Mejor traduzco el título de la entrada de hoy, que como es habitual en mi, igual me paso de optimista: ya hemos vaciado el piso y ya hemos encargado el diseño a gente que sabe de esto, que tampoco es cosa de improvisar en temas tan serios. Por lo demás, sigue con los mismos elementos estructurales y un poco más de polvo.
Total, que en mis momentos de procrastinación cotidiana me he dado cuento de que todas las blogers e influencers (me da la risa mientras lo escribo) dedican tiempo a enseñar su casa; y aún más, mi venerada AD dedica también artículos a pisos de instagramers (a lo que hemos llegado). Así que mientras veía sus apasionantes vídeos en los que deciden si ponen una hoja de palmera en la cocina o en el baño (o en ambos, ya que está de moda) he pensado…¿y si hago lo mismo? No lo de la planta, que a mi los baños a lo selva no me van (al menos por ahora, supongo que por tema de espacio y tener que limpiar, más que nada), sino lo de retransmitir el proceso de reforma.

Unas semanitas de observación, y ya le he cogido cariño al verde de los azulejos 😉
Luego pensé, déjate de tonterías Sandra, que tienes estudios y trabajo fijo y ahora tus compis ya saben de esto y los cafés pueden ser duros…pero nada, que ahí seguía el gusanillo. Así que ante una más que evidente falta de inspiración en los últimos tiempos (o para ser más exacta, pocas ganas de editar fotos, que no veáis los testamentos que tengo medio listos en borradores), me metí una muñe en el bolso y me puse a representar cómo va la cosa esta de reformar un piso antiguo.
Porque lo dicho, mucha medida y mucho estudio de plano, para decidir qué se queda y qué se cambia, y sobre todo dónde va a ir cada cosa. Y si no fijaos en esta estantería, que iba directa para la chimenea de mis padres, hasta que midiendo me di cuenta que su tamaño es perfecto para poner muñecas. Ahora falta que el carpintero nos confirme que puede ponerle puertas (además de cambiarle el color) y así tendrá un puesto asegurado en la final; si no se puede, nominada y a la calle:
Porque definitivamente, el carpintero va a tener mucho trabajo. Y no, éstas de aquí abajo ya no son para Barbie, que en el piso va a vivir más gente y tampoco me puedo pasar 😉 :
En fin, que con cuatro fotos chorris (la cámara de mi móvil está definitivamente desfasadísima), al tiempo de que os hago partícipes de lo que es mi monotema en los últimos tiempos, dejo lista una entrada nueva, con la esperanza puesta en recuperar el ritmo de una vez…que tengo muchas novedades y Convenciones de Barbie que contar. Por cierto, y antes de despedirme, gracias también a la entrada de hoy publico la ropa que aún tenía por enseñar, y es que mi pelirroja de pelos locos llevaba ya meses vestida monísima esperando una buena ocasión para lucirse:
Y sí, lleva jersey de Karine’S, pantalones de The Scissors Madrid (Javi, por favor vuelve, que te echamos de menos), botas de Momoko, gafas de The Teacher Silkstone Barbie, móvil de Mattel, y revistas y planos hechos por mi. He repasado y no me queda nada más por comentar, sólo despedirme y desearos un gran fin de semana.