Vivía feliz en Barcelona, hace ya más de diez años, cuando con ocasión de los fastos mundiales por el 50 Aniversario de Barbie se celebró, en el Pabellón Italiano de Montjuïc, la Exposición Generación Barbie. Tal como lo describió la nota de prensa de Europapress, se trataba de un montaje original y muy elaborado, que mostraba las obras de las cincuenta autoras, además de vídeos y textos que definían la personalidad de Barbie, y que después de una anunciada fiesta de inauguración, abriría al público el día siguiente. Añadía también que se trataba de «cincuenta mujeres que destacan en el mundo profesional, cultural y artístico, que se han unido a la celebración del 50 aniversario de Barbie y han creado una obra relacionada con su actividad profesional que rinde tributo a la muñeca. Con generosidad, entrega y una especial percepción del mundo que las hace únicas, han enriquecido los matices de la personalidad de Barbie, aportando nuevos temas de reflexión, sueños y fantasías, recuerdos e ilusiones y, lo más importante, el latir de sus emociones».
Y después de semejante descripción (el latir de sus emociones, ¿en serio?), ahora preguntaréis…¿qué tal la expo? Pues no tengo ni idea, hoy voy de cuñada total. Me pasé a curiosear por allí antes de tiempo, el día de la inauguración misma, cuando no estaba aún abierta al público general, y lo único que pude ver fue a los VIP saliendo del recinto; además, por entonces yo ya tenía miopía, así que ni siquiera los distinguí bien y eso que había algunos de los que soy muy fan 😅. Y semanas más tarde, cuando pensé en volver, ya había concluido. El tiempo vuela cuando se está ocupada y yo, de siempre, soy un despiste con patas. Eso sí, os confieso que tampoco lo lamenté demasiado entonces, porque con estas cosas era (y soy) un poco reticente y como hoy estoy con la mala baba subida y no todo va a ser positivismo en este blog, os voy a contar el porqué. Primero, porque Barbie llegó tarde a España (demasiado), así que estas mujeres, salvo contadas excepciones (Alaska, gracias por existir), probablemente fueron generación Nancy (por poner una, no entendáis esto como un desprecio, por favor), con lo que sus rollos y reflexiones intrusistas (que no han jugado con Barbie en su vida, Hulio!), además de interesarme poco, me aburren bastante; segundo, porque como ya empezáis a sospechar después de esto que acabo de escribir, soy del sector #Barbintegrista, y ver que cogen cualquier playline cutre y mal peinada para customizar, porque como no tienen ni idea, no distinguen una de otra, me enerva de una forma…ufff, ya estoy tecleando fuerte. Tercero, porque no me las creo (aquí además de integrista, soy un poco mala persona), me imagino a su relaciones públicas/agente comentándoles: oye, tenemos evento, de Barbie, sí, sí, la muñeca, lo vas a pasar pipa, que sí, va fulanita también, verás, además vas a salir en prensa y al menos cuatro revistas de moda, sí, no te preocupes por eso, piensa cualquier discurso inspirador/empoderador y ya está, no te metas demasiado con ella que esto es patrocinado…ah, y hay que preparar una muñeca en miniatura, sí, sí, que no te preocuuuuupes, cualquier cosilla, pero piensa que es para promocionar también tu última colección, no creo que sea complicado, ¿aún tienes a aquella becaria?…Y es que a esas alturas de mi vida ya había visto demasiadas #BarbieVestidasPor como para que mis expectativas fuesen muy bajas, aunque he de reconocer también (que ya se me va difuminando la mala leche a medida que escribo), que en los últimos años están mejorando mucho. El factor @barbiestyle se nota, vaya si se nota.
Pero volviendo al tema, que hoy me pierdo con tanto haterismo; entre este popurrí generacional, había varias diseñadoras de moda que nos brindaron con la versión mini de sus creaciones, quedando desde entonces dos en mi memoria, la Barbie de Tous, porque con ella se curraron más de lo habitual la idea de la customización, haciendo una mini Rosa Oriol muy graciosa, y la de Rosa Clará, porque en la época fue una de las que más difusión tuvo en medios:
Y la casualidad que da título a esta entrada es que el otro día, ojeando la web de ventas de segunda mano, me fui a encontrar con la de Rosa Clará, y tras meditarlo unas horitas (las novias no son lo mío), ahora está mi casa ocupando armario 😅:
El vestido está muy bien cosido, aunque como dice mi amiga Vane, para ser Rosa Clará, ya se pudo haber buscado un modelo más trabajado. Y es que la verdad, se limitaron a plantarle un palabra de honor con mucho volante a una Silkstone Debut, sin ni un solo complemento específico, tipo velo o ramo, sin adaptar su maquillaje y sin cambiar siquiera sus joyas originales, aros y pulsera. Por cambiar, no le cambiaron ni los zapatos, que pintaron los que traía la muñeca:
Al menos es una Silkstone, que siempre da un poco de nivel al resultado y encima ahora están en fase revalorización. En cualquier caso, el vestido se puede sacar fácilmente y poner a otra modelo:
Y digo al menos, porque rebuscando entre otros productos del vendedor, aparecía otra Barbie, con pinta de pertenecer a la misma exposición y que, tras un rato de investigación online, efectivamente, resultó ser la de Sita Mur, y como ya habréis sospechado a estas alturas, tras meditar otro rato sobre la conveniencia de seguir tirando más cuartos, se fue pa la saca también:
La foto azul es del vendedor, le sigue la oficial y, la tercera, es de un desfile. Viendo la azul tenéis que reconocer que le eché valor: un horror de muñeca, con cara de lado y brillante de laca, e iba a decir también mal peinada, pero sería injusto con lo que se han esmerado en ella, porque conseguir que aguante en ese tipo de pelo, tantos años, tiene mérito…Pero vamos a lo importante para mí, la ropa, ¡ay! ¡la ropa! tenía una pinta estupenda. Y, aunque tengo por consigna mantener la integridad de las creaciones OOAKs, sin transformarlas ni lo más mínimo para respetar la visión creadora del artista, en este caso ya os digo que tengo claro que este respeto se limita a su ropa 😅 . Por ahora se lo lleva esta rubiales, pero ya le buscaré modelo definitiva:
Y es que la primera impresión no me engañó, la ropa es una maravilla. El vestido es toda una delicia, forrado y muy bien rematado, vamos, que se nota el mimo y el cuidado en su confección. ¡Hasta trae medias! y la chaqueta de punto, básico al ser un modelo de Sita Murt, remata un conjunto muy armónico; vamos una compra perfecta.
Repetid conmigo, para hacer fotos hay que llevar las gafas puestas.
Si les hubiesen dejado una muñeca mejor como base, habría sopapos por ella, eso desde luego, así que gracias por quedaros con una Fashion fever, fea como pegarle a un padre y que así pueda ser ahora parte de mi colección 😘 . Por cierto, hay que ver cómo se cierran los círculos, ¿eh?