Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Hace un par de años, en pleno confinamiento por la pandemia, os conté el proceso que seguí para customizar una cocina de juguete y transformarla en una versión más realista y actual:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Foto de cuando me lo curraba con la Réflex, no como ahora, que todo va con móvil 😜

Pero aunque me quedó bastante apañada, tenía aún el gusanillo de montar una completamente original, partiendo desde cero. Y cuando llegó a casa la nevera de Aizul Homey esa apetencia se convirtió en necesidad, porque dado su tamaño ¡no-me-cabía en la cocina verde! Y es que a diferencia de foto que precede este párrafo, la cocina estaba ya integrada en mi #SúperCasaDeBarbie, con lo que no se podía expandir a lo largo, sino que tenía que acomodarse al espacio disponible, formando una pequeña L con la nevera en un extremo y, la recién llegada, como os digo, era (y es) considerablemente más profunda que la original.


Aquí ya me había pasado al móvil…

La idea que está presente permanentemente en esta casa es la versatilidad. O lo que es lo mismo, que haciendo pequeños cambios pueda transformarse totalmente sin necesidad de montar una nueva megaestructura (que no os exagero, se me fue la mano y ocupa una barbaridad). De hecho, la cocina original se apoya en un módulo independiente, que se puede extraer sin dificultad, como podéis ver aquí, en la fase de montaje original:

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Y aquí encima de foto cutre, sin luz

Sin embargo, al final decidí no montar otro módulo de cocina, porque me daba pereza ir a la ferretería a comprar más tablas (básicamente porque siempre me confundo con las medidas y tengo que volver dos o tres veces). Además, el módulo ocupa un montón y no estaba yo para volver a llenar la casa de trastos, sin olvidar también que me daba pena despegar la cocina antigua, porque me había quedado muy bien encajada y quería poder volver a usarla sin esforzarme demasiado. Así que finalmente decidí despegar únicamente la nevera y «tapiar» el resto. Cierto que la nueva cocina me iba a quedar muy pequeña, pero nada impide colocarla en otro espacio para fotos. Además, no me quedaría tan oscura al ocupar una posición más adelantada:

Lo primero, como siempre, documentarme para encontrar inspiración, aunque ya tenía algo claro: quería azulejos tipo Zellige, madera natural y tonos arena/crudo con efecto estuco…la cosa era cómo conseguir cristalizar esta idea 😵:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y la verdad es que para eso tuve ayuda, que vino de una de mis tiendas de manualidades de referencia, Arte. Tiene un poco de todo y, además, está especializada en modelismo y casas escala 1/12, lo que es una auténtica gozada. Allí me recomendaron que probase con la porcelana fría y, efectivamente, fue un acierto:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Foto del bote de porcelana fría y del de yeso que usaré luego.

He visto por youtube un montón de tutoriales de cómo hacer porcelana fría en casa (por cierto, que creo que se llamaba miga de pan cuando era pequeña), pero comprada es comodísima y un resultado estupendo está prácticamente garantizado. Es muy fácil de manejar, infinitamente más limpia y menos peligrosa (en todos los sentidos) que el Fimo, y encima seca bastante rápido. Empecé probándola poco a poco, haciendo tiras pequeñitas que estiré sobre una plancha de corte (que no sobrevivió a todo el proceso de la cocina, aunque esa es otra historia), y que luego corté siguiendo las líneas de la plancha sirviéndome de una regla fina de acero, que cuando compré en Zara Home pensé que era una tontá, y al final resulta que me da la vida para estas cosas.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Como es decía, este material empieza a secar bastante rápido, en especial cuanto más fino lo trabajéis. De hecho en un par de horas es fácil despegarlo de su base. Ahora bien, una cautela a tener presente es que a medida que se va secando, a veces se retuerce y abomba, en especial cuando se trata de planchas grandes, así que cuando ya empieza a estar un poco rígido, no está de más ponerle algún peso para mantener su forma plana de base, con precaución de no aplastarlo, claro. Para el estilo que buscaba, cuando más irregular e imperfecta la pieza, mejor, pero por supuesto, el acabado es cosa del gusto de cada uno y de cuánto rodillo quiera pasarle.

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.
Cuanto más irregulares, mejor.

En lo que se refiere a su tamaño, éstas miden un centímetro de lado y, poco a poco, a medida que fui cogiendo más soltura, fui también cortando más tandas de cada vez. Vamos, que la primera pared que hice con esta técnica me llevó casi una semana, pero la siguiente en un día y sobrando tiempo. Para pegarlas sobre la tabla/pared utilicé cola blanca de carpintero que con este material funciona perfectamente. Medí la altura a la que quería dejar el mesado, marqué con cinta de carrocero y lápiz, y empecé a cubrir:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Una vez cubierta la superficie (que pudo ser más grande, pero es que tengo una vida que atender), el resto de la pared hasta el techo la cubrí con una capa de yeso blanco, que además de servir de imprimación para facilitar la cobertura de pintura, le dió el aspecto irregular tipo estucado que buscaba:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Para pintar utilicé la misma gama de color para los azulejos y la pared, combinando varios colores de tonalidades arena:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Y por fin, una vez secó la pintura, cubrí los azulejos con barniz cerámico, que como el propio bote indica, es un barniz de acabado para conseguir un aspecto vítreo o cerámico y del que ya os escribí cuando compartí por aquí otro tutorial de azulejos (pinchad en las letras negritas, que esta vez paso de repetirme 😜), aunque en aquella ocasión los hice con cartulina y cartón:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Iba a tapar las juntas con masilla, pero me gustó como había quedado la tonalidad final y no quería estropearla. Y hasta aquí la explicación de hoy. Espero poder contaros pronto cómo siguió el proceso de la cocina (el más accidentado también), con mueble y encimera, hasta llegar a este resultado que ya os dejo en avance:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Pero hasta las vacaciones me parece que váis a tener que esperar, 😅. Confesaros, eso sí, que esto de la porcelana fría engancha, así que ya ando en proceso de alicatarles el baño, aunque como esta vez elegí unos colores que no acaban de convencerme, creo que me tocará volver a empezar:

Cómo hacer una cocina para Barbie (I): los azulejos.

Ya me contaréis si os animáis también con esta idea y cómo os ha ido con ella. Espero saludaros por aquí bien pronto 😉

Cómo hacer un sofá esquinero escala 1/6.

Lo prometido es deuda y por una vez parece que voy a pagarla a tiempo 😅, así que los imprimibles de revistas van a tener que esperar un poco, ya que lo que toca hoy por aquí, es el tutorial del sofá que publiqué el otro día en Instagram y que tanto me habéis pedido:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Ésta es mi segunda inclusión en el mundo de los sofás, la primera fue mi sofá verde, y os confieso que ya entonces me había quedado con muchas ganas de repetir. Lo malo es que a veces cuesta encontrar tiempo, qué os voy a contar…y eso que este sistema es bastante sencillo y rápido de hacer; además, no se necesita mucho material para prepararlo. Vamos, que no me explico cómo tarde tanto.

Ooak Hippie Dippy poppy Parker in Fashionista Barbie fashion pack
Está a punto de cumplir 10 años, puedo garantizaros que el sistema aguanta

Así que si queréis hacer una lista de la compra, anotaos lo siguiente:

Cartón pluma: concretamente, me serví de una plancha de un centímetro de grosor, cuyo tamaño original era de unos 50×50, de la que suelo utilizar para paredes. Llevaba en mi casa desde que me mudé al piso anterior, así que es un reciclaje en toda regla 😜. Podéis usar otros grosores, incluso cartón normal, teniendo en cuenta, claro, que cuanto más fino sea el material, más capas tendréis que usar. Igualmente podéis hacerlo en MDF o madera, pero ya es mucha más lata cortar y la pieza va a ser mucho más pesada.

– Tela para tapizado: esto ya es a gusto de cada uno. Evitad la que no tenga suficiente cuerpo, no admita dobleces o se deshilache demasiado, pero también la que sea demasiado gruesa o rígida, porque vais a trabajar en dimensiones muy pequeñas, y el resultado va a depender en gran medida de vuestra elección.

Cutter, regla, lápiz y pegamento: yo opté por la cola blanca, me gusta por su facilidad de aplicación, además que es ideal para el cartón pluma, pero esto ya es a elección personal. Si preferís el Loctite y que se os peguen los dedos, feel free. Lo del lápiz fue para la foto, porque en realidad usé un Bic que anda por ahí 😅.

– Cinta de carrocero: no es imprescindible, pero yo no puedo vivir sin ella.

– Alfileres: tampoco son imprescindibles, pero este sofá va más servido que un muñeco de vudú.

Espuma: esta vez, al no poder ir a por material, usé la que tenía por casa, vamos, que descosí el relleno un cojín de verdad, no demasiado cómodo (Amancio, a ver si mejoras), pero me gustó mucho más la que usé con el otro sofá, que era en realidad el filtro de una campana extractora, mucho más compacto y uniforme. Otra opción es la plancha de espuma, en la que podéis encontrar todo tipo de grosores y dureza.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Y una vez que ya disponéis de todas estas cosas (o sus alternativas), vamos al tajo. Para decidir el diseño y las medidas me basé en otros modelos de sofá que ya tengo, sí, pero lo determinante en sus dimensiones finales fue el acomodarlo al hueco del salón de mi casa de muñecas, concretamente al de la pared con chimenea, para que cupiese en su lado derecho. Este es el motivo por el que al final no le puse reposabrazos, pero podéis añadírselos sin problema en vuestra versión.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie
Lo de las patas fue una prueba, finalmente descartada.

Partiendo de estas premisas, voy a seguir contándoos mi proceso particular:

1º.- Corté seis piezas idénticas de cartón pluma, con una medida de 20×10 centímetros, para formar la base. A la hora de cortar, os recomiendo que paséis el cutter sobre el cartón pluma sirviéndoos de una regla o guía, para mantener una trayectoria recta; evitad presionar demasiado, para que no se deforme, es mejor dar varias pasadas suaves que una a lo bestia. Además, aunque no lleguéis a atravesarlo, el cartón pluma suele partir con facilidad, de forma limpia, así que cuando ya hayáis alcanzado la mitad podéis intentarlo sin miedo. Y esto es muy importante: procurad que el cutter esté lo más perpendicular posible para que el corte forme un ángulo recto.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

2º.- Una vez que corté las seis planchas, las apilé formando dos módulos con tres piezas cada uno, que pegué entre sí aplicando cola blanca, y que por lo tanto alcanzaron una altura de 3 centímetros. Así que si estáis usando un cartón pluma más fino, con poner más capas, solucionado. Si el corte no os quedó bien perpendicular, al pegar las planchas entre sí puede quedaros esa superficie lateral algo irregular. Para solucionarlo, una vez haya secado el pegamento, repasad el corte con el cutter, eliminando las partes que sobresalgan, y luego cubrid la zona con cinta de carrocero para lograr un acabado uniforme, al tiempo que podéis aprovechar para reforzar la zona. Si aún así queda mal, cubrid con cartulina, manteniendo la superficie lo más plana posible. También podéis reforzar las esquinas, si sospecháis que le vais a dar muy mala vida al sofá. Prevenir no está de más. Yo, que me conozco, lo he hecho.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

3º.- Siguiente paso, «tapizar» la base. Forré únicamente la parte que iba a quedar a la vista, es decir, dos lados completos en uno de los módulos, y un lado y medio en el otro. Corté la pieza de tela, con un ancho de unos 6 centímetros, de forma que a cada lado sobrase, para asegurarla, un centímetro y medio.

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Antes de pegarla, la planché (casi no hacía falta porque doblaba muy bien) marcando doblez y asegurándome de que la línea no fuese torcida. Como esta tela no se mancha (haced la prueba antes con la vuestra), se puede encolar la superficie del cartón pluma, sin pasarse, y luego pegarla encima. Además, fui asegurando el proceso con alfileres, y luego encolé los laterales ya sin contemplaciones, echando cola casi a cucharadas. Una vez secó, pegué los dos módulos entre sí, usando aún más alfileres a modo de clavos, para que el sofá quedase más consistente. (Y aquí un inciso: ésta fue otra de mis elecciones que, desde luego, no estáis obligados a seguir, y nada impide que los módulos los dejéis sueltos, incluso las piezas individuales (10×10 cms) y montarlos luego a vuestro gusto…vamos, sofá sencillo de una o de dos plazas, sofá en ele para un lado, para otro, esquinero simétrico…pero en ese caso tendréis que cubrir tres de sus lados ya que sí se pueden ver, porque el cuarto se lo dejamos al respaldo).

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie
Como veis, sólo queda cubierta con tela la parte que va a estar al aire.

4º.- Turno del primer respaldo. Empecé por el lado derecho, y usé una plancha de 30 cm de largo y 12 de alto. Le pegué la tela por uno de sus lados, dejando que sobresaliese en el canto medio centímetro, y luego lo uní con cola y alfileres, por este lado tapizado, a la base del sofá. Las únicas fotos que tengo son, además de malas a dolor, con el respaldo ya unido, que era tarde y no andaba yo pensando entonces en tutoriales 😅:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Una vez unido, cubrí con tela el otro lado, dejando que sobresaliese, por el lateral y la parte superior, sólo medio centímetro. Como el grosor de la pieza tiene un centímetro, se trata de que una vez pegados los dos lados de la tela abulten lo menos posible. Como no hice foto entonces, os acabo de hacer una rápida para que entendáis mejor qué intento deciros:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Una vez tengáis bien fijada la tela, sólo falta cubrir este borde con una tira larga, doblada por los dos lados de forma que no pase del centímetro de ancho. Este respaldo iba a quedar tapado por el otro en su lateral, así que sólo necesité pegar los lados visibles, derecho y superior, para lo que empecé en el borde inferior como podéis ver en este vídeo, gracias al que también podréis comprobar que no bromeaba con lo de los alfileres 😂:

4º.- Una vez acabado este respaldo, coloqué el siguiente, siguiendo el mismo proceso. Mide de largo 21 cms, y la única diferencia en el acabado es que el remate sí lo cubre por ambos lados y el superior. Os iba a decir que a estas alturas tendría que verse algo así, pero en realidad esto es del paso siguiente, cuando empecé ya con los asientos:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

5º.- Colocación de los asientos: cada asiento se compone de dos planchas del mismo cartón pluma de 1 cm, que no llega a los 10 centímetros de lado. Medidlas con calma, para que se adapten a la base que ya tenéis hecha, y contad con que esos milímetros de menos son los que ocupará la tela de forrado, es decir, si medís 10 cms exactos, al final acabarán sobresaliendo por los los lados. A la hora de forrarlos, podéis dejarlos planos sin más, simplemente cubriendo con tela la parte superior y luego el contorno, igual que hicimos con el respaldo o podéis meter espuma para dar un efecto un poco mullido. Como os decía antes, la espuma del cojín no me gustó demasiado, porque tenía demasiados grumos y nudos, y se notaban bultitos al colocar la tela encima. Esto con las otras opciones que os di no pasa (mirad si no el tutorial del sofá verde), pero si no os queda más remedio, la solución que yo encontré fue la de envolver la espuma antes en un poco de papel de cocina. Ya sé que le quita mucho glamour, pero es lo que hay 😬:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Después se tapa con la tela, con más o menos tensión dependiendo de lo acolchado que se quiera, y a continuación se pega el borde, en mi caso una tira de tela doblada por ambos lados. Fui colocando cada asiento, para comprobar que no me pasaba de dimensiones:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

Y una vez terminados, los encolé a la base a conciencia y donde pude metí alfileres. Creo que pesa más por el metal que por otra cosa, 😂. Pero quedaron bien asegurados y lo importante, ninguno sobresale de la base 💪💪:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

6º.- Colocar los cojines. De ancho miden 10 centímetros y de alto ocho, pero no os olvidéis de añadir el dobladillo. Eran tantos que fui a por la máquina de coser, que llevaba olvidada en el altillo desde la mudanza y se ve que usarla es como montar en bici, no se olvida:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

De hecho, me vine tan arriba que preparé otros en color para combinar, pero esos ya os los enseñaré más adelante, que por hoy creo que ya llega. Parece mentira, pero me ha costado la vida acabar 😂😂. Iba a hacer foto diorama chachi guay, pero es viernes y la semana me ha dejado sin energías.

Así que hasta aquí todo lo que tengo que contaros de cómo hacer un sofá para Barbie, espero que lo disfrutéis mucho y que a partir de esta base deis rienda suelta a vuestra creatividad, introduciendo todas las variantes que se os ocurran, en dimensiones, formas y colores 🤩🤩🤩:

Tutorial. Cómo hacer un sofá esquinero para Barbie

¡Feliz Navidad! Otro polvorón, arfavó

Os escribo recién llegada de casa de mis padres, mientras busco ocupación que me haga más llevadera la digestión de la comida…porque por si no lo había comentado ya por aquí, soy lo que comúnmente se conoce como una tragaldabas. Recuerdo ver a mi abuelo de pequeña y pensar, pero cómo puede comer tanto…y ahora, de mayor, entenderlo perfectamente. Hecha esta confesión, vamos al lío. Este año, sin que sirva de precedente, me ha dado tiempo a preparar un diorama elaborado de Navidad, y de tener incluso fotos para elegir 🤗.

Feliz Navidad 2021
Primera foto navideña, muy WIP

¿Y cómo lo he conseguido? Pues por una parte, con esto de ser nuestras primeras Navidades en el piso (las del año pasado no cuentan), me flipé un poco a lo Martha Stewart y empecé a llenarlo todo de ramos navideños, como éste que os dejo de ejemplo (y que lo mismo me pasé con la saturación de la imagen), porque a este paso se me marchita y no me lo ha visto nadie 😂😂:

Ramo navideño.

Por otra, con lo feo que se estaba poniendo todo con la variante ómicron, para no arriesgar las reuniones familiares de estos días, decidimos salir sólo para lo imprescindible, así que algo tenía que hacer por casa para estar entretenida, porque yo, de limpiar/ordenar, pa-so. La cosa es que después de conseguir el mini-árbol de la primera foto (chamaecyparis ellwoodii, creí que no encontraba el nombre en la vida), me entró el gusanillo de montar una decoración «natural», así que me pasé de nuevo por la floristería que tengo cerca de casa (salida imprescindible también), para más material:

Feliz Navidad 2021
El arbolito es un poco flojeras, un par de horas con las bolitas doradas y ya decae.

Y aunque aproveché para pasarme también por el bazar chino (esto ya no sé si cuenta como imprescindible), al final casi lo solucioné todo con un par de ramas (abeto y tuya) y un poco de espray dorado. Básicamente, el proceso antes del espray, fue el de este collage:

Proceso decoración chimenea

Las fotos no son muy allá, pero la verdad es que en un principio no contaba con publicarlas. Y os aseguro que el resultado, en relación al esfuerzo que requiere, no puede ser mejor:

Feliz Navidad 2021
Fue quitarle las bolas al arbolito y que volviese al sitio, menos mal.

Como la repisa de mi chimenea es muy pequeña, casi no cabía nada más. Eso sí, siguiendo el rollo dorado/ostentoso del diorama, le metí cuanto candelabro dorado encontré…y hasta pinté de dorados los que tenía de Barbie del año de la castaña (los de las esquinas), que se van a quedar así para siempre, que me gustan mucho más. Pero a estas alturas, tenía yo una espinita que no me había podido sacar, y es la de hacer una reproducción en miniatura de los polvorones (o mantecados) de Felipe II. Para que lo entendáis, si hay un meme que me represente en estas fechas, es éste:

Desconozco su autor, pero tiene mi más profunda admiración de por vida.

Como ya os he contado alguna vez, consecuencia de un aciago accidente acaecido hace años, tengo prohibido usar el horno de casa para cocer Fimo. Así que sin ser capaz de prometer que esta vez iba a quedarme en la cocina mirando al horno hasta que estuviese listo, decidí que la reproducción iba a limitarse al empaquetado exterior. Que sí, que usé fimo para el mantecado, pero sin cocerlo ni empolvarlo para darle un efecto realista, porque la idea no es exponerlos abiertos. Y total, aunque los deje sin hornear, estoy convencida de que en poco tiempo se va a quedar como una piedra. Los pasos son los siguientes:

1º.- Descargad el archivo pinchando aquí: Felipe II

2º.- Imprimid sobre papel de seda. Por cierto, para que aguantase el proceso, yo lo pegué por los extremos sobre un folio normal. Luego cortad haciendo tiras por los dos extremos del envoltorio.

3º.- Amasad de forma cilíndrica un poco de Fimo, e id cortando haciendo toros. Procurad que el diámetro alcance a cubrir la circunferencia que rodea la imagen del rey.

4º.- Envolved como si fuese un caramelo. Os dejo unas pocas fotos del proceso y de un mantecado, por si os animáis a pintar uno.

Tutorial polvorón.

Si me habéis hecho caso a todo, os quedará algo tal que así:

Polvorones.

Y ya con los polvorones listos (sí, ya sé que son mantecados, pero en mi casa los llaman así) ya sólo faltaba preparar la mesa de Navidad.

Navidad 2021

Sin comida, por lo que ya os acabo de decir del Fimo, el horno y el accidente, pero como mucho dorado y verde:

Señoras celebrando la Navidad 2021.

Ellas me han quedado muy al estilo de las señoras de principios de los 90’s, pero la ocasión lo merece. Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que estéis disfrutado mucho de estos días, que los podáis compartir con los que más queréis…y juntad energías para la del año próximo, en la que ojalá no tengamos que hablar de contagios, mascarillas, test ni distancias de seguridad 💪💪💪!

Y antes de despedirme, eso sí, referencias de lo referenciable (el resto a saber de dónde lo saqué):

Marcia Harrys: Sofá, biombo dorado, mesa auxiliar negra y dorada, cómoda oriental, espejo negro.
Zara Home: alfombra dorada, mesas de mármol.
Me and House: sillas Cesca, platos, carrito verde de la primera foto.
Integrity Toys: Tocadiscos, botella de champagne.
Re-Ment: miniaturas de cristal.


Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas de cuarentena y aún no he cocido pan, ni ordenado el armario ni hecho limpieza de cajones, pero al menos me estoy poniendo al día con viejos proyectos de Barbie… y cuando digo viejos no exagero, porque en el año 2013 ya tenía esta cocina, con ganas de «trasnformarla» desde el minuto uno. La culpa, de mi amiga Vane, que tenía la versión más guay (inasequible ya entonces) y bueno, que fuese un poco fulerilla tampoco ayudaba demasiado a quererla tal como era 😅:

Cómo personalizar una cocina de Barbie
La susodicha, versión de stock.

Esta cocina o muy similar (rosa fundamentalmente) se encuentra aún sin demasiados problemas por Ebay y Aliexpress, incluso he leído comentarios de que también se vende en bazares tipo «Todo a cien» (toma viejunada), con un precio que ronda entre los 20 y 30 euros, más envío. Vamos, que se puede arriesgar con ella sin tener un dolor de bolsillo. Hay otra versión de Imaginarium, que tienen mis sobrinas, con mismo molde pero con una acabado infinitamente mejor, que ni necesita apaños. Como podéis ver, se compone de cuatro módulos independientes,  con un montón de piezas móviles, muy sencillas de desmontar y, aprovechando eso, con lo primero que me puse fue precisamente con los tiradores grandes rojos de los electrodomésticos. Simplemente con una capa de pintura plateada, ya os digo que el conjunto mejora exponencialmente:

Cómo personalizar una cocina de Barbie

Añado para dar más tensión a esta historia: se me agotó el bote a los dos segundos. Un disgustazo, porque no tengo otro metalizado igual de bueno, ya que cubre de manera uniforme de una pasada, seca rápido… En fin, que no cabían más lamentos, había que seguir trabajando. Lo siguiente fue cambiar el fondo de los módulos. No tiene mucha ciencia, es un cartón que sale con presionar un poco: yo lo forré en blanco y lo volví a colocar en su sitio. El fondo del horno lo quería metalizado, así que usé un poco de papel de aluminio y lo plastifiqué. Para salir del paso, bien, pero cuando vuelva a ser libre usaré cartulina plateada o le daré pintura en spray:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Si habéis llegado a este punto de customización y no os atrevéis a más, es más que suficiente. Ya tendrá un aspecto bastante mejor que el original y habrá perdido el aspecto «juguete» inicial, y bueno, si quitáis la pegatina de la cafetera sobre la pileta, ya ni os cuento 😁. Pero como hemos venido a jugar, yo voy a seguir un poco más. A mano en casa (y que me gustasen), tenía sólo dos opciones de color para las puertas, verde o gris. El gris en spray, lo que era una ventaja (más rápido y homogéneo en su aplicación, sin problemas de adherencia), y el verde, con el que iba a tocar usar pincel y ya veríamos cómo aguantaba. Tras una primera prueba en gris, lo descarté al momento, porque: a) las puertas quedaban muy sosas; y, b) tampoco me llegaba la pintura para todas. Que hay que ver cómo se evapora. Total, que la pintura en spray aún no seca del todo me sirvió como imprimación para pintar luego con la verde y así aproveché para pintar tres pares de puertas… hasta que, como os estaba diciendo, se me acabó el gris. Me quedaban entonces por pintar aún las blancas (motivo por el que decidí dejarlas así) y las «acristaladas», pero eso ya lo os contaré luego.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Con una buena parte de la cocina pintada en verde, el estilo ya había quedado bastante definido. Ahora había que decidir combinación de mesado, tiradores y frente, puntos en los que me jugaba el realismo (bueno, igual aquí me estoy pasando de dramática) y sobre todo la estética. Tenía otro bote de pintura metalizada aún disponible, color cobre. Claro que, si estaba disponible, era precisamente porque no lo uso demasiado y es que, a diferencia del plata, sale muy aguado y hay que dar mil capas  para que quede uniforme. Para colmo, tiene una potencia de aspersión que hace que salga todo volando al aplicarlo (lo mismo manché un poco el suelo también), y al recogerlo/agarrarlo te deja los dedos perdidos. Y ni lavando 50 veces al día las manos, como hago ahora, consigo quitar la pintura que parece mugre debajo de mi uña. Pues bien, concluyendo, ese bote de pintura es el que utilicé para tiradores, asa, grifo y hasta tostadora, porque será coñazo de aplicar, pero el color combina estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Siguiente punto fundamental: el revestimiento de la pared. Aquí corté un pedazo de cartón siguiendo la silueta de la pared de los tres módulos con muebles. Ojo, no os olvidéis de lijar/raspar el soporte en el que se une el asa encima del fregadero, porque sobresale un poquillo. Una vez tengáis el cartón cortado, es todo elegir el diseño que queráis pegarle. Las opciones son infinitas y, de hecho, llegué a dudar mucho con la idea de poner azulejos, pero al final ganó el terrazo, que para algo está tan de moda. Y mira que no me gustaba nada de pequeña, pero está visto que no se puede escupir al cielo. Me descargué una foto de una baldosa que encontré en internet, tras adaptarla a la medida que buscaba la imprimí en cartulina y la luego la pegué…y ahora  ya la cocina empezaba a tomar forma.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

A estas alturas, con una sola pieza de pared uniendo los módulos, tocaba hacer lo mismo con el mesado. Y una aclaración necesaria en este punto: los módulos no encajan formando ángulos rectos perfectos, sino que si pegamos lado con lado, formarán un frente curvo (cóncavo o convexo según miréis de frente o no, tampoco sé cuál es cual, de hecho tampoco distingo izquierda y derecha y aquí estoy, escribiendo tutoriales). Así que nada de apretar, hay que dejar que ventilen un poco entre ellos. Eso no quita que con el tiempo los vaya a fijar a una «pared» trasera, pero por ahora se aguantan así. En cuanto al mesado, volviendo al tema, antes de nada, quité la cocina eléctrica original del juego para que quedasen todos los muebles a la misma altura. Que sí, muy chulas las lucecitas y el sonido… pero los hornillos eran un horror y no había forma de salvarlos y el frente de mandos era curvo.

Saqué otra vez un patrón con cartón, dejando hueco únicamente para el fregadero, que como va encajado en el mueble, decidí no cortar ni modificar, de forma que el mesado iría encima. Para darle más firmeza, además de elevar un poco el conjunto, uní tres piezas de cartón con las mismas medidas, con la salvedad de que, en la superior, dejaría un hueco más pequeño para el fregadero y así se disimularía más la unión.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Pegué las planchas una a una, con cola blanca, uniéndolas además con cinta de carrocero para mantener la tensión, y una vez secas, las cubrí con maderitas de tilo.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Y a estas alturas ya está casi todo listo. La pared la pegué sólo por un lado (el del asa), porque tengo que dejar fácil la mudanza 😅(la idea es pegarlos definitivamente cuando los fije a la pared esa de la que os acabo de hablar), y el mesado simplemente lo dejé apoyado (con idea de también pegarlo en un futuro). Como me quedaba un hueco en el módulo del horno, ahí pegué un frente de cartón, al que luego le pegué a su vez una foto que edité a medida de un horno real (plastificada, ojo, que nos tiene que durar) y, por último, pegué los mandos originales y alguna piececilla más a modo de botones:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

La placa de inducción también es una foto, impresa a medida, de una real que descargué de internet; la forré con cinta adhesiva transparente y, una vez recortada, la pegué sobre una tarjeta de plástico ligeramente más pequeña. Así, los bordes que sobresalen se doblan ligeramente y el resultado es estupendo:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Me la olvidé al sol, mucho sol, y se me deformó. Que no os pase lo mismo.

Ya sólo quedan las últimas puertas. A estas alturas ya no tenía imprimación y se añadía una complicación, el material es distinto al de las otras, parece metacrilato pintado por su cara interior. Tras barajar varias opciones, al final opté por cubrirlas enteras, a juego con el mesado. Pegué con cinta de carrocero (como se despegue voy lista) unas piezas de cartón a las que pegué las tablitas. Tenía esperanzas entonces de hacer otra cosa con las tiendas abiertas, pero la verdad, me gusta bastante su acabado, así que en cualquier momento puedo fijarlas con pegamento y pista. Por cierto, la cinta de carrocero la usé para cubrir el «cajón» del fregadero, porque se puede pintar por encima estupendamente:

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Vale que ahora no abren o cierran demasiado bien, pero tampoco lo hacían antes 😅. Y poco más que contaros de este diorama, salvo que le puse una base de centímetro y medio, para elevarla un poco y que esa base se compone de tres planchas de medio centímetro de cartón pluma pegadas, que forré con papel de fotografía blanco para que tuviesen un acabado más satinado.

Cómo personalizar una cocina para Barbie

Aún me quedan cosas por hacer, básicamente porque mi impresora me está chuleando miserablemente (imprime sólo cuando quiere, una desesperación), de hecho después de la foto anterior, aún conseguí imprimir tableros de mandos para el lavavajillas y el microondas:

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Mesa de Minimagine y sillas de Flying Tiger

Y bueno, no pierdo la esperanza de, con infinita paciencia,  conseguir imprimir también cajas y demás botecillos para llenar los muebles de comida. Pero esa será una segunda parte del tutorial de la cocina. Por hoy creo que llega, eso sí, espero que lo hayáis disfrutado…y ahora a colgar cosas del tipo #foodporn #healthyfood #goodfood

Cómo personalizar una cocina para Barbie
Cómo molan las pijadas de Re-Ment

 

Nuevo proyecto: azulejos.

No os hacéis idea, de verdad, del tiempo que llevo queriendo preparar un diorama con azulejos. Había dado mil vueltas en mi cabeza a diseños tanto de suelos como de paredes y hasta a cómo tunear una cocina que tengo desde hace años. Sin embargo, la ocasión ideal surgió el otro día, cuando descubrí que en uno de los bazares chinos de mi ciudad empezaban a traer un montón de material para marquetería y manualidades. Esto es importante, porque desde que ya no dispongo de mi tienda habitual de maderas (se dividió el negocio y van recuperando máquinas poco a poco), conseguir bases sobre las que trabajar se me estaba haciendo bastante complicado.

Nuevo proyecto: azulejos.
Barato, barato!

Entre este material nuevo que ahora venden, hay un montón de tableros, tanto de madera de balsa como de MDF, en diferentes formatos, entre los que está el de 30×20 de la foto anterior. Mis últimos dioramas tienen ya un largo de 60 cms y, aunque los zócalos  los hago siempre con un alto de 15 cms, valía la pena probar a unir dos de esas piezas,  a ver qué tal quedaban. Así que encolé el borde y pegué, colocando un par de listones a lo largo para asegurarme de que la unión quedase más fijada:

Nuevo proyecto: azulejos.
La cola de siempre, que no falte.

Entonces, con las dos filas de listones ya fijadas, me quedaba libre un espacio de 18×60 cms para cubrir con algo. Estamos en la noche del miércoles, víspera de Jueves Santo. No iba a tener nada abierto en dos días así que decidí apañarme con lo que tenía en casa. Ser una Diógenes en potencia ayuda. Me puse a buscar diseños por libros, revistas e internet; en un principio pensé en algo clásico, un azulejo andaluz o mejor aún, portugués; al final, tras meditar sobre el estilo habitual de mis dioramas, me decidí por algo clásico, sí, pero mucho más moderno: los azulejos de Gio Ponti. Imprimí en cartulina y luego la pegué con cola sobre una lámina de cartón fino, con la misma cola de antes, extendida con pincel para que quedase uniforme. Como soy una ansias de la vida, al cuarto de hora ya estaba cortando el cartón según la línea de los azulejos y pegándolos en la base de MDF:

Nuevo proyecto: azulejos.
Sólo tengo fotos malísimas de móvil, disculpad.

Primera fase terminada. El resultado ya era muy chulo pero el color se me había distorsionado un poco con la humedad del encolado. Aquí debéis tener en cuenta que utilicé una impresora casera sobre papel cartulina normal: no va a tener la intensidad de impresión de una impresora profesional y además es un papel muy poroso y permeable. Tampoco di mucho tiempo para que secase bien, porque lo dicho, soy una ansias con muy poco tiempo libre. La ventaja: queda más realista el efecto de azulejo «pintado a mano», con una intensidad más irregular en el acabado.

Nuevo proyecto: azulejos.
Empezó azul, pero va tendiendo al malva.

Segunda fase a la mañana siguiente: barnizado. Aquí utilicé un barniz cerámico, especial para conseguir el efecto vítreo. El dibujo original se oscureció un poco, pero mantenía su color. Leí indicaciones: entre 10 y 12 horas de secado. Ja, que voy a esperar yo tanto. A la media hora veo que va secando pero que queda mate, le echo más. Sigue mate. Hummmmmmmm. Aquí empiezo a improvisar. Imposible que yo no tenga barniz brillante en casa…Bote sin estrenar de barniz de poliuretano brillante…¿y cuando he comprado yo eso?…no importa, vamos pa’llá.

Nuevo proyecto: azulejos.
Los barnices que usé. Y aún acabo de encontrar por casa otro cerámico, para la próxima lo pruebo…

Lo aplico directamente sobre el zócalo porque no me voy a poner a buscar una bandeja, ¿no?…ay, malísima idea…palabras malsonantes en mi cabeza ¡¡¡muy malsonantes!!! ¡¡¡el barniz brillante me está humedeciendo la base de papel!!! pierde intensidad, cambia de color y encima se emborrona…no quiero ver esto. Me voy a por la salsa de tomate que se me va a quemar. Comemos. Manuel pregunta: -«¿por qué huele a disolvente la casa? ¿ya estás con tus experimentos?»…Le pongo cara de afectada y deja pasar el tema. Terminamos de comer. No me atrevo a mirar hasta pasadas horas. Está seco, sí, y algunos puntos están más descoloridos, pero no importa, porque se ve bonito, muy bonito. Respiro de alivio. Desde luego, este diseño es que lo salva todo:

Nuevo proyecto: azulejos.

Pues venga, superadas las horas de tensión, y amanecido un nuevo día, montemos diorama. Va a ser un baño por primera vez. A buscar las piezas. ¿Recordáis que os conté que en una ocasión les pinté el césped de blanco a mis padres? Fue por culpa de esta bañera. La verdad es que quedó fatal y con grumillos, pero la cámara de fotos todo lo perdona y actualizándola con dorado mejor que mejor.

Nuevo proyecto: azulejos.

Y aquí breve inciso: el dorado ya no es cani, ahora está de moda, es lo que hay. También os digo, me veo volviendo a dejarla blanca entera de nuevo en un par de años, que estas tendencias son muy efímeras. Más lata me dio el lavabo, que como no le encontraba el espejo original, decidí aprovechar el de un viejo tocador de Barbie. Resultado: no fui capaz de despegarlo, se me desgarró en la mano y ahora llevo tiritas en tres dedos. Al final, para el espejo usé una cartulina plateada y solucioné el tema:

Nuevo proyecto: azulejos.

Y aquí edito la entrada, porque me estáis preguntando mucho por los muebles de la foto. Ya os aclaro que llevan un montón de años conmigo y que  los pinté de blanco hace bastante tiempo, así que no hay fotos del proceso. No obstante, tras mucho rebuscar por google, aquí tenéis los datos de los muebles originales:

Barbie Glam bathroom furniture & Sindy Vanity Set
Que no os engañe Mattel, los grifos no son metálicos. Plastiquillo gris y a vivir…
  • La bañera es de la colección Glam de Barbie y, si no me equivoco, la compré en el Corte Inglés hace como diez años, así que sí, se vendió en España.
  • La pileta la compré en una juguetería de pueblo que liquidaba stock antiguo, también hará una década y creo que es de principios de los 90. Por lo que he visto en internet, Sindy sacó bastantes variantes de ese modelo, con cambios en el color, la grifería y algún otro detalle, por lo que, en general, es fácil de conseguir usada.
  • Y aunque no lo preguntéis, la toalla que lleva es del set de lencería Fancy Frills Fashion #2977, del año 1991, que lleva conmigo desde entonces.

Y hasta aquí por hoy, ahora ya de verdad. Me ha quedado un foto final un poco recargada de más, pero ya la mejoraré. Como también espero mejorar en el tema azulejos y, para la próxima, darle masilla en las juntas. En fin, proyectos, ya sabéis cómo van 😉 .

Diorama con chimenea. Algo así como un tutorial.

Hace ya unos años que Cristina, de Delfina’s Dolls Designs, me recomendó usar un marco de fotos cortado por la mitad para montar una chimenea escala 1/6. Pues bien, los mismos años hace que, siguiendo su consejo, me compré uno en Zara Home y se lo di a mi padre, jubileta y coleccionista de accesorios de Black and Decker, para que me lo cortara en dos…y sí, lo hizo al momento, pero los dos pedazos resultantes se fueron directos a mi armario del olvido. Lamentablemente, en ese armario las cosas no es que estén colocadas demasiado bien, más al contrario, las voy apilando así como puedo, en un equilibrio precario y mantenido muchas veces a presión, por lo que es bastante frecuente que las cosas salgan lanzadas directas al suelo, o peor, a mi cabeza. Y como ya os habréis imaginado, el otro día cayó una de las mitades y se hizo unos cuantos añicos en el suelo (no en mi cabeza, menos mal). Y esto era una señal clara de que había que ponerse con este proyecto de una vez.

Diorama con chimenea
Mi padre es un sol

En cuanto al proceso ya os avanzo que esta vez hay pocas fotos (no siempre me acuerdo de la fase tutorial) y encima malas de móvil, pero intentaré compensaros con mucho texto. Para empezar, utilicé planchas de cartón pluma de un centímetro de grosor (que como ya no tengo en tienda, consigo pegando dos de medio centímetro, esta vez con cola blanca de carpintero), siendo el tamaño total de la pared 60 cms de ancho por 50 de alto. Utilizando como referencia el ancho del marco de fotos, corté otra pieza también de un centímetro de grosor, con el mismo alto que la anterior, y recorté con un cutter lo que sería en hueco de la chimenea, manteniendo una distancia a ojo de un par de centímetros con lo que era la forma del marco y un poquito más con lo que sería el suelo.

Diorama con chimenea

A qué altura poner el marco es algo completamente subjetivo, yo quería que la chimenea llegase más o menos hasta el codo de una Barbie talla pivotal, así que iba a tener que cubrir la distancia que quedaba hasta el suelo; esto es algo de lo que, de haber elegido un marco rectangular en su diseño interior, no hubiese tenido que preocuparme, pero qué queréis que os diga, éste me pareció divino, además de recordarme muchísimo a la chimenea de Sam Spade en El Halcón Maltés. Pero antes de cubrir esa altura, siguiendo el orden de las cosas, me puse con la distancia entre el marco y el hueco que dejé en el cartón pluma:

Diorama con chimenea

Saqué para ello un molde de la forma interior del marco (donde encajaría el cristal), para que después fuese más fácil colocarlo sobre la pared una vez terminado; con este molde corté una pieza de 2 mm de grosor de cartón pluma que, tras hacerle el hueco de la chimenea, pegué sobre la base de cartón pluma. En el collage anterior podéis ver que el marco colocado sobre esa pieza encaja perfectamente y no se mueve, a falta de pegamento, claro está. Para cubrirla haciendo un efecto ladrillo, usé el cartón de la tapa de una caja de huevos, que bañé bien por ambos lados en cola blanca de carpintero:

Diorama con chimenea

Ojo, se trata de cubrir también las paredes del hueco de la chimenea, tapando así el corte de las planchas, que no queda bonito precisamente. Para ayudaros en este proceso, podéis poner algún alfiler para fijar bien la pieza de cartón y que seque bien doblada.

Diorama con chimenea

A continuación, igualé el espesor de la parte de abajo de la chimenea, a base de piezas de cartón pluma superpuestas, que cubrí finalmente con una pieza de cartón que bañé también con la cola blanca. Por cierto, fue casualidad que el cartón clavase el color de la chimenea, pero me vino estupendamente.

Diorama con chimenea

Y hasta aquí todo había ido bastante bien. Así que os voy a contar mis errores, para que no caigáis también en ellos. Cuando ya me tocaba la fase molduras, me di cuenta que no tenía bastantes. Era sábado por la tarde y la tienda en que las compro habitualmente no abre, ¿pero eso me frenó? …¡claro que no, si planificar es de flojos! ¡hay que improvisar! Así que me lancé con lo que tenía a mano, desmonté paredes viejas para conseguir más maderitas y hasta combiné unas pequeñitas que conseguí en un Todo a cien: es decir, me maté a hacer cálculos para poder completar un diseño chulo con lo poco que tenía, que además, como estaba cortado en mil trozos, me llevó la vida pegar.

Diorama con chimenea

Pero…¿aprendí de esta lección? Para nada, seguí en la mía de no esperar para comprar más cuando las tiendas especializadas estuviesen abiertas y aunque no tenía pintura suficiente, empecé a mezclar lo que tenía por casa. Craso error, no me llegó ni para la mitad del diorama…¿y me paré? Ja! en eso vi un bote en spray gris, y sin probar ni nada, le di por encima. Apestaba. No había manera de ver la peli de la noche tranquilos. ¿Y paré ahí? NOOOOO, porque el tono no acababa de convencerme. Domingo por la mañana, después de ir a tomar un chocolate con churros con mis sobrinas (azúcar a tope en el organismo, atención a mi euforia hiperglucémica), me encontré con el bazar chino abierto…y había otro spray distinto más clarito, que como total, dudar es de cobardes, pa’la saca. Como había quedado para comer fuera, sólo tenía un momento para aplicarlo, ahora o nunca, que con suerte ya estaba seco al volver (mente malévola, ¿por qué me haces esto?)…y sí, tal como ya estáis imaginando, fue una idea pésima. Este spray aún apestaba más que el anterior, además, aunque su color era muy bonito empezó como a disolver el de la anterior capa (estas cosas debería grabarlas), y salieron burbujitas/cuarteados por todas partes. Para colmo, la pintura era sumamente pegajosa, no había forma de quitarla: herví agua y metí las manos, me eché lavavajillas, corté las uñas a ras…y aún así llegué a comer con las manos hechas un desastre, cubiertas de pintura gris y un disgusto de narices. Otro fallo evidente, no usé guantes porque no tenía. Menos mal que el disgusto se me pasó comiendo…

Y al volver ¿qué me encuentro? que mi casa sigue oliendo a rayos y que la pintura parece que se desconcha con facilidad, pero en vez de retirarla con cuidado, no, le di con un trapo. En fin, una desfeita de la que no hay imágenes porque no estaba yo para fotos. Afortunadamente, retiré con una cuchilla bastante del sobrante así como los grumillos de pintura más evidentes, y ya con la tienda de manualidades abierta pude comprar pintura en condiciones (mismo tipo que la del diorama azul), en un color gris paloma que pega perfectamente con el original del marco. De cerca aún se aprecian grumos pero hasta quedan bien, dan un efecto «pared antigua» muy chulo. Afortunadamente, no hay que tirarlo a la basura:

Diorama con chimenea

Bueno, después de contaros todo el proceso, voy a hacer un poco de penitencia, que ya me toca (véase volver a pasar la aspiradora para acabar con las virutas de pintura),  y de paso prometerle a Manuel que no lo volveré a hacer más (angelico, es que es tan pulcro y ordenado que con estas cosas lo pasa fatal). Pero antes de despedirme, información de esta última foto: mi muñeca lleva top de The Scissors Madrid y pantalones de Dress Aitor López Antxia, y los bustos forman parte de uno de los divinísimos conjuntos decorativos de Marcia Harrys.

Nueva pared para diorama: azul y madera

Hace años, mi buena amiga Raquel me advirtió seriamente diciéndome esto: «notarás los 30 en que adelgazar ya no es tan fácil». Ahora que me acerco a los 40 añado de mi propia cosecha: «los notaré en que dejaré de ser inmune a los catarros». Vale que siguen sin tumbarme y que no necesito quedarme una semana en cama para sobrellevarlos, pero cierto también que desde este otoño no me separo de los mocos, la tos y el dolor de garganta. Así que para romper con esta relación nociva de una vez, y para poder seguir chuleándome de salud de hierro de nuevo (que sí, que hasta este año yo daba bastante asquito en este tema), me he propuesto no moverme de casa hasta que mi voz regrese a su tono de pito original y mi respiración deje de parecer la de Darth Vader.

Nueva pared para diorama: azul y madera
Las fotos del proceso son bastante malas, cámara sin batería, lo siento.

Pero como quedarse en casa no es sinónimo de no hacer nada, este fin de semana he empleado el tiempo en lo que fue mi objetivo incumplido de Navidad, que no es otro que prepararme un nuevo diorama, algo que, con toda la trapallada que acumulo por casa, podía conseguir sin ni siquiera salir a por nada: pared de cartón pluma (esta vez más grande, de 50×60, con 1 cm de grosor), palitos de diferentes tipos, tijeras para cortarlos, pintura, pincel y cola de carpintero; y como extras no imprescindibles, lápiz y regla (llevaba la mitad hecha cuando conseguí encontrar una cinta métrica) y un poco de lija para algún pequeño ajuste. No os voy a mentir, por no variar fui decidiendo el diseño sobre la marcha, así que la foto de material inicial que hice ayer no sirve para nada, ya que más que planificación fue pura improvisación, acompañada, eso sí, de buen cine:

Nueva pared para diorama: azul y madera
John McTiernan, ¡vuelve!.

Si os fijáis en esta foto, además de salir un desconcertado  Schwarzenegger (¿pero quién está matando a sus hombres uno por uno?), se ve que la base de cartón pluma se compone de dos piezas. A ver qué tal me sale el invento, pero como no encuentro ya con tanta facilidad el grosor de un centímetro, me decidí a pegar dos planchas de 0,5 cms, y así me evito que todo este esfuerzo se vaya a la porra por un poco de humedad o frío 😉 .

Nueva pared para diorama: azul y madera

Con unas primeras piezas cortadas, estuve haciendo pruebas de posibles diseños. Al final, opté por una malla regular, distribuyendo los palitos de madera de forma uniforme, para lo que me ayudé de una pieza que usé de patrón (la que veis en la foto del medio) para asegurarme de que las diferentes piezas estaban más o menos a la misma distancia. Los palitos no son exactos en ancho, así que dejarlos bien centrados fue lo que me llevó más tiempo…y es que no podía rezagarme, que la siguiente peli era un coñazo (Sentido y sensibilidad…y eso que soy muy fan de Emma Thomson, pero ese papel no era para ella).

Nueva pared para diorama: azul y madera

Corté los palitos al límite, esto es, dejé fuera sólo la parte curva, aprovechando al máximo su largo. Y una vez pegados, me encontré con que el espacio que quedaba por cubrir excedía del ancho de dos, pero no llegaba al de tres. Tras darle vueltas a distintas opciones, decidí usar los más finos. Habían sido mi opción original hasta que comprobé que la mayoría estaban demasiado torcidos, pero quedaban estupendos para salvar el hueco libre que quedaba, y así puede hacer un rodapié más trabajado.

Nueva pared para diorama: azul y madera

Y el último paso fue pintar. La cola es bastante rápida, así que una ansias como yo no tiene mucho que esperar. Entre que se hace un poco de tiempo mientras se recogen las virutillas que han salido disparadas al cortar, ya podemos ponernos con el pincel. Tenía dos opciones de pintura, pero probada la primera ya no necesité ver cómo quedaba la segunda. Ojo, el tipo de la que usé es bastante líquida, así que no necesité diluirla en agua (que pude estropear el cartón pluma) y seca bastante rápido. Una vez seca la superficie, le puse un libraco encima para hacer peso y que la pared se mantuviese plana, y ya esta mañana he repasado las partes en que no había quedado bien cubierta…y me he puesto a disfrutarlo. Ya os enseñaré las fotos, pero mientras, una para que podáis verlo bien, al igual que el vestido con el que os felicité la Navidad, que sin abrigo es una locura de bonito:

Nueva pared para diorama: azul y madera

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

Confieso que tenía un mono de dioramas que no me aguantaba y que ya estaba más que aburrida de los de siempre, que con tanto usarlos esto ya clamaba al cielo un «renovarse o morir». Y he ahí que me encontraba ordenando armarios pre-mudanza (que a este paso va a ser más larga que la marcha del desierto), con un festivo inesperado en medio de la semana, cuando se iluminó una lucecita en mi cabeza.

Nuevo diorama reciclando muebles viejos
Foto spoiler, para mantener vuestro interés en el rollo que os voy a colar.

Pero sigamos un relato ordenado de los hechos: empecé con la pared ya el víspera de Difuntos, por la noche. La idea era tener trabajo avanzado para el diorama que iba a probar la mañana siguiente, pero topé con el inconveniente de no tener remota idea del tono real final, porque la esquina en la que pinté (a salvo de volver a manchar suelo o la mesa de madera y evitar así dramas caseros innecesarios) tiene muy poca luz.


El efecto rugoso se consigue con pinceladas de pintura espesa, poco aguada, como explico aquí.

La cosa es que por la mañana, ya con plena visibilidad, aproveché para dar los últimos retoques, corrigiendo aquellos puntos donde había saltado la pintura o no había quedado del tono adecuado. Esto era necesario porque para dar un leve efecto estuco había mezclado dos colores, y en algunos puntos estaba mal repartido. Y aún estaba con el pincel en la mano, cuando me acordé del mueble que estaba estorbando por el armario. El mítico mueble miniatura, en pino sin pintar, que  venden en los «Todo a 100» tirado de precio. Lo siento, no hay foto previa, que las expectativas de éxito eran casi nulas. Y tras quitarle los tiradores de metal que traía, me puse en faena:

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

Y aquí breve inciso: lo suyo sería tapar los huecos de los tiradores con masilla especial, aplicar un tapaporos (goma laca es ideal para este fin), pintar, lijar, volver a pintar, volver a lijar, aplicar barniz para acabado perfecto…etc. Pero si tengo muy poco tiempo libre en general, menos aún para estas pijadas en particular, y a este problemilla de disponibilidad hay que añadir que además de ansias soy un poco vaga. Así que, salvo alguna pasada de lija sobre defectos demasiado evidentes, le pasé el pincel cargado con la pintura malva (ya sin blanco como en la pared) y a vivir.

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

Y una vez pintado, el último paso que quedaba era el de los tiradores. Evidentemente los originales no eran una opción si quería un resultado decente, así que al ser festivo y no tener otra opción de adquisición, decidí hacerlos yo misma. Para ello, corté una moldura lisa cuadrada, pinté los pedacitos de dorado y una vez secos los pegué con adhesivo cianoacrilato:

Nuevo diorama reciclando muebles viejos

Y sí, lo confieso, me vine arriba con el dorado y pinté también la base de la cómoda. Vamos, que no la pinté entera de dorado porque tenía que ir a comer…y menos mal, porque lo mismo quedaba un poco excesivo. Total, que en un momento mueble preparado, con pared a juego y lista para disfrutar y sacar muchas fotos:

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

En ésta, mi cómoda renovada la he combinado con el biombo de Marcia Harrys, con la Eames Plastic Armchair RAR de Vitra, y mi Tropi-Cutie tuneada, vestida de ElenPriv. Una de las cosas que más me gusta de su color, es que según la luz varía muchísimo, de un malva apagado a un rosa intenso, tonalidades con las que se puede jugar aún más en la edición de la foto:

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

Esta vez posa mi Night Out OOak, vestida con un modelazo de NOVA. Y me despido ya, que aún queda puente para disfrutar y pienso hacerlo 😉

Nuevo diorama, reciclando muebles viejos

 

Mi sofá verde

No hay que ser demasiado sagaz para apreciar que hay muebles que repito mucho más que otros en mis fotos. El motivo suele depender de varios factores evidentes, como son la facilidad de combinarlo y lo mucho que me gusten, pero también muy especialmente, lo a mano que los tenga, que soy de vagancia práctica. Pues bien, uno de los que más me gustan por lo fácil que es de combinar, y que además tengo bastante a mano, porque se quedó en la estantería desde el principio, es el sofá verde de hoy. En su día lo fabriqué para uno de los retos típicos que nos ponemos los coleccionistas en facebook, y aunque entonces puse los pasos para hacerlo, al desaparecer el grupo en que publiqué se perdieron para siempre…o no. Porque hoy repasando archivos me acabo de encontrar algunas fotos del proceso y me parece un momento estupendo para compartirlas otra  vez por aquí:

Relax at home. Citrus Obsession Barbie.
Foto que también repito mucho, porque es de mis prefes

Me inspiré para hacerlo en el tutorial que compartió Foxy Belle (grabaros a fuego la dirección de esta galería de Flickr, porque tiene unas ideas interesantísimas), quien a su vez se había basado en el tutorial del blog MitchiMoo Miniatures, otro link para no perder de vista. Utilicé las medidas del patrón que compartió Foxy Belle, usando planchas de cartón pluma de un centímetro de grosor, que luego cubrí con tela que empapé en cola blanca, acribillándola a alfileres para asegurarme de que nada se moviera de su sitio. De hecho, dejé muchos de ellos asegurando para siempre las uniones de las diferentes piezas:

Como en los tutoriales está muy bien explicado (además de que si saqué fotos de esa parte, ya no las tengo), me voy a centrar en lo que yo hice diferente, empezando por el capitoné, que para algo soy una pureta en camino de convertirme en señorona. Tomé la medida del respaldo, y utilicé un cartón pluma muy fino, creo recordar que de unos 3 mm (ha pasado mucho tiempo, disculpad). Por un lado puse espuma, como la del relleno de almohadas o para hacer guateados, y luego, con un pedazo de tela encima, marqué con alfileres la altura a la que pondría los botones que al final deseché, porque francamente, simplemente pasando el hilo muy tensionado, me gustó el resultado. Me quedó un poco chapuza por detrás, donde usé tiras de tela para asegurarme de que el cartón pluma no cedía…pero como eso iba a ir pegado al respaldo y tampoco contaba con que años más tarde tendría un blog resultón, me dio un poco igual:

A diferencia del modelo original, no reforcé haciendo más gruesa la parte de asiento. Ya no recuerdo en qué estaba pensando, pero sí que cuando coloqué el respaldo, ya no podía hacer el asiento alto, porque lo taparía, así que utilizando el cartón pluma fino de antes, seguí el mismo proceso de ponerle espumilla y luego cubrirlo con tela pero ya sin capitoné, con lo que no quedaba tapado el respaldo.


Probando cómo iba quedando mi sofá vudú.

Ya para compensar lo fino que quedaba, coloqué otras piezas debajo del asiento para ensancharlo. Lo bonito sería haberlo hecho de una pieza, pero me quedaba poca tela y tuve que aprovechar pequeños recortes.

De hecho, había pensado hacerle cojines, pero fui dejándolo y ahora sí que estoy segura de que no les queda más en la tienda, porque sufrió un devastador incendio. También había pensado en hacerme más sofás…pero hasta hoy. Creo que estas Navidades a los Reyes Magos les voy a pedir más tiempo libre, a ver si se portan 😉 Por cierto, con unos tacos de madera pintados en dorado hice las patas, y aunque el sofa entero me dio chollo (que pasado tanto tiempo ya he olvidado) la verdad es que le he sacado un partidazo…

Ooak Traveling Incognito Poppy Parker

Esta vez he vuelto a usar los cojines y mesitas de café de Marcia Harrys y la mesa de cristal es de Tiger. Poppy Parker Traveling Incognito viste Fashion Collectibles #1907, de 1980, y zapatos de Best Models on Location Monte Carlo. Por cierto, hablando de Poppy, aprovecho para presentaros mi último retoque:

Ooak Traveling Incognito Poppy Parker

Paredes para dioramas: behind the scenes

Hoy toca título de flipada total, pero es que en la Convención de Barbie 2016 pude comprobar que algunos puntos del montaje del diorama rápido de fotos no habían quedado del todo claros, así que, después de haberme tomado mi tiempo (el primer borrador de esta entrada tiene ya más de un año e incluso ya ha pasado otra Convención, así que puedo confirmar sin que me tiemble el pulso que la inmediatez no está entre mis cualidades como redactora de blog), me he propuesto subsanarlo…siguiendo la máxima de que más vale tarde que nunca. Cuando empecé por aquí, uno de los primeros temas que traté precisamente fue el de los tutoriales de dioramas. Evidentemente, cada coleccionista debe adaptarse a dos factores básicos, que son sus necesidades y sus posibilidades. En mi caso, como en el de muchos, las necesidades son casi infinitas y las posibilidades limitadas, o lo que es lo mismo, me encanta cambiar de decorado en las fotos de interior pero vivo en un piso pequeño y no puedo (o al menos no debo) llenarlo de trapalladas.

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes
Las planchas están sobre la mesa IKEA PS 2012, con superficie que también sirve de suelo, aunque la he manchado un poco de pintura verde, por no protegerla debidamente. No lo volveré a hacer más.

Pues bien, para conseguir satisfacer los dos factores anteriores, como ya os he contado muchas veces, me sirvo de planchas que voy combinando para montar suelos, paredes y zócalos.

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

Ya os expliqué en su día (y seguro que me he repetido muchas veces más) que tanto suelos como zócalos, los vengo montando sobre una base de madera de balsa de 3 milímetros de grosor, porque soporta perfectamente el encolado y posterior pintado y/o barnizado sin deformarse al tiempo que se presenta como un material duradero y de más calidad (hay que rentabilizar el esfuerzo), mientras que las paredes las suelo utilizar de cartón pluma, tema en el que me voy a centrar hoy.

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

El cartón pluma básico (que también lo hay reforzado) tiene un montón de ventajas: es muy barato y sencillo de conseguir (lo suelen tener en cualquier tienda de manualidades), tiene múltiples formatos para así adaptarse a nuestras necesidades y además es muy fácil trabajar con él, tanto para cortar como para atravesar con alfileres. Las dimensiones evidentemente dependen de cómo de grande sea el diorama que queremos montar. Yo suelo utilizar siempre un largo de 60 cms (coincidiendo con mis zócalos) y de alto sobre 42 cms, de forma que mis muñecas escala 1/6 pueden posar en pié perfectamente, sin sobrepasar nunca la pared.

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

En cuanto al grosor, a la hora de optar por un formato de los habituales, no recomiendo el de 3 mm, ya que es demasiado fino, lo que implica que deja pasar luz y se deforma con facilidad, sobre todo en dimensiones grandes (y terrazas húmedas gallegas, no tanto por el clima como por constructores chapuceros). Ahora bien, no usarlo de fondo no descarta que en ese pequeño grosor se utilice para ornamentos, marcos de ventanas y puertas, y en general cualquier otra forma de poner relieves a la pared.

A Room With a View
En esta foto antigua, las claridades en la pared se deben a que transluce

Para mis primeras paredes utilicé principalmente un grosor de 1 cm, porque me parecía más resistente, sobre todo a la hora de aplicarles pintura, pero las últimas que estoy usando son de 0,5 cm y la verdad es que responden estupendamente y aguantan sin estropearse ni deformarse, pintura y todo (ojo, guardándalos en posición horizontal). Ya en cuanto a la forma de unir las partes, no os voy a descubrir nada, porque es más simple que el mecanismo de una peonza: un sujetalibros y un poco de cinta de carrocero (marcada con la flecha roja) para evitar disgustos (que las corrientes de aire las carga el diablo 😉 ).

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

Y si en nuestra foto queremos una perspectiva oblicua en vez de frontal, nada más fácil de conseguir con un par de alfileres:

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes
Uy, se me ha roto una tablita, mecachissss.

Y aquí aprovecho para destacar otra ventaja del formato de medio centímetro y es que queda mejor si queréis montarle ventanas o puertas móviles como la de la esta foto:


Para info de ventana y muebles, pinchad aquí

Hasta aquí, relato de paredes básicas, pero algo que me pregunta mucho la gente es por las paredes de papel pintado que uso. Pues bien, las primeras grandes que usé, con un tamaño compatible con el formato DIN A 2, esto es 42 x 59,4 centímetros, las preparé con un programa gráfico en el ordenador, y las llevé a imprimir a una copistería. Inconvenientes: además de manejarte con los programas, encontrar una copistería que imprima a ese tamaño y que además te lo haga al momento.

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes
Ocupa toda la superficie y con un poco de cinta adhesiva por los bordes, la pared aguanta años, salvo por los malditos lepisma saccharina,que se lo han empezado a comer por abajo.

Así que pronto me pasé a la segunda opción, mucho más cómoda, que es imprimir en casa. Y para eso fue clave tener ya hechos los zócalos. Un folio no llega a los 30 centímetros en su extremo más largo, así que es evidente que no cubre los más de 40 centímetros de alto de la pared, pero gracias al zócalo de 15 cms de alto, salvo esa dificultad, y con tres folios tengo de sobra. Inconvenientes de esta opción: hacer cálculos para que casen bien las uniones de los folios y, sobre todo, el pastizal en que salen los cartuchos de tinta de impresora…¡más de 100 euros me dejé el otro día! En fin, dramas económicos al margen, los tres folios que necesito para mis paredes, unidos con cinta adhesiva por detrás, quedan tal que así:

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

Y para sujetarlos con un par de alfileres tenemos de sobra, ya que una vez se pone el zócalo y se sujeta con un par de pinzas queda completamente fijado:

Tutorial de paredes para dioramas: behind the scenes

Más fácil no puede ser. Por cierto, que ayer me olvidé de incluir una recomendación, y eso que tenía las fotos listas y todo, así que aquí va actualización de entrada. Por mucho que me guste cambiar de fondos, hay algunos que uso muchísimo, así que esos los he impreso en folios adhesivos, y los he pegado directamente en la plancha de cartón pluma, de forma que montarlos es aún más rápido, como el de la foto, que es de lo más básico y combinable que hay:

Dioramas tutorial.
Aprovecho también: la muñeca viste camisa y pantalones de Clear-lan (agotados), camiseta de Euphoria Dolls, sombrero de Encarna Olivas, gafas y deportivas de Barbie.

En cuanto a otras dudas frecuentes, como ¿de dónde saco los diseños? pues de revistas de decoración (me dejo una pasta considerable en AD, entre otras), buscando mucho en internet, sobre todo en webs especializadas en venta de papel pintado que suelen compartir muestras descargables. También algunas me las invento yo misma, partiendo de diseños geométricos básicos. En cualquier caso, siempre que utilizo un papel «real», intento poner su diseñador o marca, en especial en la primera publicación que le dedico, porque no olvido que detrás de cada uno hay un esfuerzo real que debemos respetar. Desde luego, hay más opciones, como utilizar cartulinas, telas o papeles estampados como los de regalo, debiendo en este último caso, procurar que no sean demasiado satinados, porque entonces brillarán y estropearán bastante la foto. También hay papeles en venta en tiendas especializadas en casas a escala, pero tened presente en este último caso, que el formato habitual es el de la escala 1/12, y Barbie es 1/6, el doble de grande, así que le quedará corto. Con el truco del zócalo se solventa fácil, pero utilizad diseños compatibles. Esto último también es aplicable a los prints que podéis encontrar en google o cualquier otro buscador de internet.

Diorama Marcia Harrys / Jonathan Adler

A la espera de más dudas, me despido aprovechando para publicar un diorama que aún no había compartido por aquí (por despiste más que nada). El papel de pared es de los primeros que preparé en su día, ya que su diseñador, Jonathan Adler, tuvo su propia Barbie y muebles que la acompañaban y a los que saqué fotos hasta hartarme. Suelo y zócalo los tenéis en los tutoriales. El mueble es de Marcia Harrys, las sillas de Tiger y la alfombra es un salvamanteles. Libros, revistas, cuadros y plantas, también están en tutoriales y por último, pero no menos importante, la muñeca lleva vestido de Dress, top blanco de Kosucas y sandalias de Malibú Barbie by Trina Turk. Y ahora ya me despido, menuda chapa…Venga, disfrutad del finde.