Una de las cosas con las que más disfruto de esta afición es la customización de mis propias muñecas; transformar una muñeca para dejarla a mi gusto se ha convertido en algo esencial en mi forma de entender el coleccionismo, a lo que ha ayudado mucho, sin duda, tener muy cerca de mi a Vanelg1, una de las mejores rerooteadoras que pululan por este mundillo.

Conocí su trabajo por flickr, sobre todo por las maravillas que le había hecho a Edel, así que no fue difícil decidirme cuando puse en sus manos mi primera Poppy para reroot. De ahí, confirmado ya que el mundo es un pañuelo, siguieron más quedadas, reuniones, doll meets o como prefiráis llamarlas, hasta que, por fin un día, se atrevió a confiarme su Poppy de ojos locos recién rerooteada para que le centrase un poco su mirada, pese a mi temor a toquetear muñecas tan caras. Y menos mal que salió bien la cosa, porque desde entonces nuestras colaboraciones no han cesado:

(Ooak Coney Island Poppy Parker)

Al principio, estas colaboraciones eran bien en muñecas propias (pequeños arreglos de maquillaje para ella y pelos para mí), bien en las de amigos. Fueron tantas las que me rerooteó que casi no puedo llevar la cuenta. De hecho, salvo un reroot que tengo de Jesús y que guardo como oro en paño (por favor pinchad en su nombre para ver sus maravillosos estilismos), todos los demás que hay en mi colección han sido hechos por ella.

(Por muy adorables que sean las pequitas, sin el pelo no vale nada. Muñeca de Edel).

Por fin, hace dos años, con la ayuda imprescindible de Carmen Ortí, que se ocupó de vestirla, preparamos la primera muñeca destinada a «vender» o, más en concreto, a rifar; no nos la íbamos a quedar porque lo justificaba una muy buena causa, la Rifa Benéfica de la Convención Nacional de Coleccionistas de Barbie en España, para la que la donamos. La temática de la convención giraba en torno al mundo de fábula, así que ésta fue nuestra particular Caperucita:

Volvimos a colaborar con Carmen en la Convención del año pasado, esta vez haciendo la muñeca de Sandra Ibarra, que se rifó también con fines benéficos. No voy a mentir, no era tan bonita y para colmo no tengo fotos buenas de ella:

Pero además, en esa Convención por primera vez preparamos una serie de muñecas para vender e incluso pusimos stand propio, eso sí, con nombre profesional, que Vane y Sandra no quedaba serio, jajaja; por eso, tras darle muchas vueltas, acabamos por decidirnos por firmar nuestros trabajos como Plastic Lab, con página en facebook y todo!!

(Como la temática era ochentera, igual alguna nos quedó algo rara)

Lanzadas estábamos…un montón de planes y proyectos, tantos que al final, desde el año pasado a éste, no preparamos ninguna muñeca más para vender. Vale, realmente llegamos a hacerlas, pero nos las quedamos para nosotras, demostrando un sentido empresarial bastante lamentable. Pero las cosas como son, yo no me desprendo de esta muñeca ni loca:

En un par de semanas vuelve a haber Convención y, otro año más, volveremos a colaborar con la subasta benéfica, donando una muñeca:

Y de nuevo tendremos stand, con unas pocas muñecas que se adaptarán a la temática «encantada» de la Convención…así que pronto publicaré fotos de nuestras fantasmas y vampiras. Mientras, foto de una de las que iba a ser parte de la colección del año pasado (de hecho había varias en ese estilo), pero que no acabamos hasta hace unas semanas, consecuencias de tener las dos un trabajo que deja poco tiempo libre:

(Jersey tejido por Vane)

En fin, todo este rollo es para explicar un poco de qué va Plastic Lab y anunciar que pronto publicaré fotos de lo que llevaremos a la convención. En casa me dicen que son demasiados temas para un solo post y que la idea no queda demasiado centrada, pero confío en vuestras capacidades de comprensión 😉

(Espero poder enseñarlas pronto)