero sirve cualquier cartulina un poco consistente, un pedazo de mantel individual de plástico o incluso de paja o caña, un cartón forrado con tela…en fin, que da para seguir un buen rato en plan Un, dos, tres, responda otra vez…y tampoco es para eso.

Y poco más que contar. Yo no lo he fijado, porque le saco mucho partido como jarrón, pero de hacerlo, no olvidéis pegarle un cable por detrás para que ya sea la bomba…y con esto, me voy a seguir teletrabajando. Sed felices, nadie puede serlo por vosotros.

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

No hay nada como hacer de la necesidad virtud. En estos tiempos en los que no puedo bajar a mis tiendas de manualidades habituales a por material, me he propuesto ir tirando con lo que hay por casa, básicamente con el reciclaje de proyectos que nunca llegué a acabar porque sus expectativas de éxito eran remotas. La cosa es que hacía muchísimo tiempo que quería hacer una pared con ventana fija y, aunque ya lo intenté varias veces, el resultado nunca me había convencido demasiado: o quedaba mal, directamente (una no es infalible), o quedaba antiestético, que a efectos prácticos, para mí, es lo mismo. Y oye, estar encerrada en casa sin poder salir (yo me tomo el confinamiento en serio), se me antojó como el momento perfecto para intentarlo otra vez. Y eso, que a reciclar se ha dicho…

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Pantalón de pijama vintage, de Ken, y camiseta de Elenpriv.

La pared que veis se compone de dos planchas de cartón pluma, de medio centímetro de grosor cada una, pegadas cual panel de sándwich con cola, dejando en medio otra plancha más pequeña de metacrilato, que vendría a hacer la función de cristalera. Las objeciones a esta pared fueron muchas, empezando con que durante el proceso, el metacrilato se me manchó de pegamento y pintura (y a saber de qué más, que soy muy de picar algo a todas horas), y al intentar limpiarlo con acetona, el remedio fue casi peor que la enfermedad. Los colores para pared y marcos que elegí tampoco ayudaron, recordando más a una sala de espera de un hospital que a un interior con encanto. Y para colmo, como el ventanal era tan grande, no me dejaba casi sitio para muebles y cuadros, dejando al descubierto toda mi «trastienda» y su caos. Vamos, que no lo tiré a la basura porque no suelo perder nunca la esperanza y sobre todo, porque llevo un Diógenes dentro muy poderoso:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

Ambos lados de cartón pluma eran en principio idénticos (como os digo el metacrilato estaba en medio), con alféizar y todo, así que simplemente dándole la vuelta tenía otra oportunidad para empezar de nuevo. Eso sí, iba a evitar errores pasados y, lo primero, era reducir el tamaño de la ventana. La solución fue sencilla: pegué un trozo de cartón pluma a modo de parteluz contundente, de unos 7 centímetros de ancho, con lo que me quedaban a su vez dos vanos estupendos de más de 10 centímetros de ancho para montar las ventanas que quisiese. No hay fotos del proceso, porque no contaba con hacer un tutorial de esto, pero vaya, que no tiene mucha ciencia: una pieza a medida, pegada sobre el propio metacrilato y a la que para disimular las uniones, pegué un  folio de papel autoadhesivo normal:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Flecha negra: se puede ver el folio con el que tapé mi añadido-chapucilla
Flecha blanca: listones provisionales, para hacer presión durante el secado de la cola.

Luego empecé a cubrir los huecos con maderitas de diferentes grosores, buscando un diseño más o menos mono: laterales y alféizar con palitos con un grosor tipo palo de helado que tapaban mejor el corte irregular del cartón pluma y, para lo que serían ya las «puertas» de la ventana (completamente falsas, porque van pegadas directamente al metacrilato), usé las mismas láminas finas de tilo que uso para los suelos entarimados, de 0,6 milímetros de grosor, con alguna de más relieve para travesaños y dar un toque decorativo a los marcos. Las posibilidades son infinitas, todo depende de vuestras ganas e imaginación.

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Uff, no os fijéis en los fallos, ya repasaré la pintura cuando consiga otro bote.

Y después de esto, a pintar. Hice varias pruebas de color, hasta que finalmente encontré  en el fondo del armario el bote de pintura tono gris paloma que usé con el diorama de la chimenea.

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Esto me va a permitir combinarlos en un futuro, sin olvidar tampoco que es un color que me encanta, que pasa del tostado al azulado según la luz del día o el filtro de instagramen flipada que le aplique:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Y una vez montado, a disfrutarlo. Las ventanas, pensadas para poner sofá debajo sin que queden tapadas, son igualmente compatibles con un cabecero como el de esta foto. Es una simple pieza de cartón pluma, que pinté en el mismo tono más oscuro que usé con las ventanas, pero que al final decidí cubrir con el mismo tejido de la colcha: dos servilletas estupendas que compré hace unos meses en Zara Home. Por cierto, que ya os conté aquí los secretos de montaje de la cama, así que sigo con lo demás. Las sábanas y cojines también las hice con una bajera de Zara, que se me había desgarrado al sacarla de la lavadora (aún no me explico ahora cómo pudo pasar), pero que me vino de perlas para este conjunto. Eso sí, los cojines me dieron una lata estupenda, que estoy desentrenada con la aguja:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Y aquí os dejo otros detalles que no se aprecian bien en la foto general. Por cierto, me gusta más la bandeja con chocolates que con macarons, pero si los preferís, no olvidéis que ya compartí el print hace unos añitos:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

Y hasta aquí por hoy…mañana, si tengo ganas, ya reeditaré la entrada con alguna fotilla más.