Estuve un poco liada estos días y se me ha pasado completamente compartiros el link de la subasta. Que sí, que en Instagram os he dado mucho la lata, pero hay más redes a las que atender porque no todo el mundo está allí. Así que mensaje rápido que el tiempo apremia!!
Pero si no os gusta y no os apetece, no os preocupéis, tenéis más opciones, para verlas sólo tenéis que pinchar aquí. ¡¡¡Que este año hay muñeca OOAK de Mattel!!!
Ea, y ahora a seguir trabajando… Sed buenos, que en nada es Navidad 😜
Hace ya prácticamente un año que no me dejo caer por aquí y me siento un poquito avergonzada de pretender arrancaros algo de atención, pero es que no veáis la lata que supone tener que trabajar para vivir y no tener ni tiempo ni energía para casi nada más, ya no os cuento escribir tontás en un blog… Con todo, voy a dejar de contaros mis penas, que no hay nada más aburrido que aguantar a una quejicas, para centrarme en lo importante: hablaros de la subasta que, como cada año, organiza la Spanish Doll Convention. Que sí, que los coleccionistas a veces somos un poco dramas y algo intensos, pero lo de la solidaridad está entre nuestras mejores virtudes. Y es que no hay evento muñequil que se precie que no cuente con alguna rifa, subasta o evento solidario, porque si la cosa es gastar, al menos hacerlo sin problemas de conciencia.
Pues bien, durante la celebración de la Convención, el último día, el de la Sala de Ventas, ya en la hora de puertas abiertas para todo el mundo, se cierra el evento con una rifa, fundamentalmente destinada a los presentes y en la que se pueden encontrar cosas estupendas donadas por otros coleccionistas y colaboradores. Pero aquellas muñecas más especiales se reservan para su subasta en eBay, permitiendo que participe todo el mundo en su puja (en sentido literal y figurado) y que quien no tenga posibilidad de desplazarse a Madrid en octubre ni conozca a nadie allí, pueda llevarse su muñeca deseada a casa. Y ahí es donde podréis encontrar mi donación de este año… tachán, tachán, redoble de tambores:
La donante de cabeza es una Holiday 2009, que trae pelazo, sí, y también un maquillaje que no me da pena ninguna borrar.
Ufff, mejor no me fijo mucho, que con estos zoom bestias le veo todos los fallos
Para su vestido he vuelto a recurrir a la seda salvaje. Me encanta su efecto tornasolado y como queda en fotos. A poco que varíe la luz ambiente, su color es completamente distinto, pasando de un tono acero a otro más azul o incluso verdoso, con fuertes contrastes de claroscuro. Está confeccionado a través de la técnica del moulage (esto me lo dijo una compi de trabajo a la que le enseñé la foto esta semana y le conté como lo había hecho). Básicamente, se trata de ir dando forma directamente sobre el cuerpo de la muñeca, con mucho alfiler en el proceso, cortando el sobrante, fijando la forma deseada y cosiendo al final. Total, que la palabreja suena muy bien, aún así voy a ser sincera, yo no vivo de esto y he hecho lo que he podido, que de coser, lo justito. Que ya me da un poco de apuro repetir el mismo estilo de vestido todos los años, pero es que mis habilidades con la aguja dan para lo que dan. Así que si os toca, no pretendáis desvestirla, que no se puede.
Y después de este alarde de sinceridad totalmente gratuito e innecesario, voy a seguir contándoos un poquito más de ella. Las joyas son completamente originales, combinando piezas reales (vamos, para seres humanos) compradas para la ocasión; los guantes se los he chorizado a una Barbie Repro (si alguien vende que se ponga en contacto conmigo, que empiezo a andar necesitada, de hecho he agotado los de Silkstone) y el bolso es el resultado de un experimento que se me ocurrió después de comprar unas cintas autoadhesivas que encontré en la mercería. No salió a la primera, ni a la segunda ni casi a la tercera… pero ha quedado molón. O eso espero. Y las sandalias son de un modelazo de Fashion Fever a las que no se les dobla el tacón.
Por cierto, que como todos los años, lo recaudado va directamente a la Fundación Aladina, dedicada a ayudar a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias. Me siento muy, muy orgullosa de colaborar con mis muñecas en esta causa y, contando con que ni vendo ni acepto encargos, si de verdad queréis una muñeca mía para ocupar el espacio en vuestras vitrinas, esta es la oportunidad perfecta. Recordad, que es para una buena causa…
Por cierto, a ver si se desencapota el cielo y puedo sacar más fotos.
Parecía que no llegaba el día, pero aquí está, un año más, la subasta benéfica de la Spanish Doll Convention, donde el coleccionismo se conjuga con la solidaridad, de forma que podemos llevarnos a casa muñecas maravillosas, sabiendo que con ese dinero, además, cooperamos con una magnífica causa. Y la de este año no podía ser mejor. Y sí, volvemos a colaborar con la Fundación Aladina, dedicada a ayudar a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias, pero además, el dinero recaudado en esta edición se destinará íntegramente al Fondo de Ayudas Extraordinarias de Aladina para apoyar a los niños con cáncer y sus familias afectados por la DANA. Como ya sabéis, el pasado octubre, sufrimos uno de los peores desastres naturales de las últimas décadas en España, que se cebó especialmente en la Comunidad Valenciana. Los daños han sido terribles, tanto personales como materiales y pensar que así podemos aliviar un poco el sufrimiento de los afectados, me hace muy feliz.
Y después de hacer que no tengáis problemas de conciencia para pujar y mucho, os enseño mi donación de este año 😉. Sí, los vídeos siguen dándoseme mal, qué se le va a hacer:
Como podéis ver, he vuelto a mi zona de confort, es decir, a la seda salvaje total, al estilo Pertegaz. Esta vez, en un color grana que va oscilando, según la luz, del tono más rosado al más rojo que ya os digo que es absolutamente maravilloso. Y por supuesto, aprovecho para volver a darle las gracias a Carmen Ortí por el tutorial que colgó en su día sobre cómo hacer la falda de la Barbie Pertegaz, me has dado la vida, amiga… ¡¡qué sería de mis donaciones sin tí!!
Pero es que si soy fan de la seda salvaje sobre todas las cosas, es por la increíble textura que tiene, que la convierte una escultura interactiva en nuestras manos, y así, hasta una torpe con la aguja como yo, puede salir airosa del embolado de hacer una Ooak en condiciones:
Y esto es por lo que adoro la seda salvaje 🤩🤩 Aquí os dejo video de lo que se puede hacer con mi @barbie #OoakDoll , donada para la #CharityAuction de la @spanishdollconvention de este año 2024 Vestida en seda salvaje, con un diseño completamente exclusivo inspirado en la sofisticación de la Barbie Pertegaz de los ochenta. Está totalmente repintada, con un maquillaje que busca el equilibrio de tonos con su ropa, en el que la elegancia es siempre su inspiración última. De verdad que espero que os guste y sirva para recaudar mucho, recordad que es para una buena causa 😉
Pero me dejo ya de rollos con su ropa y os hablo un poquito más de ella, que si no esto va a ser sólo fotos. Vuelve a ser un repaint total (la ocasión lo merece) y su muñeca base es el de la Barbie Spotlight on Broadway de 2015. Mantuve su peinado original, porque me pareció que casaba a la perfección con su vestido, pero esta vez decidí no ponerle pecas para darle un estilo más sofisticado. Espero no haberme equivocado y que os guste igual 😬.
Porque la he hecho con la mejor de las intenciones. Bueno, haceros gastar mucho, esa es mi intención, no os voy a mentir 😅:
Así que espero que todos mis esfuerzos y desvelos hayan valido la pena, os guste y pujéis mucho por ella en eBay, recordad que es para una buena causa. Además puede quedaros preciosa en vuestra vitrina, con o sin caja:
Y antes de despedirme, el link en donde tenéis que clicar:
Y para ser festivo y haberme pegado una panzada en el cumpleaños de mi sobrina, la entrada no me ha quedado ni tan mal… 😜. ¿Os he pedido ya que pujéis?
¡La cuenta de Ebay de la Spanish Doll Convention ya está activa, lista para la subasta solidaria que acompaña cada edición! Está repleta de muñecas maravillosas para que pujéis por ellas y así contribuir al fin de la Fundación Aladina, que es acompañar y hacer felices a los niños enfermos de cáncer durante todo el proceso de la enfermedad.
No falta entre ellas mi donación de este año, por la que podréis pujar sin problemas de conciencia, porque repito, todo el dinero que se recauda va a parar a esa magnífica causa. Además, es de las pocas oportunidades que hay de conseguir una de mis muñecas, así que no la dejéis escapar 😉:
Pero si no os gusta, no os preocupéis, porque como os digo, hay muchas otras muñecas y sets de regalos por los que pujar y que podréis encontrar en este link:
Hace un par de años, en pleno confinamiento por la pandemia, os conté el proceso que seguí para customizar una cocina de juguete y transformarla en una versión más realista y actual:
Foto de cuando me lo curraba con la Réflex, no como ahora, que todo va con móvil 😜
Pero aunque me quedó bastante apañada, tenía aún el gusanillo de montar una completamente original, partiendo desde cero. Y cuando llegó a casa la nevera de Aizul Homey esa apetencia se convirtió en necesidad, porque dado su tamaño ¡no-me-cabía en la cocina verde! Y es que a diferencia de foto que precede este párrafo, la cocina estaba ya integrada en mi #SúperCasaDeBarbie, con lo que no se podía expandir a lo largo, sino que tenía que acomodarse al espacio disponible, formando una pequeña L con la nevera en un extremo y, la recién llegada, como os digo, era (y es) considerablemente más profunda que la original.
Aquí ya me había pasado al móvil…
La idea que está presente permanentemente en esta casa es la versatilidad. O lo que es lo mismo, que haciendo pequeños cambios pueda transformarse totalmente sin necesidad de montar una nueva megaestructura (que no os exagero, se me fue la mano y ocupa una barbaridad). De hecho, la cocina original se apoya en un módulo independiente, que se puede extraer sin dificultad, como podéis ver aquí, en la fase de montaje original:
Y aquí encima de foto cutre, sin luz
Sin embargo, al final decidí no montar otro módulo de cocina, porque me daba pereza ir a la ferretería a comprar más tablas (básicamente porque siempre me confundo con las medidas y tengo que volver dos o tres veces). Además, el módulo ocupa un montón y no estaba yo para volver a llenar la casa de trastos, sin olvidar también que me daba pena despegar la cocina antigua, porque me había quedado muy bien encajada y quería poder volver a usarla sin esforzarme demasiado. Así que finalmente decidí despegar únicamente la nevera y «tapiar» el resto. Cierto que la nueva cocina me iba a quedar muy pequeña, pero nada impide colocarla en otro espacio para fotos. Además, no me quedaría tan oscura al ocupar una posición más adelantada:
Lo primero, como siempre, documentarme para encontrar inspiración, aunque ya tenía algo claro: quería azulejos tipo Zellige, madera natural y tonos arena/crudo con efecto estuco…la cosa era cómo conseguir cristalizar esta idea 😵:
Y la verdad es que para eso tuve ayuda, que vino de una de mis tiendas de manualidades de referencia, Arte. Tiene un poco de todo y, además, está especializada en modelismo y casas escala 1/12, lo que es una auténtica gozada. Allí me recomendaron que probase con la porcelana fría y, efectivamente, fue un acierto:
Foto del bote de porcelana fría y del de yeso que usaré luego.
He visto por youtube un montón de tutoriales de cómo hacer porcelana fría en casa (por cierto, que creo que se llamaba miga de pan cuando era pequeña), pero comprada es comodísima y un resultado estupendo está prácticamente garantizado. Es muy fácil de manejar, infinitamente más limpia y menos peligrosa (en todos los sentidos) que el Fimo, y encima seca bastante rápido. Empecé probándola poco a poco, haciendo tiras pequeñitas que estiré sobre una plancha de corte (que no sobrevivió a todo el proceso de la cocina, aunque esa es otra historia), y que luego corté siguiendo las líneas de la plancha sirviéndome de una regla fina de acero, que cuando compré en Zara Home pensé que era una tontá, y al final resulta que me da la vida para estas cosas.
Como es decía, este material empieza a secar bastante rápido, en especial cuanto más fino lo trabajéis. De hecho en un par de horas es fácil despegarlo de su base. Ahora bien, una cautela a tener presente es que a medida que se va secando, a veces se retuerce y abomba, en especial cuando se trata de planchas grandes, así que cuando ya empieza a estar un poco rígido, no está de más ponerle algún peso para mantener su forma plana de base, con precaución de no aplastarlo, claro. Para el estilo que buscaba, cuando más irregular e imperfecta la pieza, mejor, pero por supuesto, el acabado es cosa del gusto de cada uno y de cuánto rodillo quiera pasarle.
Cuanto más irregulares, mejor.
En lo que se refiere a su tamaño, éstas miden un centímetro de lado y, poco a poco, a medida que fui cogiendo más soltura, fui también cortando más tandas de cada vez. Vamos, que la primera pared que hice con esta técnica me llevó casi una semana, pero la siguiente en un día y sobrando tiempo. Para pegarlas sobre la tabla/pared utilicé cola blanca de carpintero que con este material funciona perfectamente. Medí la altura a la que quería dejar el mesado, marqué con cinta de carrocero y lápiz, y empecé a cubrir:
Una vez cubierta la superficie (que pudo ser más grande, pero es que tengo una vida que atender), el resto de la pared hasta el techo la cubrí con una capa de yeso blanco, que además de servir de imprimación para facilitar la cobertura de pintura, le dió el aspecto irregular tipo estucado que buscaba:
Para pintar utilicé la misma gama de color para los azulejos y la pared, combinando varios colores de tonalidades arena:
Y por fin, una vez secó la pintura, cubrí los azulejos con barniz cerámico, que como el propio bote indica, es un barniz de acabado para conseguir un aspecto vítreo o cerámico y del que ya os escribí cuando compartí por aquí otro tutorial de azulejos (pinchad en las letras negritas, que esta vez paso de repetirme 😜), aunque en aquella ocasión los hice con cartulina y cartón:
Iba a tapar las juntas con masilla, pero me gustó como había quedado la tonalidad final y no quería estropearla. Y hasta aquí la explicación de hoy. Espero poder contaros pronto cómo siguió el proceso de la cocina (el más accidentado también), con mueble y encimera, hasta llegar a este resultado que ya os dejo en avance:
Pero hasta las vacaciones me parece que váis a tener que esperar, 😅. Confesaros, eso sí, que esto de la porcelana fría engancha, así que ya ando en proceso de alicatarles el baño, aunque como esta vez elegí unos colores que no acaban de convencerme, creo que me tocará volver a empezar:
Ya me contaréis si os animáis también con esta idea y cómo os ha ido con ella. Espero saludaros por aquí bien pronto 😉
No quiero pensar ya ni la de tiempo que hace que no escribo por aquí…pero la verdad es que hoy me tenéis de regreso para una muy buena causa. Y es que después de dos años de parón, no solo ha vuelto con fuerza nuestra Spanish Doll Convention (uff, qué fiestón), si no que también se ha retomado la actividad solidaria que siempre la acompaña, colaborando un año más con la Fundación Aladina. Y aunque casi llego por los pelos (no es novedad), aquí tenéis mi última contribución a la causa:
Y después de tanto tiempo de silencio voy a daros algo de rollo, hablándoos un poquito de ella, para meteros el gusanillo de conseguirla 😉. La muñeca base es una Holiday 2009 (la del vestidazo de tul rosa, con mucho brilli-brilli y dorado), de la que he aprovechado su estupenda melena rubia, repintando complementamente su cara. El cuerpo es de la Spotlight on Broadway de 2015, que va ideal combinando cuerpo model muse y brazo articulado, vamos, que mejor me pongo las pilas consiguiendo ya más para el año que viene 😬
En cuanto al vestido, como habréis notado he vuelto a recurrir a la seda salvaje (o como me dijo mi madre, «has hecho el de siempre, pero oye, es muy bonito»), con la dificultad añadida de que me van quedando menos colores disponibles. Por cierto, aprovecho para volver a darle las gracias a Carmen Ortí por el tutorial que colgó en su día sobre cómo hacer la falda de la Barbie Pertegaz, me has dado la vida, amiga 😜.
La falda se puede dejar más alta o más baja al gusto, que es lo bueno que tiene este tejido, que parece casi el material de una escultura y se deja manejar muy bien.
En cuanto a lo demás, el collar y el bolso también son originales para este modelo (vamos, que me también se los he hecho yo, así que no esperéis mucho) y los zapatos se los rapiñé a una Silkstone, que a este paso se me quedan descalzas.
Ah, una última cosa: las fotos son todas de móvil, porque el objetivo de la cámara reflex sólo funciona en manual y eso para las miopes no estabilizadas como yo es letal 😅, y por ahora lo que he visto de ella sale todo desenfocado. Si se salva algo, subiré más fotos, mientras os dejo este vídeo:
Y poco más que contar, espero que os guste mucho y pujéis por ella para sacar un buen pellizco para esta buena causa. Sed buenos y abrigaos bien, que los catarros están a la vuelta de la esquina 😘😘.
Casi llego tarde con este post, pero la verdad es que no tenía perdón no compartírosla también por aquí, porque siempre me preguntáis dónde conseguir una de mis muñecas, y va a ser que estáis de suerte, porque después de mucho tiempo, vuelvo a colaborar con Victoria ,Barbie Designs en una muñeca solidaria, esta vez para el evento MuñecArte Valencia, que tendrá lugar este fin de semana (como siempre apurando hasta el final), y cuyos fondos se destinarán a Fundación Aladina.
Está inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, porque es la temática del evento, y el vestido ha sido diseñado y confeccionado por Carmen, y ya os digo que es tan maravilloso que me he tenido que trabajar a conciencia el repaint y la caja, para estar a su altura
Y cuando os digo lo de la caja, es que sin duda me llevó más tiempo que pintar la cara 😅, y eso que estaba muy oxidada desde la última vez.
Así que espero que os guste mucho. Todo el mundo puede participar a la rifa de esta muñeca, incluso las personas que no acudan al evento. Los boletos tienen un precio de 3€ y se pueden comprar enviando un correo electrónico a infomunecarte@gmail.com. Sólo hay 200 boletos, así que, si os interesa, no esperéis hasta el último momento .
Lo prometido es deuda y por una vez parece que voy a pagarla a tiempo 😅, así que los imprimibles de revistas van a tener que esperar un poco, ya que lo que toca hoy por aquí, es el tutorial del sofá que publiqué el otro día en Instagram y que tanto me habéis pedido:
Ésta es mi segunda inclusión en el mundo de los sofás, la primera fue mi sofá verde, y os confieso que ya entonces me había quedado con muchas ganas de repetir. Lo malo es que a veces cuesta encontrar tiempo, qué os voy a contar…y eso que este sistema es bastante sencillo y rápido de hacer; además, no se necesita mucho material para prepararlo. Vamos, que no me explico cómo tarde tanto.
Está a punto de cumplir 10 años, puedo garantizaros que el sistema aguanta
Así que si queréis hacer una lista de la compra, anotaos lo siguiente:
– Cartón pluma: concretamente, me serví de una plancha de un centímetro de grosor, cuyo tamaño original era de unos 50×50, de la que suelo utilizar para paredes. Llevaba en mi casa desde que me mudé al piso anterior, así que es un reciclaje en toda regla 😜. Podéis usar otros grosores, incluso cartón normal, teniendo en cuenta, claro, que cuanto más fino sea el material, más capas tendréis que usar. Igualmente podéis hacerlo en MDF o madera, pero ya es mucha más lata cortar y la pieza va a ser mucho más pesada.
– Tela para tapizado: esto ya es a gusto de cada uno. Evitad la que no tenga suficiente cuerpo, no admita dobleces o se deshilache demasiado, pero también la que sea demasiado gruesa o rígida, porque vais a trabajar en dimensiones muy pequeñas, y el resultado va a depender en gran medida de vuestra elección.
– Cutter, regla, lápiz y pegamento: yo opté por la cola blanca, me gusta por su facilidad de aplicación, además que es ideal para el cartón pluma, pero esto ya es a elección personal. Si preferís el Loctite y que se os peguen los dedos, feel free. Lo del lápiz fue para la foto, porque en realidad usé un Bic que anda por ahí 😅.
– Cinta de carrocero: no es imprescindible, pero yo no puedo vivir sin ella.
– Alfileres: tampoco son imprescindibles, pero este sofá va más servido que un muñeco de vudú.
– Espuma: esta vez, al no poder ir a por material, usé la que tenía por casa, vamos, que descosí el relleno un cojín de verdad, no demasiado cómodo (Amancio, a ver si mejoras), pero me gustó mucho más la que usé con el otro sofá, que era en realidad el filtro de una campana extractora, mucho más compacto y uniforme. Otra opción es la plancha de espuma, en la que podéis encontrar todo tipo de grosores y dureza.
Y una vez que ya disponéis de todas estas cosas (o sus alternativas), vamos al tajo. Para decidir el diseño y las medidas me basé en otros modelos de sofá que ya tengo, sí, pero lo determinante en sus dimensiones finales fue el acomodarlo al hueco del salón de mi casa de muñecas, concretamente al de la pared con chimenea, para que cupiese en su lado derecho. Este es el motivo por el que al final no le puse reposabrazos, pero podéis añadírselos sin problema en vuestra versión.
Lo de las patas fue una prueba, finalmente descartada.
Partiendo de estas premisas, voy a seguir contándoos mi proceso particular:
1º.- Corté seis piezas idénticas de cartón pluma, con una medida de 20×10 centímetros, para formar la base. A la hora de cortar, os recomiendo que paséis el cutter sobre el cartón pluma sirviéndoos de una regla o guía, para mantener una trayectoria recta; evitad presionar demasiado, para que no se deforme, es mejor dar varias pasadas suaves que una a lo bestia. Además, aunque no lleguéis a atravesarlo, el cartón pluma suele partir con facilidad, de forma limpia, así que cuando ya hayáis alcanzado la mitad podéis intentarlo sin miedo. Y esto es muy importante: procurad que el cutter esté lo más perpendicular posible para que el corte forme un ángulo recto.
2º.- Una vez que corté las seis planchas, las apilé formando dos módulos con tres piezas cada uno, que pegué entre sí aplicando cola blanca, y que por lo tanto alcanzaron una altura de 3 centímetros. Así que si estáis usando un cartón pluma más fino, con poner más capas, solucionado. Si el corte no os quedó bien perpendicular, al pegar las planchas entre sí puede quedaros esa superficie lateral algo irregular. Para solucionarlo, una vez haya secado el pegamento, repasad el corte con el cutter, eliminando las partes que sobresalgan, y luego cubrid la zona con cinta de carrocero para lograr un acabado uniforme, al tiempo que podéis aprovechar para reforzar la zona. Si aún así queda mal, cubrid con cartulina, manteniendo la superficie lo más plana posible. También podéis reforzar las esquinas, si sospecháis que le vais a dar muy mala vida al sofá. Prevenir no está de más. Yo, que me conozco, lo he hecho.
3º.- Siguiente paso, «tapizar» la base. Forré únicamente la parte que iba a quedar a la vista, es decir, dos lados completos en uno de los módulos, y un lado y medio en el otro. Corté la pieza de tela, con un ancho de unos 6 centímetros, de forma que a cada lado sobrase, para asegurarla, un centímetro y medio.
Antes de pegarla, la planché (casi no hacía falta porque doblaba muy bien) marcando doblez y asegurándome de que la línea no fuese torcida. Como esta tela no se mancha (haced la prueba antes con la vuestra), se puede encolar la superficie del cartón pluma, sin pasarse, y luego pegarla encima. Además, fui asegurando el proceso con alfileres, y luego encolé los laterales ya sin contemplaciones, echando cola casi a cucharadas. Una vez secó, pegué los dos módulos entre sí, usando aún más alfileres a modo de clavos, para que el sofá quedase más consistente. (Y aquí un inciso: ésta fue otra de mis elecciones que, desde luego, no estáis obligados a seguir, y nada impide que los módulos los dejéis sueltos, incluso las piezas individuales (10×10 cms) y montarlos luego a vuestro gusto…vamos, sofá sencillo de una o de dos plazas, sofá en ele para un lado, para otro, esquinero simétrico…pero en ese caso tendréis que cubrir tres de sus lados ya que sí se pueden ver, porque el cuarto se lo dejamos al respaldo).
Como veis, sólo queda cubierta con tela la parte que va a estar al aire.
4º.- Turno del primer respaldo. Empecé por el lado derecho, y usé una plancha de 30 cm de largo y 12 de alto. Le pegué la tela por uno de sus lados, dejando que sobresaliese en el canto medio centímetro, y luego lo uní con cola y alfileres, por este lado tapizado, a la base del sofá. Las únicas fotos que tengo son, además de malas a dolor, con el respaldo ya unido, que era tarde y no andaba yo pensando entonces en tutoriales 😅:
Una vez unido, cubrí con tela el otro lado, dejando que sobresaliese, por el lateral y la parte superior, sólo medio centímetro. Como el grosor de la pieza tiene un centímetro, se trata de que una vez pegados los dos lados de la tela abulten lo menos posible. Como no hice foto entonces, os acabo de hacer una rápida para que entendáis mejor qué intento deciros:
Una vez tengáis bien fijada la tela, sólo falta cubrir este borde con una tira larga, doblada por los dos lados de forma que no pase del centímetro de ancho. Este respaldo iba a quedar tapado por el otro en su lateral, así que sólo necesité pegar los lados visibles, derecho y superior, para lo que empecé en el borde inferior como podéis ver en este vídeo, gracias al que también podréis comprobar que no bromeaba con lo de los alfileres 😂:
4º.- Una vez acabado este respaldo, coloqué el siguiente, siguiendo el mismo proceso. Mide de largo 21 cms, y la única diferencia en el acabado es que el remate sí lo cubre por ambos lados y el superior. Os iba a decir que a estas alturas tendría que verse algo así, pero en realidad esto es del paso siguiente, cuando empecé ya con los asientos:
5º.- Colocación de los asientos: cada asiento se compone de dos planchas del mismo cartón pluma de 1 cm, que no llega a los 10 centímetros de lado. Medidlas con calma, para que se adapten a la base que ya tenéis hecha, y contad con que esos milímetros de menos son los que ocupará la tela de forrado, es decir, si medís 10 cms exactos, al final acabarán sobresaliendo por los los lados. A la hora de forrarlos, podéis dejarlos planos sin más, simplemente cubriendo con tela la parte superior y luego el contorno, igual que hicimos con el respaldo o podéis meter espuma para dar un efecto un poco mullido. Como os decía antes, la espuma del cojín no me gustó demasiado, porque tenía demasiados grumos y nudos, y se notaban bultitos al colocar la tela encima. Esto con las otras opciones que os di no pasa (mirad si no el tutorial del sofá verde), pero si no os queda más remedio, la solución que yo encontré fue la de envolver la espuma antes en un poco de papel de cocina. Ya sé que le quita mucho glamour, pero es lo que hay 😬:
Después se tapa con la tela, con más o menos tensión dependiendo de lo acolchado que se quiera, y a continuación se pega el borde, en mi caso una tira de tela doblada por ambos lados. Fui colocando cada asiento, para comprobar que no me pasaba de dimensiones:
Y una vez terminados, los encolé a la base a conciencia y donde pude metí alfileres. Creo que pesa más por el metal que por otra cosa, 😂. Pero quedaron bien asegurados y lo importante, ninguno sobresale de la base 💪💪:
6º.- Colocar los cojines. De ancho miden 10 centímetros y de alto ocho, pero no os olvidéis de añadir el dobladillo. Eran tantos que fui a por la máquina de coser, que llevaba olvidada en el altillo desde la mudanza y se ve que usarla es como montar en bici, no se olvida:
De hecho, me vine tan arriba que preparé otros en color para combinar, pero esos ya os los enseñaré más adelante, que por hoy creo que ya llega. Parece mentira, pero me ha costado la vida acabar 😂😂. Iba a hacer foto diorama chachi guay, pero es viernes y la semana me ha dejado sin energías.
Así que hasta aquí todo lo que tengo que contaros de cómo hacer un sofá para Barbie, espero que lo disfrutéis mucho y que a partir de esta base deis rienda suelta a vuestra creatividad, introduciendo todas las variantes que se os ocurran, en dimensiones, formas y colores 🤩🤩🤩:
Tenía yo un arranque estupendísimo (aunque algo pedante) con Fray Luis de León y su consabida anécdota (salía en el Trivial y todo), hasta que los de ABC han venido a chafármela con su rigurosidad histórica. En cualquier caso, volviendo a la idea original, este «decíamos ayer» viene a colación de mi práctica habitual de retomar viejos borradores para las publicaciones del blog, y de la que aún os hablé en el último post. Ahora mismo tengo unos veinte borradores, de los que, medianamente escritos, puede haber prácticamente la mitad, vamos, que estarían a un par de correcciones de párrafos, depuración de chistes malos y edición de las fotografías. El problema es que creo que aún así, con todo esto último solucionado, muchos seguirían sin servirme. Es decir, publicar hoy «Nuevo pedido de SquishTish», que edité por última vez en 2015, como que no lo veo…
Por no dejaros con la intriga, pedido de SquisTish en 2015. Sólo una mira a cámara, así que creo que ya sé el porqué de no publicar entonces 😂
Sin embargo, en éstas estaba, cuando pensando precisamente en esta cita, me acordé de que mi último viaje con colegas, en aquella vida pre-Covid tan feliz y despreocupada que teníamos, fue precisamente a Salamanca. Pero mejor os pongo en situación: mi grupo compis de promoción de la opo (soy una chaponcilla, sí), cuando se nos acabaron las bodas como excusa para juntarnos, organiza/ba todos los años, al menos, un viaje de grupo. Generalmente a casas de turismo rural, donde Cristo perdió la sandalia, con pisci y demás atracciones para que sus retoños estén entretenidos; pero también, cuando hay suerte, a capitales de provincia, con agenda adulta más molona. Y digo cuando hay suerte, porque suelen estar mejor conectadas con este maravilloso noroeste en el que vivo, no porque no me guste estar en una casa aislada, rodeada de críos, sin poder decir ni un taco…porque además de tener unos niños monísimos y saladísimos, están muy bien educados. Y es verdad, palabrita del niño Jesús, y no lo digo sólo porque a veces hasta me lean 😜.
Ya no me acuerdo si es en Castilla la Nueva, la Vieja (no os enfadéis, es que en mi clase del cole los mapas aún no estaban actualizados, y siempre me hizo mucha gracia el nombre), un área de servicio o la casa de turismo rural, pero la foto es de 2014, en una de esas juntanzas rurales de las que os hablo.
Pues justo hace un par de años, por el puente de Difuntos que ahora tenemos a las puertas, tocó viaje molón a Salamanca. Y lo de molón no fue sólo por el destino (que qué ciudad más bonita), sino porque, además de la compañía (son chicas muy majas y sus familias también), tuvimos la suerte de tener una cicerone estupenda. Vamos, que además de visitas culturales nos pusimos las botas comiendo y bebiendo, porque mi amiga Raquel, que se ocupó de organizarlo todo, es que vale un Potosí.
Aquí casi a las puertas del hotel, que veis al fondo.
Nos alojamos en el Hotel Abba Fonseca, muy céntrico y bien situado, muy apañado y con un precio muy razonable. Vamos, que si volvemos este siglo, no descartamos repetir. Y mirad si la ubicación era una maravilla, que justo al otro lado de la calle tenía el Colegio Arzobispo Fonseca (y era fácil aparcar, que me saltan las lágrimas al recordarlo):
Con unas vistas alucinantes de la Catedral, porque si bien mi móvil de entonces, lo que es las fotos en automático, las sacaba un poco regulinchi, si tenías tiempo para fuchicar en el modo manual, te permitía hacer fotos nocturnas como ésta:
Y diréis, pues tampoco está tan bien. Cierto, pero es que perdí la original cuando la tarjeta SD se me fue a la porra este verano, así que todo lo que estáis viendo hoy son copias bastante mal editadas que se salvaron de milagro por irse a otra carpeta de guardado. Pero volviendo al tema, nuestra guía nos tenía preparado de todo, en especial, pateos por la ciudad:
La gabardina es de Clear-lan y el bolso de Integrity Toys.
Con parada obligada en la Universidad y las Escuelas Mayores, de las que ya no tengo fotos de interior, por lo que os acabo de contar de la SD, #shameonme:
La foto es un descarte recuperado, pero no podía dejar de publicar esa ubicación, 🙈🤣
Y claro, en nuestro itinerario no podía faltar tampoco la Catedral. Si tenéis ocasión, no perdáis la oportunidad de hacer la visita Ieronimus, que incluye salas, torres, terrazas y triforio desde la balaustrada superior:
Terraza de la Torre Mocha.
La estancia más elevada, donde cuelgan las campanas.
Este es el recorrido por la balaustrada superior de la Catedral Nueva, un pasote.
Y además, como os digo, mucho paseo con terraceo, cafés y copas, que ya estamos todos en la edad. Vamos, lo que viene siendo el turisteo con amigos:
Y poco más que contaros, que me entra demasiado nostalgia, por lo que hasta aquí mi crónica de hoy. Añadir sólo que en las últimas fotos viste vaqueros y gabardina de Clear-lan y jersey de Imida Dolls. Los complementos (gafas y mini móvil) son originales de Barbie, y el paraguas lo conseguí en ebay, en una tienda de Hong Kong.
La verdad es que hubiese estado genial hablaros de los restaurantes y locales que visitamos, porque realmente nos pusimos las botas, pero al perder las fotos de ese viaje, no tengo manera de acordarme sin tener que darle la lata a nadie. Si eso ya actualizaré la entrada para el mes, año o década…pero por hoy me despido. Sed felices y disfrutad de lo que queda de domingo 😘.
Creo que ya os lo he dicho alguna vez: suelo usar los borradores de WordPress como bloc de notas. Así, cuando se me ocurre algo que contaros, empiezo a escribir, aunque sólo sea un par de líneas y un título, y lo dejo ahí guardado a la espera de más tiempo o inspiración. Esta mañana, me he encontrado con el borrador de la entrada que ahora estáis leyendo, que edité por última vez nada más y nada menos que en 2015😱…vamos, que casi ya ni me acuerdo del viaje y para colmo las fotos que hice entonces son un poco un horror. Y esto último ya lo he vivido, porque cuando compartí las fotos de Londres, aunque el retraso no fue tan exagerado como el de esta vez, me llevé un currazo considerable recuperándolas con Snapseed y otros programillas de imagen, porque chicos, admitámoslo, hay que ver lo que han avanzado los móviles en cosa de pocos años y lo poco apañada que era yo entonces.
En fin, que después de horas de búsqueda entre los archivos de fotos (yo lo guardo todo, absolutamente todo, no veáis la Diógenes digital que estoy hecha 😅), conectando móviles viejos, discos duros externos y demás…por fin aparecieron los originales y, lo que en un principio iba a ser cosa de repasar el puñado de fotos que compartí en su día, se me ha ido un poco de las manos al comprobar cómo mejoraban exponencialmente si después de editarlas aún se le ponía algún filtro de Instagram.
Sigue sin ser perfecta, pero teníais que haberla visto antes 😅
Así que, hecha esta introducción para que valoréis en su justa medida lo mucho que me lo curro por mis lectores, ahí va la sesión, empezando por Brujas, nuestra primera escala de ese día, donde tomé las fotos que estáis viendo.
Conocida como la Venecia del norte por sus canales y puentes, es una ciudad adorable, a la que se llega en nada desde Bruselas en tren, lo que la convierte en un destino turístico imprescindible e ineludible. Lo llenas que estaban sus calles lo dejaban bien claro.
No sé cómo será la cosa en estos tiempos Covid, pero cuando llegamos, aún siendo un día lluvioso de junio, había mareas de gente. Ya sé que no se ven en las fotos, pero es lo bueno de ir con dos guías, que siempre encuentras rutas alternativas 😜.
Y en ellas aparecen recunchos llenos de encanto donde sacar fotos, que menos mal que no borré en su día 😅, como estos pequeños canales y callejones sin salida.
O estas otras, haciendo equilibrios, en las que podéis ver dónde se apoyó, gracias a las deportivas de los Accesory pack de las Barbie Basics de hace ya unos diez años, que son bárbaras para que se aguanten solas en pie:
Y lo que estaba intentando:
El cielo ya anunciaba la lluvia que nos iba a caer…🙄
En fin, que ese día paseamos mucho y comimos mucho chocolate…porque descubrí una de las mayores lambonadas del mundo: los puestos ambulantes de Godiva, con fondue de chocolate y fresas…no, si al final va a ser que sí me acuerdo bien de este viaje 😁
Y de ahí que nos fuimos ya a Gante, apurando al máximo el día. Esta vez la foto es de las antiguas, porque no he podido encontrar la original, así podéis comparar 😉:
Y en Gante, fotos, pocas, porque acabamos mojados como pitos. Aún así nos dio tiempo a dar un paseo por la ciudad, siguiendo nuevamente las rutas recomendadas por la guía.
Ypensar la de paraguas que conseguí luego y lo bien que le hubiesen quedado…
De hecho, la tengo delante ahora, mientras escribo, y las hojas de Gante están arrugadas de haberse empapado bien en su día 😅
Por cierto, que como hace mucho que no sale, lo mismo ya no os acordáis de ella. Es Kenzie Mystery Squad, con reroot de Vanelg1 y maquillaje retocado por mí, que viste camisa y pantalón de Clear-lan, el pañuelo creo que era de un muestrario y la cámara es un llavero que podéis/podíais encontrar en la web de Lomography. No hay foto detalle, porque ya no sé dónde está nada…no veáis qué disgusto tengo con lo de la camisa…😪
En fin, que espero que hayáis disfrutado de la entrada de hoy. Desde luego que otras veces soy más selectiva con las fotos…al menos intento no repetir postura 😅.
Nota mental: colocar bien manos y brazos.
Pero sinceramente, creo que esta vez tenía mono. Demasiado tiempo sin viajar. Demasiado.
Y con ésta, que creo que es una de mis favoritas, ya me despido. Me temo que ya no estoy acostumbrada a escribir en WordPress y, por si fuera poco, han cambiado modos en la edición…vamos, que lo mismo estoy montando un caos con las fotos, con lo que me convendría ir publicando ya por si hay mucho que arreglar.
Tenéis mi palabra de que habrá tercera parte, espero que esta década.