Esta mañana ha amanecido cargadita de bruma marina, lo que descarta el piscineo y/o playeo, así que voy a aprovechar para compartir alguna de las últimas cosillas que he estado haciendo y que se me acumulan por las pocas ganas que da montar dioramas y sacar fotos a más de treinta grados 😛
Pues bien, cuando el título pone Hippie Dippy nueva, no se refiere para nada a la ooak que publiqué ayer, o bueno, un poco sí. Me explico, la que en las fotos comparativas tenía su maquillaje de stock, se quedó sin él ayer noche, y con este diorama de estreno hace su presentación en sociedad:
Pero por partes. Empiezo por el zócalo, que no es más que el zócalo para vaguetes del que compartí tutorial hace unos meses, un poco más tuneado. Es decir, partimos del diseño básico de palos de polo pegados, cuyos pasos ya os sabéis, y por encima añadimos dos molduras más trabajadas, de las que venden en tiendas especializadas en casas de muñecas estilo victoriano.
En la foto también podéis ver lo que no hay que hacer, es decir, trabajar sin la mesa protegida. Yo soy así y no tengo remedio, pero espero más de vosotros. También espero más previsión y menos vaguerío, así que si no encontráis el pincel que habíais comprado para la ocasión, id a por más, y no cortéis un trapo de la cocina para serviros de él como si fuera una brocha. Y tened tinte bastante a mano, para no tener que acabar con barniz del que queda por casa. Hala, avisados estáis:
Porque este sistema es una guarrada, y por muy bien que al final quede, tardé días en recuperar el color de mi dedo. En la siguiente foto, podéis verlo sólo con el suelo y el papel de pared, modelo Wisteria de Farrow and Ball. No he disimulado las imperfecciones, porque quiero que no parezca un fondo falso, de fotografía, y total, una vez completado con muebles, ni se notan:
El siguiente reto que me autoimpuse era que el diorama no me quedara una ñoñada, ya que este zócalo es mucho más clásico que los elementos que suelo usar y, además, quería meter en él las sillas verdes que compré hace ya días en Tiger. Así que recurrí, como tantas veces, a la paleta de color de esta lámina nº 10 de Rothko (cómo me flipo yo sola), y combinación encontrada:
La vitrina es cosa de Marcia Harrys, que ayuda mucho siempre. Los libros podéis encontrarlos en los tutoriales e imprimibles del blog, al igual que cómo colgar cuadros y, por último, la alfombra es en realidad un mantel individual cortado.
Turno de Poppy: viene a tener el mismo curro que la primera ooak, con la salvedad que a ésta le arranqué las pestañas y le di un tono más verdoso de iris para no hacerlas iguales.

Pena que se noten grumillos del pegamento de las pestañas.
Su vestido es de The Scissors Madrid, con zapatos de Poppy Parker:
Y creo que ya no me queda nada más por contar. Espero que hayáis disfrutado de la lectura. Me voy a pasar un largo rato ordenando…muy largo, de hecho…