Barbie EXTRA 2020

Hola, no sé si aún os acordáis de mí. Me llamo Sandra y me gustan las muñecas. Llevo este blog, pero lo tengo un poco abandonado. Si aún seguís ahí, muchas gracias. Y ahora, tras un breve recordatorio, al tema. Esto de la mudanza es complicado. Aún no he abierto muchas de las cajas y, definitivamente, ni teniendo una pedazo estantería (y otra más normalita), me cabe entera mi colección. Esto os lo contaré con más detalle cuando por fin publique el post que empecé hace semanas y que a este paso acabo para año nuevo. Hoy no, que bajo la premura de la novedad, de lo que voy a hablaros es de las Barbie Fashionistas Xtra, que para algo acaban de llegar a casa y tengo fotos de todas. Supe de su existencia hace unas semanas, gracias a Papusile Mele y, tras verlas, tuve mi proceso de siempre, que se resume en esto: «ufff, qué horror de horterismo…vale…me gustan…aghh, ¡las quiero!…a ver si están baratas».

Y ahí lo dejé. Hasta que este sábado por fin me animé a entrar en una juguetería y allí estaban en la estantería: la #2, Barbie Extra Candy Queen Lea, curvy con molde Mbili y rollo asiático, y la #1, Barbie Extra Swag Chick Nikki, que no tengo ni idea del nombre de su molde (yo lo venía llamando fashionista cabezona de morritos), AA y con un estupendísimo pelo afro.

Barbie Extra 2020

Y como hay que empezar por una, voy a hacerlo por la #2, ya que fue la que más me sorprendió para bien. La AA ya me gustaba de las fotos promocionales, pero esta curvy me había parecido un codrollo en un principio y no sé si fue cosa del mono de juguetería, de que había comido demasiado ese día o del ciclo lunar…pero en la tienda me pareció una monada y, lo más importante, que venía con maquillaje perfecto. Un poco recargada, cierto, pero siempre se puede descargar y en tema muñecas, soy de la opinión de que mejor que sobre a que que falte. Os dejo la foto de mi instagram (nocturna y con prisa), mientras no saco una mejor:

El vestido me ha recordado al de la Top Model de mi infancia, la camiseta me encanta (fui adolescente en los 90, comprendedlo), la pulsera a modo de coletero es lo más y el bolso ¡hasta se abre!

Barbie Extra 2020

Lo dicho, una delicia, que no quita que esté sujeta a cambios, vamos, que una vez que haga foto de grupo, lo mismo le pongo otro cuerpo y meto tijeretazo en el pelo:

Barbie Extra 2020

Pero sigamos. La otra que me llevé ese día fue la AA.

Barbie Extra 2020

Dudé un pelico, por el maquillaje, que no estaba tan bien como el de la otra…pero luego me acordé de que las puedo repintar y el vicio pudo más que la prudencia. Tiene algo de pixelado, pero su tez lo disimula perfectamente. Y es tremendamente fotogénica:

Barbie Extra 2020

El abrigo es estupendo y viene hasta con forro; el conjunto de camiseta y culote está bien rematado, con dobladillo y todo; y, los calcetines, son de verdad, nada de dejar sin rematar la punta a lo calentadores. Ya no están tan bien las joyas, que podrían traer mejor un metalizado, ni las gafas, que son en un plástico tan mate que quedan un poco cutres, pero ya veré cómo las mejoro:

Pero en conjunto, como os digo, queda una muñeca muy resultona y que en foto ya ni os cuento:

Barbie Extra 2020

Y hasta aquí mi aventura del sábado. No tenían disponible a la rubia #3, Barbie Extra Pinkalicious pero me enseñaron una que quedaba en tienda reservada. La vi tan mal maquillada que pasé de ella sin pena ninguna, pero claro, luego se nota su ausencia en la foto:

Barbie Extra 2020

Así que #DondeDijeDigoDigoDiego, me entró gusa y el lunes llamé para ver si les había llegado alguna…y #EfectivyWonder (por estas cosas se nota que soy más vieja que el hilo negro), les acababa de llegar una nueva remesa y allá que fui por el aire a por ella.

Barbie Extra 2020

Tenían dos y fue bueno poder elegir, porque ya os digo que el control de calidad, mal. Una tenía la mitad de las perlas de las gafas sin pintar y la boca un poco descentrada. Y sí, el maquillaje da el pego en foto, pero es el peor con diferencia, con un píxel que yo noto hasta sin gafas, vamos, una barbaridad:

Barbie Extra 2020

Pero obviando ese detalle, en conjunto es de lo más ideal. Que el top sea en realidad un bañador me ha dado una alegría tremenda y el abrigo, un poco más deslavazado que el otro, es muy amoroso al tacto, eso sí, ya he perdido la cuenta de abrigos de peluche rosa que tengo. El bolso es muy gracioso, al igual que los botines, y el colgante con el logo de Barbie es ya un must. El resto de la joyería, pues mal el metalizado (plástico gris, más bien), que a ver si puedo pintar, y las gafas son bastante mejorables:

Pero nada de eso se nota apenas en foto, consiguiendo un look de lo más icónico:

Barbie Extra 2020

Y hasta aquí mi análisis por hoy. Añadir como conclusión que la relación calidad precio está bastante bien, ya que por los treinta eurillos que cuestan, resultan de lo más apañadas, con una base muy buena para sacarles un gran partido. De hecho, estoy deseando verlas en manos de otros coleccionistas y disfrutar de su creatividad. Y ahora sí me despido. Cuidaros mucho.

Verano 2020, por fin nos mudamos

Mi verano, supongo que como el vuestro, sigue igual de raro que el resto de este año inclasificable. Después de un julio con muchísimo calor y a tope de trabajo (había que compensar el parón por el encierro 😅), he empezado ya mis vacaciones y, al menos, parece que las temperaturas han bajado bastante y nos van a dar un poco de tregua para esto de cargar maletas, cosa que me está sabiendo a gloria, porque os confieso que yo el calor lo llevo fatal. Me gustan los días nublados y dormir tapada con una colchita. Además, las fotos generalmente me quedan mejor así, que cuando mi muñeca brilla como una bombilla…así que si no me creen ustedes, pasen y vean la última sesión que me he marcado, a tope de filtros hipster, que para algo es una #DollInfluencer 😂😂.

Otra cosa es que, como tengo medio escacharrado el móvil y además las fotos las edito sobre la marcha, no queden en grande todo lo bien que me gustaría…pero en pequeñito se ven estupendas.

Y bueno, lo importante aquí es el paisaje:

Por cierto, las aplicaciones que más uso, como ya os he contado un montón de veces, son Snapseed (muy sencilla y con unos resultados geniales) y, evidentemente, Instagram y sus filtros:

Hay más, claro, pero yo, como os digo, voy editando y subiendo casi al momento (así tengo el móvil casi sin datos ya 😅) y necesito acabar rápido para disfrutar del paseo en condiciones y, para eso, las que os he dicho son perfectas:

En cuanto a su ropa, lleva chaqueta de Jiajia, gorro de lana de Karine’s, camiseta de Elenpriv, vaqueros de Shandollsfashion, zapatillas originales de Momoko y gafas de Silkstone Barbie.

 Y dicho esto, ya no se me ocurre qué más contaros para acompañar cada foto, porque son un montón, que esta vez me vine muy arriba y no paré en todo el camino.

Porque aunque no se aprecie demasiado (las fotos las estoy colgando completamente desordenadas) una de las ventajas del microclima de este paraíso es que el día suele levantar pronto, así que al final acabó con solazo y en la playa 😉

Y ahora ya sí, tal como os anunciaba en el título, parece que por fin nos mudamos. La obra está prácticamente terminada y la mudanza es ya una realidad, con casi todas mis muñecas ya metidas en cajas (no todas porque son un feixe y no me da la vida, va a tener razón mi madre y soy una diógenes de las muñecas)…así que espero que la próxima vez que os escriba sea ya desde allí. Aunque después de estos años esperando, quién sabe 😜😜😜


Jersey de Karine’s para foto despedida, con mucho Sargadelos, que nunca falte.

Nada más por hoy. Sed buenos, usad mascarilla si salís a la calle y poneros protector solar si vais a tomar el sol. Y recordad…a lo mejor a la gente que tenéis cerca no les gusta el reggaeton, si lo vais a escuchar, ponedlo bajito. Viviréis más.

 

 

 

Seguimos en casa: blush & couch

No acabo de pillar muy bien lo de las fases de la desescalada (y no mintáis, vosotros tampoco, porque como me decía un profesor, si no tienes dudas es que no lo has entendido), pero la realidad es que por ahora seguimos en casa. Así que voy a aprovechar para compartir por aquí mis últimas sesiones de fotos, así como unos consejillos chorra, publicados en la Fanpage de Facebook, (y que ahora titulo en inglés para tirarme un poco más el rollo 😅):


Las ventanas y la lámpara de las últimas entradas. Aquí le sacamos partido a todo.

El primero, por orden cronológico, es el del blush o colorete. Parece una tontería, pero un poco de rubor en las mejillas puede darle muchísima vida a nuestras muñecas y, la verdad, no hay nada más fácil de hacer, como ya os expliqué hace tiempo en el tutorial de poner pecas:

Cómo poner pecas a nuestras muñecas: tutorial
Machaco y mezclo la tiza en un folio, y luego aplico en la muñeca como si usase una brocha de colorete.

Lo destacable, en este caso, es que no pongo fijador; cuando me canso del tono, lavo la cara sin más y hasta puedo darle otro tono o dramatismo según la época o el humor con que me pille.

La idea la saqué ya hace muchos años de Rotoplast. Y abro paréntesis para batallita: como seguro ya sabréis, Mattel cedió licencias de fabricación y comercialización de Barbie en diferentes países entre los años 70 y 90. Aquí tenemos las míticas Congost, pero hubo muchas más, como Cipsa en México, Estrela en Brasil, Top Toys en Argentina, Plásticos Gloria en Chile,​ o Basa en Perú. En Venezuela tuvieron a Rotoplast, que fabricó unas morenas de ojos violetas, guapas a rabiar, con la particularidad de que el colorete que llevaban era auténtico. Nada de pintado, pillaron maquillaje de verdad y a vivir. Pues bien, uno de los mayores tesoros de mi colección es una de esas Rotoplast, de la que no tengo foto decente porque se quedó en casa de mis padres (qué se le va a hacer, ya reeditaré la entrada), así que desde muy pronto practiqué eso del make up real, si bien sustituyendo el maquillaje de uso humano por tiza espolvoreada de pasteles, y hasta aquí el origen de mi truquito casero. Pero es que mirad qué mona:

Y aún no había desmontado el diorama del todo, cuando se me ocurrió cubrir el sofá rosa de Minimagine con una funda de cojín, doblada a la mitad. En dos minutos, con un par de alfileres para darle una caída más estética, ya tenéis un sofá nuevo. Que ojo, yo he cubierto uno auténtico, pero este sistema sirve igual para tapar una estructura básica de cartón pluma u otros materiales menos glamurosos 😉:

Y una vez colocada, a darle rienda suelta a los filtros, que la funda de algodón tiene una textura de lo más fotogénica:

Y bueno, con una MTM posando, ya ni os cuento el juego que tendréis para repanchingaros a gusto…

Y poco más que contar en un post que era una excusa para compartir por aquí mis últimas fotos. Simplemente añadir que el conjunto de camisa y pantalón vaquero es de Clear-lan, mientras que en las primeras fotos, viste camiseta de London Peachy Baby Shop, falda de un Pack de ropa Fashionista tall y deportivas de Momoko.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas de cuarentena y aún no he cocido pan, ni ordenado el armario ni hecho limpieza de cajones, pero al menos me estoy poniendo al día con viejos proyectos de Barbie… y cuando digo viejos no exagero, porque en el año 2013 ya tenía esta cocina, con ganas de «trasnformarla» desde el minuto uno. La culpa, de mi amiga Vane, que tenía la versión más guay (inasequible ya entonces) y bueno, que fuese un poco fulerilla tampoco ayudaba demasiado a quererla tal como era 😅:

Cómo personalizar una cocina de Barbie
La susodicha, versión de stock.

Esta cocina o muy similar (rosa fundamentalmente) se encuentra aún sin demasiados problemas por Ebay y Aliexpress, incluso he leído comentarios de que también se vende en bazares tipo «Todo a cien» (toma viejunada), con un precio que ronda entre los 20 y 30 euros, más envío. Vamos, que se puede arriesgar con ella sin tener un dolor de bolsillo. Hay otra versión de Imaginarium, que tienen mis sobrinas, con mismo molde pero con una acabado infinitamente mejor, que ni necesita apaños. Como podéis ver, se compone de cuatro módulos independientes,  con un montón de piezas móviles, muy sencillas de desmontar y, aprovechando eso, con lo primero que me puse fue precisamente con los tiradores grandes rojos de los electrodomésticos. Simplemente con una capa de pintura plateada, ya os digo que el conjunto mejora exponencialmente:

Cómo personalizar una cocina de Barbie

Añado para dar más tensión a esta historia: se me agotó el bote a los dos segundos. Un disgustazo, porque no tengo otro metalizado igual de bueno, ya que cubre de manera uniforme de una pasada, seca rápido… En fin, que no cabían más lamentos, había que seguir trabajando. Lo siguiente fue cambiar el fondo de los módulos. No tiene mucha ciencia, es un cartón que sale con presionar un poco: yo lo forré en blanco y lo volví a colocar en su sitio. El fondo del horno lo quería metalizado, así que usé un poco de papel de aluminio y lo plastifiqué. Para salir del paso, bien, pero cuando vuelva a ser libre usaré cartulina plateada o le daré pintura en spray:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Si habéis llegado a este punto de customización y no os atrevéis a más, es más que suficiente. Ya tendrá un aspecto bastante mejor que el original y habrá perdido el aspecto «juguete» inicial, y bueno, si quitáis la pegatina de la cafetera sobre la pileta, ya ni os cuento 😁. Pero como hemos venido a jugar, yo voy a seguir un poco más. A mano en casa (y que me gustasen), tenía sólo dos opciones de color para las puertas, verde o gris. El gris en spray, lo que era una ventaja (más rápido y homogéneo en su aplicación, sin problemas de adherencia), y el verde, con el que iba a tocar usar pincel y ya veríamos cómo aguantaba. Tras una primera prueba en gris, lo descarté al momento, porque: a) las puertas quedaban muy sosas; y, b) tampoco me llegaba la pintura para todas. Que hay que ver cómo se evapora. Total, que la pintura en spray aún no seca del todo me sirvió como imprimación para pintar luego con la verde y así aproveché para pintar tres pares de puertas… hasta que, como os estaba diciendo, se me acabó el gris. Me quedaban entonces por pintar aún las blancas (motivo por el que decidí dejarlas así) y las «acristaladas», pero eso ya lo os contaré luego.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Con una buena parte de la cocina pintada en verde, el estilo ya había quedado bastante definido. Ahora había que decidir combinación de mesado, tiradores y frente, puntos en los que me jugaba el realismo (bueno, igual aquí me estoy pasando de dramática) y sobre todo la estética. Tenía otro bote de pintura metalizada aún disponible, color cobre. Claro que, si estaba disponible, era precisamente porque no lo uso demasiado y es que, a diferencia del plata, sale muy aguado y hay que dar mil capas  para que quede uniforme. Para colmo, tiene una potencia de aspersión que hace que salga todo volando al aplicarlo (lo mismo manché un poco el suelo también), y al recogerlo/agarrarlo te deja los dedos perdidos. Y ni lavando 50 veces al día las manos, como hago ahora, consigo quitar la pintura que parece mugre debajo de mi uña. Pues bien, concluyendo, ese bote de pintura es el que utilicé para tiradores, asa, grifo y hasta tostadora, porque será coñazo de aplicar, pero el color combina estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Siguiente punto fundamental: el revestimiento de la pared. Aquí corté un pedazo de cartón siguiendo la silueta de la pared de los tres módulos con muebles. Ojo, no os olvidéis de lijar/raspar el soporte en el que se une el asa encima del fregadero, porque sobresale un poquillo. Una vez tengáis el cartón cortado, es todo elegir el diseño que queráis pegarle. Las opciones son infinitas y, de hecho, llegué a dudar mucho con la idea de poner azulejos, pero al final ganó el terrazo, que para algo está tan de moda. Y mira que no me gustaba nada de pequeña, pero está visto que no se puede escupir al cielo. Me descargué una foto de una baldosa que encontré en internet, tras adaptarla a la medida que buscaba la imprimí en cartulina y la luego la pegué…y ahora  ya la cocina empezaba a tomar forma.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas, con una sola pieza de pared uniendo los módulos, tocaba hacer lo mismo con el mesado. Y una aclaración necesaria en este punto: los módulos no encajan formando ángulos rectos perfectos, sino que si pegamos lado con lado, formarán un frente curvo (cóncavo o convexo según miréis de frente o no, tampoco sé cuál es cual, de hecho tampoco distingo izquierda y derecha y aquí estoy, escribiendo tutoriales). Así que nada de apretar, hay que dejar que ventilen un poco entre ellos. Eso no quita que con el tiempo los vaya a fijar a una «pared» trasera, pero por ahora se aguantan así. En cuanto al mesado, volviendo al tema, antes de nada, quité la cocina eléctrica original del juego para que quedasen todos los muebles a la misma altura. Que sí, muy chulas las lucecitas y el sonido… pero los hornillos eran un horror y no había forma de salvarlos y el frente de mandos era curvo.

Saqué otra vez un patrón con cartón, dejando hueco únicamente para el fregadero, que como va encajado en el mueble, decidí no cortar ni modificar, de forma que el mesado iría encima. Para darle más firmeza, además de elevar un poco el conjunto, uní tres piezas de cartón con las mismas medidas, con la salvedad de que, en la superior, dejaría un hueco más pequeño para el fregadero y así se disimularía más la unión.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Pegué las planchas una a una, con cola blanca, uniéndolas además con cinta de carrocero para mantener la tensión, y una vez secas, las cubrí con maderitas de tilo.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Y a estas alturas ya está casi todo listo. La pared la pegué sólo por un lado (el del asa), porque tengo que dejar fácil la mudanza 😅(la idea es pegarlos definitivamente cuando los fije a la pared esa de la que os acabo de hablar), y el mesado simplemente lo dejé apoyado (con idea de también pegarlo en un futuro). Como me quedaba un hueco en el módulo del horno, ahí pegué un frente de cartón, al que luego le pegué a su vez una foto que edité a medida de un horno real (plastificada, ojo, que nos tiene que durar) y, por último, pegué los mandos originales y alguna piececilla más a modo de botones:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

La placa de inducción también es una foto, impresa a medida, de una real que descargué de internet; la forré con cinta adhesiva transparente y, una vez recortada, la pegué sobre una tarjeta de plástico ligeramente más pequeña. Así, los bordes que sobresalen se doblan ligeramente y el resultado es estupendo:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Me la olvidé al sol, mucho sol, y se me deformó. Que no os pase lo mismo.

Ya sólo quedan las últimas puertas. A estas alturas ya no tenía imprimación y se añadía una complicación, el material es distinto al de las otras, parece metacrilato pintado por su cara interior. Tras barajar varias opciones, al final opté por cubrirlas enteras, a juego con el mesado. Pegué con cinta de carrocero (como se despegue voy lista) unas piezas de cartón a las que pegué las tablitas. Tenía esperanzas entonces de hacer otra cosa con las tiendas abiertas, pero la verdad, me gusta bastante su acabado, así que en cualquier momento puedo fijarlas con pegamento y pista. Por cierto, la cinta de carrocero la usé para cubrir el «cajón» del fregadero, porque se puede pintar por encima estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Vale que ahora no abren o cierran demasiado bien, pero tampoco lo hacían antes 😅. Y poco más que contaros de este diorama, salvo que le puse una base de centímetro y medio, para elevarla un poco y que esa base se compone de tres planchas de medio centímetro de cartón pluma pegadas, que forré con papel de fotografía blanco para que tuviesen un acabado más satinado.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Aún me quedan cosas por hacer, básicamente porque mi impresora me está chuleando miserablemente (imprime sólo cuando quiere, una desesperación), de hecho después de la foto anterior, aún conseguí imprimir tableros de mandos para el lavavajillas y el microondas:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Mesa de Minimagine y sillas de Flying Tiger

Y bueno, no pierdo la esperanza de, con infinita paciencia,  conseguir imprimir también cajas y demás botecillos para llenar los muebles de comida. Pero esa será una segunda parte del tutorial de la cocina. Por hoy creo que llega, eso sí, espero que lo hayáis disfrutado…y ahora a colgar cosas del tipo #foodporn #healthyfood #goodfood

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Cómo molan las pijadas de Re-Ment

 

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

No hay nada como hacer de la necesidad virtud. En estos tiempos en los que no puedo bajar a mis tiendas de manualidades habituales a por material, me he propuesto ir tirando con lo que hay por casa, básicamente con el reciclaje de proyectos que nunca llegué a acabar porque sus expectativas de éxito eran remotas. La cosa es que hacía muchísimo tiempo que quería hacer una pared con ventana fija y, aunque ya lo intenté varias veces, el resultado nunca me había convencido demasiado: o quedaba mal, directamente (una no es infalible), o quedaba antiestético, que a efectos prácticos, para mí, es lo mismo. Y oye, estar encerrada en casa sin poder salir (yo me tomo el confinamiento en serio), se me antojó como el momento perfecto para intentarlo otra vez. Y eso, que a reciclar se ha dicho…

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Pantalón de pijama vintage, de Ken, y camiseta de Elenpriv.

La pared que veis se compone de dos planchas de cartón pluma, de medio centímetro de grosor cada una, pegadas cual panel de sándwich con cola, dejando en medio otra plancha más pequeña de metacrilato, que vendría a hacer la función de cristalera. Las objeciones a esta pared fueron muchas, empezando con que durante el proceso, el metacrilato se me manchó de pegamento y pintura (y a saber de qué más, que soy muy de picar algo a todas horas), y al intentar limpiarlo con acetona, el remedio fue casi peor que la enfermedad. Los colores para pared y marcos que elegí tampoco ayudaron, recordando más a una sala de espera de un hospital que a un interior con encanto. Y para colmo, como el ventanal era tan grande, no me dejaba casi sitio para muebles y cuadros, dejando al descubierto toda mi «trastienda» y su caos. Vamos, que no lo tiré a la basura porque no suelo perder nunca la esperanza y sobre todo, porque llevo un Diógenes dentro muy poderoso:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

Ambos lados de cartón pluma eran en principio idénticos (como os digo el metacrilato estaba en medio), con alféizar y todo, así que simplemente dándole la vuelta tenía otra oportunidad para empezar de nuevo. Eso sí, iba a evitar errores pasados y, lo primero, era reducir el tamaño de la ventana. La solución fue sencilla: pegué un trozo de cartón pluma a modo de parteluz contundente, de unos 7 centímetros de ancho, con lo que me quedaban a su vez dos vanos estupendos de más de 10 centímetros de ancho para montar las ventanas que quisiese. No hay fotos del proceso, porque no contaba con hacer un tutorial de esto, pero vaya, que no tiene mucha ciencia: una pieza a medida, pegada sobre el propio metacrilato y a la que para disimular las uniones, pegué un  folio de papel autoadhesivo normal:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Flecha negra: se puede ver el folio con el que tapé mi añadido-chapucilla
Flecha blanca: listones provisionales, para hacer presión durante el secado de la cola.

Luego empecé a cubrir los huecos con maderitas de diferentes grosores, buscando un diseño más o menos mono: laterales y alféizar con palitos con un grosor tipo palo de helado que tapaban mejor el corte irregular del cartón pluma y, para lo que serían ya las «puertas» de la ventana (completamente falsas, porque van pegadas directamente al metacrilato), usé las mismas láminas finas de tilo que uso para los suelos entarimados, de 0,6 milímetros de grosor, con alguna de más relieve para travesaños y dar un toque decorativo a los marcos. Las posibilidades son infinitas, todo depende de vuestras ganas e imaginación.

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.
Uff, no os fijéis en los fallos, ya repasaré la pintura cuando consiga otro bote.

Y después de esto, a pintar. Hice varias pruebas de color, hasta que finalmente encontré  en el fondo del armario el bote de pintura tono gris paloma que usé con el diorama de la chimenea.

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Esto me va a permitir combinarlos en un futuro, sin olvidar tampoco que es un color que me encanta, que pasa del tostado al azulado según la luz del día o el filtro de instagramen flipada que le aplique:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Y una vez montado, a disfrutarlo. Las ventanas, pensadas para poner sofá debajo sin que queden tapadas, son igualmente compatibles con un cabecero como el de esta foto. Es una simple pieza de cartón pluma, que pinté en el mismo tono más oscuro que usé con las ventanas, pero que al final decidí cubrir con el mismo tejido de la colcha: dos servilletas estupendas que compré hace unos meses en Zara Home. Por cierto, que ya os conté aquí los secretos de montaje de la cama, así que sigo con lo demás. Las sábanas y cojines también las hice con una bajera de Zara, que se me había desgarrado al sacarla de la lavadora (aún no me explico ahora cómo pudo pasar), pero que me vino de perlas para este conjunto. Eso sí, los cojines me dieron una lata estupenda, que estoy desentrenada con la aguja:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido

Y aquí os dejo otros detalles que no se aprecian bien en la foto general. Por cierto, me gusta más la bandeja con chocolates que con macarons, pero si los preferís, no olvidéis que ya compartí el print hace unos añitos:

Diorama con ventanas: dormitorio cálido.

Y hasta aquí por hoy…mañana, si tengo ganas, ya reeditaré la entrada con alguna fotilla más.

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

Ya os he contado muchas veces que si algo nos distingue a los coleccionistas de muñecas es que, además de dramas (muy dramas), somos muy solidarios. No hay Convención sin rifa o subasta benéfica, con la que obtener fondos para una buena causa y, desde luego, la Spanish Doll Convention no podía ser menos. Como las últimas ediciones, su destino no es otro que la Fundación Aladina, dedicada a ayudar a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias. Maravilloso, ¿a que sí? Por eso no me podía perdonar no participar y, aunque llego por los pelos, aquí tenéis mi pequeña contribución:

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

Esta vez aproveché una cabeza que tenía por casa, que había venido dentro de uno de los maravillosos paquetes de Edel y su estupendo alter ego, Marcia Harrys. El peinado sólo necesitaba pasar un poco por agua, para ablandar el casco original y, una vez repintada, la verdad es que ya tenía claro que esa iba a ser la donación, sí o sí.

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

El tema de la ropa era más complicado, porque como ya os lo dije muchas veces, yo no sé coser. Sé lo básico de supervivencia (cambiar botones, remendar, subir bajos y hacer disfraces cutrecillos), pero desde luego no estoy al nivel de esa pasada de artistas que hacen ropa para muñecas y si quería hacer algo de calidad tenía que currármelo. Así que recurrí a mi truco de siempre, la seda salvaje, que es tan bonita y tiene tanto cuerpo que hasta con solo un alfiler se puede conseguir un modelazo de alta costura:

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

Y si no, mirad, qué juego dan sus volúmenes:

En cuanto a lo demás, los guantes son de Silkstone, la pulsera se la hice yo (otro día os cuento cómo) y el collar se lo choricé a mi Victoire Roux La grande Seduction…aunque cuento con reponerlo pronto gracias al material que maneja mi amiga Montse 😉 (los mejores productos a los mejores precios, buscadla en la Sala de Ventas).

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

En fin, que llego por los pelos, porque este año se me han complicado las cosas más de lo que hubiera deseado. Y eso que ya debería tener experiencia, porque repasando mis post pasados, lo de presentar a tiempo mi donación para la subasta benéfica se ve que debo de creer que es de flojos…ya sabéis, qué sería de mi vida sin emociones 😉

La donación Bonequea para la Spanish Doll Convention 2019

Y ahora venga ya, fuera bromas, espero que os guste mucho y pujéis sin remordimientos porque, recordad, es para una buena causa…Por cierto, en cuanto tenga el link de Ebay os lo paso.

Bonequea en la Spanish Doll Convention

De que soy una empanada nivel épico voy dejando bastantes pruebas en este blog y demás redes sociales, así que hoy os dejo una más, por si no os llegaban las anteriores: me había olvidado de contaros por aquí que este año ¡¡IMPARTO TALLER EN LA SPANISH DOLL CONVENTION!! en Madrid, este fin de semana no, el que viene, vamos que a este paso casi lo cuento a la vuelta…

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¿Y cómo es que, siendo un poco cocón, me he metido en esta liada? Aún no lo tengo muy claro. Está el hecho significativo de que me guste meter chapas (los genes de mi abuela son muuuuy poderosos); también que me lo ha pedido Gloria – ya sabéis, ¡Gloria!, cantad conmigo…»Mi presidenta, me representa»…- y creo que a estas alturas ya se lo debo (gracias por se la mejor compañía en esa Conven en USA), y en general a toda la Organización, porque llevo ya una barbaridad de años pasándomelo pipa gracias a su esfuerzo y contribuir, aunque sólo sea con esto, me hace una ilusión loca, y qué demonios…sé que me lo voy a pasar bien, que si no no lo hacía 😉

Workshop Bonequea. Spanish Doll Convention 2019

¿Veis como me encantan las chapas? En fin, que aquí la foto de lo que vamos a hacer…tranquis, es muy sencillito. Y luce mogollón:

Bonequea en la Spanish Doll Convention: Workshop / Taller

Pues eso…que ya os lo he contado…¡hasta dentro de nada en Madrid!

Nuevo proyecto: azulejos.

No os hacéis idea, de verdad, del tiempo que llevo queriendo preparar un diorama con azulejos. Había dado mil vueltas en mi cabeza a diseños tanto de suelos como de paredes y hasta a cómo tunear una cocina que tengo desde hace años. Sin embargo, la ocasión ideal surgió el otro día, cuando descubrí que en uno de los bazares chinos de mi ciudad empezaban a traer un montón de material para marquetería y manualidades. Esto es importante, porque desde que ya no dispongo de mi tienda habitual de maderas (se dividió el negocio y van recuperando máquinas poco a poco), conseguir bases sobre las que trabajar se me estaba haciendo bastante complicado.

Nuevo proyecto: azulejos.
Barato, barato!

Entre este material nuevo que ahora venden, hay un montón de tableros, tanto de madera de balsa como de MDF, en diferentes formatos, entre los que está el de 30×20 de la foto anterior. Mis últimos dioramas tienen ya un largo de 60 cms y, aunque los zócalos  los hago siempre con un alto de 15 cms, valía la pena probar a unir dos de esas piezas,  a ver qué tal quedaban. Así que encolé el borde y pegué, colocando un par de listones a lo largo para asegurarme de que la unión quedase más fijada:

Nuevo proyecto: azulejos.
La cola de siempre, que no falte.

Entonces, con las dos filas de listones ya fijadas, me quedaba libre un espacio de 18×60 cms para cubrir con algo. Estamos en la noche del miércoles, víspera de Jueves Santo. No iba a tener nada abierto en dos días así que decidí apañarme con lo que tenía en casa. Ser una Diógenes en potencia ayuda. Me puse a buscar diseños por libros, revistas e internet; en un principio pensé en algo clásico, un azulejo andaluz o mejor aún, portugués; al final, tras meditar sobre el estilo habitual de mis dioramas, me decidí por algo clásico, sí, pero mucho más moderno: los azulejos de Gio Ponti. Imprimí en cartulina y luego la pegué con cola sobre una lámina de cartón fino, con la misma cola de antes, extendida con pincel para que quedase uniforme. Como soy una ansias de la vida, al cuarto de hora ya estaba cortando el cartón según la línea de los azulejos y pegándolos en la base de MDF:

Nuevo proyecto: azulejos.
Sólo tengo fotos malísimas de móvil, disculpad.

Primera fase terminada. El resultado ya era muy chulo pero el color se me había distorsionado un poco con la humedad del encolado. Aquí debéis tener en cuenta que utilicé una impresora casera sobre papel cartulina normal: no va a tener la intensidad de impresión de una impresora profesional y además es un papel muy poroso y permeable. Tampoco di mucho tiempo para que secase bien, porque lo dicho, soy una ansias con muy poco tiempo libre. La ventaja: queda más realista el efecto de azulejo «pintado a mano», con una intensidad más irregular en el acabado.

Nuevo proyecto: azulejos.
Empezó azul, pero va tendiendo al malva.

Segunda fase a la mañana siguiente: barnizado. Aquí utilicé un barniz cerámico, especial para conseguir el efecto vítreo. El dibujo original se oscureció un poco, pero mantenía su color. Leí indicaciones: entre 10 y 12 horas de secado. Ja, que voy a esperar yo tanto. A la media hora veo que va secando pero que queda mate, le echo más. Sigue mate. Hummmmmmmm. Aquí empiezo a improvisar. Imposible que yo no tenga barniz brillante en casa…Bote sin estrenar de barniz de poliuretano brillante…¿y cuando he comprado yo eso?…no importa, vamos pa’llá.

Nuevo proyecto: azulejos.
Los barnices que usé. Y aún acabo de encontrar por casa otro cerámico, para la próxima lo pruebo…

Lo aplico directamente sobre el zócalo porque no me voy a poner a buscar una bandeja, ¿no?…ay, malísima idea…palabras malsonantes en mi cabeza ¡¡¡muy malsonantes!!! ¡¡¡el barniz brillante me está humedeciendo la base de papel!!! pierde intensidad, cambia de color y encima se emborrona…no quiero ver esto. Me voy a por la salsa de tomate que se me va a quemar. Comemos. Manuel pregunta: -«¿por qué huele a disolvente la casa? ¿ya estás con tus experimentos?»…Le pongo cara de afectada y deja pasar el tema. Terminamos de comer. No me atrevo a mirar hasta pasadas horas. Está seco, sí, y algunos puntos están más descoloridos, pero no importa, porque se ve bonito, muy bonito. Respiro de alivio. Desde luego, este diseño es que lo salva todo:

Nuevo proyecto: azulejos.

Pues venga, superadas las horas de tensión, y amanecido un nuevo día, montemos diorama. Va a ser un baño por primera vez. A buscar las piezas. ¿Recordáis que os conté que en una ocasión les pinté el césped de blanco a mis padres? Fue por culpa de esta bañera. La verdad es que quedó fatal y con grumillos, pero la cámara de fotos todo lo perdona y actualizándola con dorado mejor que mejor.

Nuevo proyecto: azulejos.

Y aquí breve inciso: el dorado ya no es cani, ahora está de moda, es lo que hay. También os digo, me veo volviendo a dejarla blanca entera de nuevo en un par de años, que estas tendencias son muy efímeras. Más lata me dio el lavabo, que como no le encontraba el espejo original, decidí aprovechar el de un viejo tocador de Barbie. Resultado: no fui capaz de despegarlo, se me desgarró en la mano y ahora llevo tiritas en tres dedos. Al final, para el espejo usé una cartulina plateada y solucioné el tema:

Nuevo proyecto: azulejos.

Y aquí edito la entrada, porque me estáis preguntando mucho por los muebles de la foto. Ya os aclaro que llevan un montón de años conmigo y que  los pinté de blanco hace bastante tiempo, así que no hay fotos del proceso. No obstante, tras mucho rebuscar por google, aquí tenéis los datos de los muebles originales:

Barbie Glam bathroom furniture & Sindy Vanity Set
Que no os engañe Mattel, los grifos no son metálicos. Plastiquillo gris y a vivir…
  • La bañera es de la colección Glam de Barbie y, si no me equivoco, la compré en el Corte Inglés hace como diez años, así que sí, se vendió en España.
  • La pileta la compré en una juguetería de pueblo que liquidaba stock antiguo, también hará una década y creo que es de principios de los 90. Por lo que he visto en internet, Sindy sacó bastantes variantes de ese modelo, con cambios en el color, la grifería y algún otro detalle, por lo que, en general, es fácil de conseguir usada.
  • Y aunque no lo preguntéis, la toalla que lleva es del set de lencería Fancy Frills Fashion #2977, del año 1991, que lleva conmigo desde entonces.

Y hasta aquí por hoy, ahora ya de verdad. Me ha quedado un foto final un poco recargada de más, pero ya la mejoraré. Como también espero mejorar en el tema azulejos y, para la próxima, darle masilla en las juntas. En fin, proyectos, ya sabéis cómo van 😉 .

Nuevos imprimibles: libros Assouline

Lo de tirarse el rollo tiene que llevarse a hasta las últimas consecuencias; así que decidida a hacer libros en miniatura para mis muñecas, las ediciones de Assouline eran un objetivo obligado.

Conocí la editorial, como casi todos los coleccionistas, supongo, cuando sacaron a la venta aquel espléndido libro dedicado a Barbie por su cincuenta aniversario. Tenía fotos maravillosas (Edel P. Devora, del que soy mega fan, había colaborado) pero como costaba cerca de seiscientos pavos, me quedé con las ganas. Además, he de decir que con lo grande que era creo que no me cabría en casa (con lo que no se consuela quien no quiere).

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Foto oficial. Venía con estuche y todo…qué cosa más bonita!

Siendo como es una marca relativamente nueva (apenas supera los veinte años) se ha significado desde su origen por una temática muy definida, vinculada al diseño, en su concepto más amplio, y al estilo de vida, con la idea del lujo como concepto clave. Y si bien hay libros de todos los precios, los caros, son muy, muy caros. En fin, que en su página web hay más detalles para quien quiera profundizar en el tema, que esto es un blog de muñecas y la entrada es de imprimibles 😛

Assouline mini-books

Como se ve en la foto, están pensados para la estantería Huset de Ikea, así que, en proporción, sus dimensiones son un poco más pequeñas que las de los reales. Son todos del mismo formato, salvo el de Mattel, que es un poco mayor; aún así, tiene el mismo grosor que los demás, 5 milímetros.

Mini libros de Assouline. Escala 1/6

El archivo de impresión es éste: Assouline libros

Y los pasos están en este tutorial.

La bolsa (para la que actualizo la entrada), viene en este archivo: Assouline bolsa. Los pasos son los que vienen en este tutorial, pero ojo, el archivo está pensado para utilizar papel de color, en este caso rojo carmesí, como las originales. Queda mejor y se gasta menos tinta, así que todo ventajas.

Definitivamente, ahora no me queda ya más que añadir, salvo los detalles del diorama de la foto que encabeza esta entrada:
– Modelo: Ooak Barbie.
– Pared y suelo de los tutoriales. Estante de la pared hecho con cartón pluma (próximo tutorial).
– Armario azul y alfombra, Huset de Ikea.
– Sillas de Pop Life Barbie. (Ufff, y pensar que en la página oficial valía 10$).
– Cuadros y libros DoItYourself.
– Tocadiscos y altavoces, de Las Cosicas de Nuria.
– Guitarra de coleccionable Salvat.
– Mini cámara de fotos Diana de Lomography.
– Bolsa de Barbie Look City Shopper.

Tutorial de imprimibles: revistas para Barbie, Poppy Parker y otras muñecas escala 1/6.

Tutorial revistas

Un clásico en el mundo de los dioramas son los imprimibles. Diseños estampables en papel, destinados desde a cubrir paredes como la de esta foto, hasta a montar muebles, pasando, cómo no, por libros y revistas.

En esta entrada me voy a centrar precisamente en las revistas, también como las de la foto, que son realmente sencillas de hacer (más que el suelo, lo prometo) y muy resultonas. De hecho, simplemente con escanear cualquier revista que tengamos por casa e imprimir luego con su tamaño reducido a escala 1/6, ya tendríamos las pastas de una.

Sin embargo, en el caso de las revistas de moda, he optado por diseñarlas a partir de mis propias fotos, porque para determinadas cosas soy un poco purista y en mi cabeza cuadriculada no encaja que una muñeca pueda tener una revista en cuya portada salga una persona real. Me parece que es como romper con la magia del 1/6. Como la parte de fotografía y edición cae fuera de lo que pretendo que sea este tutorial, empezaré con los pasos una vez que se tiene ya el imprimible.

Los pasos son sencillos. Primero hay que imprimir este archivo :

Imprimible Revistas Vogue

La impresión quedará mejor si se hace en papel fotográfico, pero ojo, si lo hacéis con vuestra propia impresora, no os olvidéis de indicar en el programa el tipo de papel que vais a utilizar, y así garantizaros un resultado óptimo. Si queréis que además sea eterno, cubridlo con celofán, y así quedará protegido y no le saltará la pintura.
El tamaño de las revistas VOGUE es de 4,8 cms de alto. Si cuando al darle a imprimir tenéis activada la opción «ajustar a página» el diseño quedará un poco reducido. No es grave, pero si no lo hacéis siempre igual, os exponéis a que cada tanda de revistas vaya en un tamaño.

Cortar y doblar: Una vez que haya secado bien la impresión (especialmente si se usa papel fotográfico), la cortaremos y haremos dos dobleces con mucho cuidado para remarcar el lomo de la revista. Este momento es quizá el más delicado, porque si no se dobla por el punto exacto, o se roza mucho al presionar, además de que luego no lucirán en la estantería, se estropea la impresión, sobre todo si no lo habéis forrado antes con celofán o forro transparente autoadhesivo. Un buen truco es serviros de una regla o un objeto con arista en 90 grados para seguir la línea, y una vez que esté más o menos marcada, pasar «el rodillo».

Tutorial imprimibles

El contenido de relleno es opcional. En general, en los rellenos de libros se suele usar cartón pluma, cartón fino y también hojas sueltas. El único cuidado con el cartón pluma (sobre todo cuando usemos piezas de grosor considerable, que será a partir del medio centímetro) es que como es muy blando, al cortar no quede deformado, así que cutter bien afilado y buen pulso. De todos modos, en este caso de revistas con un lomo que alcanza apenas los dos milímetros, yo prefiero poner hojas, que corto de un taco de notas intentando aprovechar la parte encolada, para que no se desparramen.

ACTUALIZACIÓN IMPORTANTE: no os perdáis las recomendaciones de uso de goma eva, siguiendo el consejo de mi amiga Carmen, y que podéis encontrar pinchando aquí.

En cualquier caso, si usamos el taco:
Tutorial revistas

Independientemente de lo que elijamos, sólo fata pegarlo a las pastas ya impresas por el lomo interior y nuestra revista estará lista.

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