Después de mucho dudar, (porque sí, a veces llego a dudar antes de comprar y no lo hago a lo loco, inciso que incluyo por si me leen en casa), por fin me lancé a por mi primera prenda de YokoDolls. Hacía mucho que la seguía en flickr y etsy, pero comprar a Japón me daba algo de pánico por el tema de ADT Postales. Aclaro que no es por pagar, que lo tengo asumido e interiorizado; el problema es que te tengan parado el paquete meses sin explicaciones ni garantías y encima tomándote el pelo. Pero finalmente, con las fotos de Julia Castro ya el vicio me pudo y afortunadamente mis temores con aduanas resultaron, al menos esta vez, infundados.
El vestido por el que me decidí es una auténtica monería, muy bien cosido y rematado, y además llegó bastante rápido (unos diez días, incluidos no laborables), haciendo de la experiencia algo muy recomendable para repetir en el futuro:

(Aprovechando que el diorama del suelo blanco seguía montado…)
Así que, una vez probado en casa, para el bolso y a pasear con él:

Facultad de Bellas Artes

Villa Pilar

A tomar algo al Verbena

Avenida de Santa María

Jardines de Vicenti
Y de propina, la versión instagramizada de la foto de interior, en la que sí se ve bien el vestido. Por cierto, el cinturoncillo se puede quitar simplemente desabotonándolo:
El resto del look se completa con la cazadora de Clear-lan, sombrero de Ken Fashionista, bolso de Barbie Silkstone Market Day y las bailarinas originales de esta Poppy, It Airways.
Y con esto, ya sólo me quedan medio millón de fotos de instagram por compartir por aquí 😛 Yupiiiiiiiii!!!