Vale, no os voy a descubrir a estas alturas que soy un poco desastre. Si acaso, que lo soy un poco más de lo que con mucha benevolencia habíais sospechado, pero eso no quita que intente esforzarme por mejorar. Que no publico nada en semanas, cierto, pero es que la vida a veces es muy complicada, y se torna casi imposible que nos alcance el tiempo para cumplir todas las tareas de la lista, por lo que no queda otra que eliminar lo no vital para que ceda puesto a lo esencial. Total, que en estas disquisiciones andaba yo metida, cuando me di cuenta de que no llegaba a tiempo para la donación. ¡Qué no llegaba a tiempo!

Foto sin filtros, que aún es joven 😉
Y eso que estaba planificada desde hace un montón de tiempo, incluso barajé dos candidatas antes de decidirme y de hecho, había pensado, ya que no soy demasiado habilidosa con la aguja, encargar la ropa. Primero a alguno de los muchísimos artistas con los que contamos por aquí, y si no podían, pues alguna opción de ETSY. Pero lo fui dejando…tanto, que al final ya me daba vergüenza hasta abrir la boca para molestar a nadie y tampoco había margen para las bromas de Correos y su servicio de ADT Postales. Vamos, que me tocaba espabilar…y menos mal que después de hablar con Gloria (ya sabéis, repetid conmigo: mi presidenta, me representa), y que me dijese que podía entregarla directamente para la subasta de Ebay, que tendría lugar después de la conven, supe que podría evitar un brote serio de ansiedad acompañado de infarto de miocardio.
Aún así, pensé que si al menos podía colocarle un trapito encima, la quería enseñar (no sé si por vanidad o por inseguridad, o un poco de cada), oír otras opiniones menos estresadas sobre la muñeca y, sobre todo, obligarme definitivamente a tenerla lista de verdad para la subasta. Y fue un acierto, porque contar con la opinión de mi idolatrado Edel fue clave para añadir al look final uno de los pañuelos de Carmen, de los que soy tan fan:
Y hablando del trapito, me pareció que emular un vestido tan mítico para el coleccionismo español como el Pertegaz era una buena opción, y si a eso añadimos que es tan fácil de coser que hasta yo puedo hacerlo mejor que mejor 😉 . Ya os confieso que el mérito del acabado es de la tela, una seda salvaje azul que se aguanta en pié sola, y que hasta hecha un nudo queda bien, y si no, comprobad, ¡dentro vídeo!:
Ya los últimos detalles son el bolso joya, el brazalete y las sandalias:
En cuanto a su nombre, se lo debe a Nio, de quien surgió la idea tras un brainstorming muy concienzudo, mantenido en una reunión celebrada en la habitación del hotel de Juan durante la Convención. Y aclarado esto último, creo que esta canija de unos 30 cms. no da para más que contar. De corazón, espero que os guste, sobre todo porque es para una muy buena causa.